Intenté abrirlo, pero no pude. La ingente cantidad de raíces que lo rodeaban y agarraban con fuerza lo hicieron imposible.
- Pero, ¡Si no puedo abrirlo! -le recriminé de los nervios.
Había tratado de arrancar las raíces, de levantarlas. Sacudiéndolo, estirándolo, agitándolo... Pero nada había funcionado.
- Exacto. El libro sólo puede abrirlo un mimético -sopesó él.
- ¡Pero yo lo soy! ¿No? -exclamé furiosa.
- Lo eres, sí, pero no recuerdas cómo llegaste a serlo y una gran parte de tu "poder" se encuentra limitado. Es por esa razón que necesitamos que recuperes tu memoria, y también, el principal motivo por el que no he podido explicártelo todo y por el que te traje a tu antigua casa de verano -me explicó, tumbados cara a cara, mientras pensábamos en una solución.
- Quizá dirigirnos a la zona del bosque sobre la que pude recordar algo pueda recuperar mi memoria al completo -reflexioné concienzuda, al mismo tiempo en que VIX me dejaba acariciarle su ondulado cabello.
Entonces, de inmediato me vi siendo aupada por VIX e insertada en su espalda.
- Pero, ¿qué haces? -critiqué molesta.
- Así iremos más rápido -determinó él.
- ¿Tienes siempre que decidirlo todo por mí? -le recriminé un poco enfadada, moviéndome todo lo posible para que me bajara de nuevo.
- ¿Qué decido por ti? -preguntó sorprendido, dejándome en el suelo.
- ¡Todo, VIX! ¡Todo! Yo no quería nada de esto. Ni poderes, ni ser la salvadora del mundo, ¡nada! Y ni siquiera me dejas disfrutar de un momento de tranquilidad, ahora que al fin empiezas a abrirte conmigo -manifesté verdaderamente molesta.
- Rose, no había más opción... -me respondió con evasivas.
- VIX, sí, sí había más opciones. Debiste preguntarme antes de llevarme desde Francia hasta Canadá, debiste haberme dejado elegir -le recriminé con dureza.
- No pude. Tuve que decidir -se intentó justificar, convencido de que había hecho lo correcto.
- No VIX, creíste que debías decidir por mí, porque querías salvarme, pero, ¿y si yo no quería ser salvada? Nunca me preguntaste ni consideraste qué quería en realidad -traté de hacerle ver, herida, cómo su egoísmo le había cegado bajo un falso altruismo.
- ¿Y eso es lo que quieres? -preguntó oriundo.
- ¡No! Lo que quiero es que me escuches, que me tengas en cuenta... -le respondí decepcionada, apenada incluso.
- Está bien... -añadió compungido.
- Está bien, ¿qué? -pregunté irritada. No quería más evasivas.
- Lo tendré en cuenta. Te lo prometo -añadió serio, mientras me miraba a los ojos.
Yo le miré intimidante. No iba a pasarle ni una imposición más. Él, sin embargo, no lo tuvo en cuenta. Me subió a caballito poco después, y aunque ya estaba prácticamente recuperada, sabía que tenía razón sobre el estado de recuperación en el que aún me encontraba, de modo que, decidí dejar pasar el tema y confiar en su palabra.
Pero también sabía que si me fallaba, me sería muy difícil perdonárselo. En tal caso, nuestra confianza se habría roto, y mi confianza no era algo que pudiera recuperarse fácilmente, pues no la solía prestar a nadie.
Teniendo eso en cuenta, no le discutí más. Nos alejamos del valle que rodeaba la casa, lleno de flores y vetustos perfumes, pero exento de reprobables sucesos sobre los que indagar.
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En busca de un pasado mejor (Vol II. Las Fronteras del Tiempo)
FantasíaSinopsis: Rose, una joven de 17 años que no acaba de encajar en el instituto, será raptada por un misterioso hombre que afirma querer salvarla de un peligro inminente. De esta manera descubrirá el motivo de su diferencia, así como el significado de...