CAPÍTULO 26

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IVANNA

Meses atrás


Llevo un par de meses hablando con Yuna, le pedí su opinión respecto a la marca de ropa en la que comencé a trabajar y gracias a su asesoría legal pude conseguir el permiso más rápido de loq ir esperé.

Roxanne me dijo que buscara algo que en verdad me apasionara, que ella Kate me apoyarían en todo y así lo hice, encontré algo fuera de las armas y la Bratva, no quiero volver a tener conexiones directas con eso, a la única que apoyare será a Kate, es la única que ha estado para mi y se que lo que hacen es con un propósito.

Sé que expandir mi marca debería ser poco a poco, pero me lancé directo a lo más grande con la ayuda de algunas conexiones de Roxanne en parís, creo que fue más un soborno, pero conseguí lo que quiero y eso me ayudará a llegar a mi verdadero objetivo.

Hoy viajé a Paris para la aprobación del local, telas y contratar el personal, Roxanne quería acompañarme, pero me negué, quiero hacer esto por mi cuenta, con mis esfuerzos.

Llegó al hotel y sonrío al ver la notificación que me llegó.

*
YUNA:
¿Llegaste? Quedaste en avisarme, estaré pendiente.

IVANNA:
¿Te puedo llamar?

YUNA:
Solo tengo diez minutos antes de una reunión, lo siento, te aviso cuando salga.

Dejo mi bolso sobre la mesa y le marco, me quito el abrigo y me siento en el sofá.

—Hola —le saludo cuando responde.

—Te dije que solo tengo unos minutos —dice.

—Me es suficiente —le digo y escucho un suspiro. —¿Te incomodo?

—Al contrario, me viene bien hablar con alguien —dice un poco abatida.

—¿Sigues trabajando hasta tarde? —le pregunto.

—Siempre hay sacrificios —dice como si fuera algo establecido.

—Pero no deberías sacrificar tu salud.

—Es mi trabajo, siempre está primero —otra frase que suena a que la repetido tanto que se lo ha creído.

—Voy a cambiar eso —digo sin medir palabras.

—¿El qué?

—Que no pondré mi trabajo primero —respondo.

—Espero tu puedas hacerlo.

—También lo harás, ya lo verás —le digo y suelta una risa baja.

—Seguro, pero dime ¿qué tal tu viaje?

—Todo bien, pasé por el local antes de llegar al hotel, por eso no te avisé.

—Entiendo, espero que todo te salga bien —dice y escucho que la llaman. —tengo que irme.

—No cuelgues hasta que llegues a la reunión —le digo y se ríe.

HémeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora