CAPÍTULO 8

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ROXANNE


Después de meses en las montañas frías y con grandes neviscas tratando de aclarar mi mente, de poner mis pensamientos en orden, de olvidarla ¿porque si apenas la conozco fue capaz de afectarme tanto? Es la única persona que me ha visto en un momento tan vulnerable y no ha hecho ningún comentario, solo estuvo a mi lado y luego volvió a su actitud de siempre.

He pensando en hacer caso al consejo de mi abuelo, pero no estoy segura de si realmente merezco querer a alguien, no después de lo qué pasó con Harper, solo mencionar su nombre me hace sentir culpable.

Alice me llamó hace una semana y le conté algo de lo que estaba sintiendo, pero no le dije quien es Katerina ni nada que la mencionara directamente, ella dijo que si en verdad sentía algo podría darme esa oportunidad, que lo merezco después de todo lo que he pasado y yo siento que no lo merezco justamente por eso.

Cuando me llamaron a la misión en la frontera de Georgia ya tenía una decisión, no estaba del todo segura, pero si sabía lo que quería. Luego de la misión cuando llegue a la base lo primero que encontré fue a la persona que quería ver, pero todo se esfumó cuando la vi con otra mujer.

¿No le había importado como creí? Me sentí herida, aunque no teníamos nada, solo fue un juego que terminé perdiendo, de igual manera me acerqué a ellas, él ver la mano de la otra sobre su pierna me hizo pensar en las muchas maneras de hacerla pedazos.

Katerina me ignoró por completo como si no fuera nadie ¿dónde quedó la chica que había de todo por tener mi atención? En un momento de valor fui a su habitación y toqué, pero no abrió, al día siguiente fue lo mismo, un cero a la izquierda y cuando dijo que actuaria con la otra chica la quise destruir ahí mismo por su arrogancia, después de llamarme cobarde quise ir a su habitación pero miré a la otra chica afuera de su habitación y tenían una discusión, así que me fui.

Cuando entro al gimnasio no me volví a concentrar, solo me quedé observándola hasta que se dejó caer en el suelo y quise acercarme a ella. Su historia me dio tanta rabia, ojalá pudiera tener a esa idiota frente a mí en ese momento, mientras acariciaba su cicatriz vino a mi mente Harper, lo que yo desearía por verla con vida y Anna quiso desaparecer a su amor, somos tan distintas porque yo haría todo por proteger a la persona que amo.

Este viaje será todo un reto, Alina hace todo lo posible por estar cerca de Katerina y si continúa con su jueguito la veré como una amenaza y cuando mi cerebro detecta amenaza solo termina de una forma.

Ahora tendré que actuar como la pareja de Katerina, seguro la chica del gimnasio ya informó a Anna y Alina no se parece en nada a mi, ella es más baja, pelo castaño y piel morena.

—Puedo ponerme una peluca rubia —dice la idiota.

—Ni con peluca te pareces a ella Alina —dice Katerina.

—¿Porque tenías que hacer eso? —me pregunta molesta.

—¿Me estás reclamando algo? —digo acercándome a ella con una sonrisa y Katerina se interpone.

—Todo ya está dicho y mis órdenes se cumplen —le dice y no sé porqué mi mano se mueve pasando a lo largo de su cabello que llega a la cintura y su espalda se endereza con mi toque.

—Iré a vestirme, ya tenemos una reserva en un restaurante —les digo y me doy la vuelta para ir a mi habitación.

Me coloco un vestido blanco que va bien con el clima, iremos a almorzar cerca de playa, luego regresaremos y nos quedaremos en la playa del hotel, salgo de la habitación, pero todavía no están las otras dos, voy a la habitación de Katerina y toco suave.

HémeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora