Especial de San Valentín 💘

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ROXANNE

Doy vueltas por toda la tienda sin encontrar lo que busco, ¿cómo pude olvidarme de algo así?, la mujer que me está atendiendo, me muestra varias joyas y ninguna me parece suficiente. Es muy poco para ella.

—¿No puedes darle otra cosa? —pregunta Annette junto a mi.

—No, siempre consigo lo que quiero y yo necesito ese maldito rubí —digo cruzándome de brazos.

—¿Y me puedes explicar, para que me llamaste? —la observo de pies a cabeza, va más arreglada de lo normal.

—¿A dónde ibas? —preguntó aplazando una ceja y me saca el dedo medio.

—Metete en tus asuntos —dice girándose para ver las joyas.

—No me engañas, ibas a algún sitio, con alguien —sonrío —¿quien es? ¡¿No me digas que ella!? ¡Ese no es su plan!

—¡¿Estas loca?! —dice tapando mi boca —¡ten cuidado con lo que dices!, ni en el más remoto de mis pensamientos esta esa idea tan absurda.

—Ya bien —me quito sus manos —¿entonces quien es? —me mira de reojo y sigue viendo las joyas —¿es cabello negro? —no se inmuta —¿castaña? —puedo ver un leve tic en su ceja —¿de la organización? —nada —¿la conozco? —el tic —déjame pensar.

—Me estás analizando ¡maldición! —dice al notarlo —nunca debí enseñarte algo así, ya eras muy peligroso sin eso.

—Ya dime quien es la desdichada —ella me mira mal —debe de estar muy loca para estar con alguien más loca —me río y ella hace una mueca como si hiciera gracia.

—Que graciosa —toma una de las joyas y la observa detenidamente —¿te gusta?

—Está linda.

—Entonces no —dice dejándola en su lugar.

—Así que tiene gustos opuestos a los míos.

—Créeme, hasta diría que es tu gemela —abro los ojos en grandes porque ya he escuchado eso antes. —Te callas —dice con su cara de enojo.

—No me lo puedo creer —me rio en su cara —¿no dijiste que no te interesaban las niñas de dinero que creen que lo tienen todo a sus pies?

—Es diferente.

—Claro...

—Lo es, no te metas en mis asuntos personales.

—Annette Zokolova, diciendo "asuntos personales", jamás imaginé escuchar eso —ella me da un golpe en el brazo y de inmediato ella recibe uno en la pierna.

—Oye pequeña —dice tomando a Daila en sus brazos —solo estoy jugando.

—No me gusta —dice cruzándose de brazos. —mi mamá dijo que nadie puede tocar a mi mami.

—Yo si puedo, soy su amiga, debes saber la diferencia... —las dejó con su charla psicológica y me voy a otra joyería.

Annette me alcanza con Daila y veo que vienen con obsequios, ruedo los ojos y ella se encoge de hombros. Subimos al auto y entonces recuerdo para que traje a mi amiga.

—Necesito esa joya —le digo —para dentro de exactamente dos horas —le comento al ver mi reloj —¿puedes conseguirlo?, lo haría yo misma, pero ya sabes nuestro trato.

—Bien, si me das las herramientas necesarias, lo obtendré en veinte minutos o menos, ¿tienes todo? —le muestro el maletín y asiente.

—También necesito que cuides a los niños, eres una excelente tía, gracias por aceptar —antes de que pueda replicar se lo digo a Daila —la tía Anntte quiere llevarlos a un parque de diversiones esta noche, verán películas y comerán muchos dulces.

HémeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora