ROXANNEDespués de esa noche tan horrible que pase aún me sentía somnolienta, nunca había ingerido drogas, y menos de una manera tan vil y asquerosa. Katerina estuvo conmigo en todo momento, creo que todas dimos nuestro mayor esfuerzo para que Sebastián pasara un buen cumpleaños, no queríamos que notara lo mal que estábamos.
Regresamos a Nueva York cada quien por su lado, tampoco me gusta compartir auto cuando estoy con Katerina, es incómodo, no me consciente de la manera en que lo hace siempre, pero por suerte mi viaje de regreso fue en sus brazos, al llegar al apartamento Katerina se acostó conmigo por un momento.
—Descansa mi pequeño sol, tengo que salir un momento —dice Katerina acariciando mi brazo —vendré por ti más tarde, iremos a ver el apartamento.
—¿De verdad me lo darás? —le pregunto entrelazando nuestra mano.
—Ya te lo dije, todo lo que quieres te lo daré —dice dándome un beso en la mejilla.
—¿Incluso si quiero una ciudad? —bromeó con ella.
—¿Cuál quieres? —pregunta sonriendo.
—Las Vegas —le digo y se inclina para ver mi rostro.
—¿Las Vegas? —asiento —¿Porque Las Vegas?
—Porque quiero quitarle a Duncan lo más importante que tiene —le digo cerrando los ojos.
—La tendrás entonces —susurra y deja un beso en mis labios antes de levantarse —descansa solecito.
Escucho la puerta cerrarse y me quedo unos minutos ahí acostada pensando en que sería de mi sin ella, si Katerina no hubiera llegado a mí hace tres años aún seguiría sumergida en esa oscuridad, ella me dice a mí que soy el sol, pero solo ve en mi su propio reflejo, ella es mi verdadero sol, mi luz.
Me levanto al recordar que no me dijo a dónde iba ¿Y si está en peligro? Me voy a la ducha para despertarme por completo y me pongo la ropa que uso siempre que vamos a las bodegas, pantalones cómodos, botas y una camiseta ajustada. Salgo y le pido a los hombres que siempre están conmigo que me lleven con ella, no hacen preguntas, saben que siempre tienen que obedecerme.
Veo que tomamos rumbo a las bodegas de Alice ¿Porque no me dijo que venía aquí? Bajo de la camioneta y al entrar a la primera que veo es a Adhara, le doy una pequeña sonrisa que la hace quedarse quieta.
—¿Sabes dónde está mi muñeca rusa? —le pregunto pasando la punta de la daga por su brazo.
—En... en las celdas —dice tragando grueso.
—Al menos sirves para dar información —le susurro y voltea a verme de golpe —Tranquila, sigue con lo tuyo.
Veo el miedo en sus ojos, le doy una última sonrisa y voy a buscar a mi mujer, veo a Margot por los pasillos y me indica dónde está, a esta la paso un poco, pero me gusta ver sus reacciones.
—Ve a descansar Margot —le digo y asiente.
Escucho la voz de Katerina más adelante y me asomo apoyándome en los barrotes de la entrada. Me encanta verla cuando actúa de esa manera.
—¿Divirtiéndote sin mí, ma déesse? —habló cruzada de brazos y se gira con una sonrisa.
—¿Qué haces aquí? —me dice levantando y se acerca a mi —te dije que descansaras.
—¿No te habías encargado en Los Hamptons? —pregunto y esquiva el beso que intento darle, pero noto que es porque tiene sangre encima.
—No podía dejarte sola en Los Hamptons luego de que esta escoria te drogara —dice pateando al tipo y se pone a chillar.
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Hémera
RomanceRoxanne Volvoka no siempre fue la mujer que es ahora, en su pasado fue una niña dulce y tierna, pero los acontecimientos que vivió la obligaron a apagar su luz, o eso creyó ella, hasta que aparece Katerina Kozlova que cuando la ve piensa que Roxanne...