ROXANNEHan pasado dos meses de mis paso por la prision, el FBI se ha mantenido al margen tal como lo pedí, Hanna está en Italia se llevo a nuestra madre con ella, estuvieron todas para mi cumpleaños y para la navidad, fue un desastre total, parece que las celebraciones de ese tipo no son lo nuestro, debimos intuirlo luego de lo qué pasó en Halloween.
Estos últimos meses han sido tranquilos, aunque está esa tipa que insiste en ver a Katerina, si sigue insistiendo tendré que buscarla y dejarle en claro que Katerina no la verá, Kate ya me hablo un poco de ella, pero me parece que busca algo de ella y lo que sea que quiera no es algo bueno.
Veo a Kate dormir y no puedo evitar sonreír, hace unas semanas tomé la mejor decisión de mi vida y Alice ha estado ayudándome con lo que tengo planeado hacer, a ninguna de las dos nos gustan los grandes eventos o las cosas muy planeadas, somos más de actuar en el momento cuando se dan las cosas.
Me acerco a la cama y levanto las sábanas para despertarla como cada mañana, beso todo su rostro, Kate se remueve al sentirme sobre ella y sonríe mientras la beso.
—Tienes que despertar cielo —quito el cabello de su rostro y me sumerjo en sus ojos hermosos.
—Aún es muy temprano solecito —dice estirando sus brazos.
—Lo se, pero tenemos que viajar —digo juntando mi frente con la suya.
—¿Viajar? No hablamos de esto.
—¿Me amas? —le pregunto y me abraza.
—Más que ha nada en el mundo mi pequeño sol, sabes que no puedo vivir sin ti —me susurra.
—Entonces levántate amor —le doy un beso en su labios y la obligo a levantarse.
Ella se da una ducha mientras yo termino de arreglar nuestro equipaje, los nervios me invaden por un momento, pero recuerdo que es Kate y sé que todo irá bien.
Katerina termina de alistarse y salimos de casa muy temprano, Alexei y Kira nos acompañarán en el viaje, pero a Kate no se le hace extraño, en la mayoría de los viajes están con nosotras.
Desayunamos en el jet y a Kate parece no importarle que no le diga a dónde vamos, después de varias horas aterrizamos en Mykonos, aquí fue nuestra primera cita y me parece el mejor lugar.
—¿Como supiste que quería volver? —dice Kate sonriendo al bajar.
—Intuición —mentira no lo sabía.
Llegamos al hotel y Kate parece que no nota algo extraño, entramos a nuestra habitación, dejan nuestro equipaje y cierro la puerta siendo recibida con un cálido abrazo.
—Que bien hueles —susurra Kate metiendo su rostro en mi cuello.
—Yo siempre huelo bien —le digo y sonríe.
—Ya señorita orgullosa, dime que tienes preparado para estos días —dice viéndome a los ojos y tengo que hacer mi mayor esfuerzo para que no sienta que le oculto algo.
—Pues la verdad nada, por ahora solo tengo prensado en descansar a tu lado —digo colocando mis manos en su cintura.
—¿Descansar? Podemos descansar luego solecito —dice mordiendo su labio inferior y lo suelto con mi pulgar.
Acerco mis labios a los suyos y me apodero de ellos, ella me sostiene con fuerza llevándome a la cama y se que esto es lo que quiero para toda la vida, a mí Kate, a mi amor.
Nuestras guerreras son de amor, de besos y batallas en la cama adornadas con sonrisas por quien lleva el control, aunque al final siempre hay un balance entre las dos y nuestros cuerpos se amoldan siguiendo el compás de nuestro deseo insaciable por la otra hasta que ambas nos dejamos llevar por la exquisitez del orgasmo.
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Hémera
RomansRoxanne Volvoka no siempre fue la mujer que es ahora, en su pasado fue una niña dulce y tierna, pero los acontecimientos que vivió la obligaron a apagar su luz, o eso creyó ella, hasta que aparece Katerina Kozlova que cuando la ve piensa que Roxanne...