CAPÍTULO 5

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KATERINA

Golpeó con fuerza mi saco de boxeo, odio asistir a esas reuniones estúpidas y a mi padre se le ocurre llamarme para eso y el idiota de mi hermano por molestarme le dijo que le parecía una buena idea.

—Por favor —balbuce mi saco de boxeo.

—¿No entendiste el juego? —le pregunto golpeando su estómago —no puedes hablar mientras me sirves como saco de boxeo.

—Yo no lo hice señorita —dice —yo no di su ubicación.

—Lo hiciste —digo quitándome el sudor de la frente.

—Se lo juro, puede revisar mi celular —dice —nunca he estado en contacto con esa señorita.

Parece que dice la verdad, pero no lo dejare ir hasta estar segura.

—Bien, te daré un día para traerme al culpable —le digo y ordenó que lo bajen —si no lo traes mañana a la reunión morirás delante de todos.

—Lo haré señorita, llevaré al culpable —dice tirado en el suelo.

Salgo del gimnasio y me voy hasta mi habitación, me quito la ropa y me meto a la ducha dejando que el agua fría corra limpiando mi cuerpo.

A mis veintisiete años aún no logro entender cómo hay gente que se atreve a llevarme la contraria, siempre se hace lo que digo, eso todo el mundo lo sabe y cuando no se cumple, tiene que correr sangre.

Salgo de la ducha y me voy a vestir para salir al club que me pertenece, mi hermano me lo regalo de cumpleaños a los veinticinco. Al estar lista salgo de mi apartamento, subo a mi auto y conduzco por las calles hasta que llego a una de las zonas más exclusivas de Moscú.

Bajo del auto y avanzó a la entrada del club, no cualquiera tiene acceso a mi club, solo personas importantes, aunque algunos compran accesos para sus acompañantes.

—Señorita —saluda el guardia inclinando su cabeza cuando abre la puerta para mí.

Ingreso al lugar y lo escaneo buscando que no haya nadie que no debería estar aquí, a veces hay algunos miembros que son lengua suelta cuando están tomados y si hay alguien que no debe podría usar lo que escuché en nuestra contra.

—¿Alguien nuevo? —le pregunto a Ivan.

—Hay varios, pero todos seguros, son algunos miembros nuevo o algunos que no habían venido antes.

—Bien, infórmame... -mis ojos se detienen una rubia que está en la barra sonriendo con Irina —¿Quien es ella? —le pregunto y él sigue mi mirada.

—Es poco lo que sé de ella, pero sé que es muy importante para el Pakhan, la llamo para la reunión de mañana —me dice y asiento detallando a la mujer.

Es una mujer muy hermosa, no había visto a nadie como ella aquí en el club, con solo verla sabes que es poderosa, su porte y su manera de vestir lo grita, ella se ríe de algo que le dijo Irina y vaya, parece que es el sol mismo iluminando el lugar, se acomoda el cabello detrás de la oreja y se voltea en mi dirección dejándome ver bien su rostro y sus ojos verdes, ella alza una ceja cuando me ve, Irina se voltea y al verme le dice algo a la chica y viene en mi dirección.

—¿Quieres que suba contigo? —me pregunta tomando mi brazo.

—No, ya te he dicho —le digo avanzando a mi mesa.

—¿Es porque estaba hablando con esa chica? —pregunta con insistencia —porque no era nada, le dejé claro que esperaba a alguien.

—Sigue esperando entonces —le digo y me sigue hasta sentarse junto a mí.

HémeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora