Epílogo

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KATERINA

Ha pasado un año desde que nos venimos a vivir a Francia, ha sido un año lleno de retos y de momentos maravillosos para nosotras. Salir de una vida a la que hemos sido sometidas desde que tenemos memoria, pero a pesar de todos nuestros problemas, logramos encontrar la manera de solucionarlo todo.

—Señora Kozlova —mi asistente toca a la puerta.

—Adelante.

—Traigo el registro de esta semana, tal parece que todo va bien, el empleado que quizo desviar los fondos ya fue despedido y acepto los cargos impuestos.

—¿Así de fácil? —preguntó tomando mi celular.

—Al parecer lo hizo por su familia.

—Seguro que sí, ya puedes retirarte.

Marcó el número de mi adorable esposa y me responde casi enseguida, al parecer alguien se ha estado divirtiendo por acá.

—Roxanne.

—¿Cielo, está todo bien? ¿Porque me llamas Roxanne?

—¿Te has estado divirtiendo Roxanne? —pregunto con seriedad.

—¿En qué sentido? Si hablas de nuestros hijos, por supuesto que lo hago, en cambio si hablamos de divertirnos juntas, no lo he hecho últimamente, ya que mi esposa está más enfocada en su trabajo que en otra cosa.

—Sabes de lo que hablo solecito —le digo cambiando de tono.

—No tengo idea de lo que hablas y si me estás culpando por algo, te haré pagar Kozlova. —escucho su risa y entonces se que no fue ella.

—Solecito, ¿sabes dónde está Alice?

—Está yendo a tu oficina ¿porqué?

—¿Sabes que te amo, mi pequeño sol?

—¿Que hizo para que me culparas?

—No se dé que hablas, te veo en un rato.

Termino la llamada y justo Alice aparece por la puerta de la mano de Liam, quien no duda en correr a mis brazos.

—¡Tía Kate!

—Hola grandulón ¿a qué hora llegaste?

—Llegamos ayer por la noche, pero mami quería darte una sorpresa hoy —dice Liam con entusiasmo.

—¿Te gustó mi regalo? —pregunta Alice sentándose en el escritorio.

—Sabes que no queremos hacer las cosas así.

—Solamente lo hice entrar en razón, no estarás involucrada en nada.

—Tus maneras de "hacer entre en razón", son aún peor que las de mi pequeño sol. —ella sonríe con esa peculiar sonrisa que engañaría a cualquiera.

—Quería diversión y la tuve, de nada —dice levantándose para tomar a su hijo —Olivia quiere estar con Roxanne, así que si no tienes nada que hacer por la noche, podemos salir para tomar unos tragos.

—De acuerdo, así me escapo de lo que me espera por culparla —sonrió y ella niega.

—Te espero en tu casa —dice al salir de la oficina con Liam en brazos.

Me apresuro a dejar en orden los últimos asuntos antes de salir de la oficina. Lo que se ocurrió para agrandar mi empresa, fue empezar a comprar empresas de marcas de ropa lujosa, al inicio fue para ayudar a Ivanna, pero con el tiempo se fue convirtiendo en algo que me trajo muy buenos ingresos.

Subo al auto, reviso a mis alrededores que no haya nada extraño, porque aunque ya no sea parte de la Bratva, los enemigos siempre quedan al asecho. Sobre todo los que pensaran que ahora no tengo el poder suficiente para destruirlos y la verdad es que mi poder nunca vino de la Bratva, vino de mi, del nombre que yo misma creé.

HémeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora