CAPÍTULO 1

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ROXANNE


—Quiero ver a mi madre —le ruego a mi papá.

—No volverás a ver a esa mujer mientras yo viva —me asegura encerrándose en su oficina.

Desde hace unos días mi padre a estado comportándose de manera extraña, siempre anda muy acelerado y alterado, sus ojos me asustan, nunca me ha gustado pasar mucho tiempo con él.

Desde que recuerdo solo he visto a mi madre un par de veces, me gusta estar con ella, pero siempre es todo apresurado, ella dijo que lo hacía para protegerme.

Mi tía Laika es quien siempre está a mi cuidado, la quiero mucho, pero no como quiero a mi madre. El abuelo Yaroslav dice que es mejor que ella mi tía me cuide y que así me enseña cosas sobre el negocio familiar.

Según lo que me ha dicho mi tía, mi abuelo es parte de la mafia roja, y es quien maneja los negocios de en Francia, aun no entiendo muy bien que es lo que hace realmente.

—¡Roxie! —grita mi tía Laika —¡Tienes que ir a la escuela!

Me apresuro a ir por mi mochila y bajo a toda prisa, ella me entrega el almuerzo y el auto ya está esperándome, siempre tengo seguridad conmigo, algunos chicos me miran mal por eso, pero el abuelo dijo que es porque soy alguien importante y a ellos les da envidia.

Bajo del auto y entro en la escuela donde me reciben siempre muy atentos, seguro el abuelo hizo algo para que así sea.

Entro a mi salón de clases y sé que no le agrado a muchos de mis compañeros, pero la única que me importa sonríe al verme y me acerco con mucha alegría para sentarme junto a ella.

—¿Porque siempre te ves feliz? —me pregunta Harper.

—No lo sé, siempre me siento feliz, menos cuando estoy con mi padre —ruedo los ojos.

—¿Sigue actuando extraño? —pregunta Harper.

—Si...por eso mejor me alejo de él —digo bajando la vista.

—Oye ¿quieres venir a mi casa? Mi madre dijo que podía invitarte —me dice y volteo a verla con emoción.

—Por supuesto que iré —le digo abrazándola.

—Suéltame, nos enviarán a dirección otra vez —dice dándome palmaditas en la espalda.

—Ya —le digo soltándola —necesitaba recargar mi energía.

—¿Solo conmigo puedes hacerlo? —me pregunta sonriendo y siento mis mejillas arder.

—Si, solo contigo —digo volteando al frente para ver al maestro que acaba de entrar.

La clase comienza y todo me parece tan aburrido, son cosas tan básicas a mi parecer, pero igual tengo que estar aquí y aún me faltan tres años más para graduarme, Harper nota mi desespero y toma mi mano por debajo de la mesa, ahora si estoy concentrada, pero en su mano, siempre me quedo petrificada cuando hace eso.

Las clases terminan y mi chofer nos lleva a la casa de Harper, su madre está trabajando, pero ella no se molesta que yo esté aquí, le agrada que haga compañía a Harper cuando no está.

—¿Quieres algo de comer? —me pregunta.

—Solo si tú tienes hambre —le digo y asiente.

La señora que la cuida nos sirve algo ligero y luego nos vamos a su habitación, la casa de Harper es muy grande, sus padres tienen dinero según dijo mi tía.

—¿Puedo dormir una siesta? —le pregunto lanzándome a su cama.

—Haz lo que quieras —dice ella y me acomodo en su cama cerrando mis ojos.

HémeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora