CAPÍTULO 13

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KATERINA


Despierto por la mañana y al estirar mis brazos siento la ausencia de la persona que debería estar a mi lado, abro mis ojos y veo que su lado está vacío, me quedo acostando pensando que posiblemente está en la cocina, vuelvo a despertar más tarde y no hay señales de ella.

Me levanto tomando mi bata para cubrirme y busco a Roxanne por la casa, pero no hay señales de ella, voy al armario y su ropa sigue allí ¿a donde fue? ¿se habrá ido a la misión sin avisarme?

Me alisto para ir al a las calderas donde se crea el armamento, le envío un mensaje y no recibo respuesta, intento llamarla y va directo al buzón, lo dejo pasar, en todo el día hago mi trabajo, hay misiones en las que no me contacta hasta las tres días, pero no se despidió.

Al día siguiente sigo sin recibir noticias suyas, me voy al club donde encuentro a Alexei bebiendo con una chica y me acerco a él.

—¿A donde la enviaron? Dame el informe —le pido y noto que se pone nervioso.

—No se a donde la enviaron, no manejó esa información —me dice y sé que miente.

—Ven conmigo —le ordeno y enseguida se pone de pie.

Lo llevo hasta mi oficina y lo hago sentarse en unas sillas, cargo el arma y disparo cerca de sus pies y otro pasa cerca de su cabeza.

—¿A que misión la enviaron? —vuelvo a preguntar.

—Si te lo digo me va a matar —dice asustado.

—Lo haré yo si no me lo dices —le digo disparando otra vez.

—No hay misión, solo se fue, no se ha donde, no quiso decirlo —lloriquea —le dije que era una mala idea.

Un nudo se arma en la boca de mi estómago y retrocedo hasta sentarme en mi silla, le digo que salga y lo hace corriendo. ¿En verdad se fue? Tomo mi celular y le marco, pero manda al buzón, lo intento varias veces y siempre es el mismo resultado.

*
—¿Donde estás? No hay ningún registro de tu misión.

—Responde Roxanne.

Al siguiente día vuelvo a probar suerte, no puede solo desaparecer como si nada, no puede hacerme un esto, por eso tenía miedo a decirle lo que siento y se cumplió.

*
—Si es por lo que dije podemos hablarlo.

—Dime dónde estás, yo iré a buscarte.

Me duele que esté haciendo esto, me acuesto en la cama y su olor aún sigue en su almohada, no quiero llorar, no voy a llorar por ella, si ella quizo irse no la voy a detener. Mentira, no puedo estar mi pequeño sol, mis ojos se humedecen y me acuesto en su lado de la cama sollozando.

—Kate ¿estás en casa? —la voz de mi hermano me hace abrir mis ojos, pero no puedo moverme. —Kate —él toca la puerta y la abre con cuidado —no quiero ver nada indebido.

Él termina de entrar y solo escondo mi rostro bajo la almohada, él se acerca y se acuesta a mi lado para abrazarme.

—Ivan dijo que estabas algo extraña —susurra —¿que sucede Kate?

Me doy la vuelta y sujeto su camisa con fuerza pegando mi frente en su pecho, mi hermano siempre ha estado para mí aunque no hablemos todo el tiempo.

—Se fue —balbuceo.

—¿Roxanne? —pregunta y asiento. Que diga su nombre me duele. —¿porque lo hizo?

—No lo sé, tal vez no me quería como creí.

HémeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora