-No...no...yo no puedo, Pedro.-dije con mis ojos cristalizados y con mi voz en un hilo.
Me aleje de él y camine hacia mi casa.
-¡Valeria, por favor! ¡Yo jamás lo quise hacer!-gritó el con una voz muy frágil...
Me di la vuelta y lo mire ahí, parado, con sus ojos rojos y caídos, con sus pómulos rojos y hacia abajo, así como se ve en los partidos que el juega.
Tenía tantas ganas de regresarme corriendo hacia el, a besarlo, y decirle lo mucho que lo ame y lo amo.
Pero si lo hacía sería una perdedora, y una cualquiera.
No me quería ver así.
Así que seguí caminando, con mis ojos llenos de lágrimas, sin ganas de seguir con mi vida, por que sin el, mi vida no tendría sentido.
¿Que le diría a mi hijo, hija?
¿Cuando me preguntase que donde está su padre?
Estaba tan feliz, por que pensaba que tendríamos una hermosa, bella, e linda familia, pero no fue así.
Todo se dio vuelta.
¿Que haría en España ahora?
Nada.
Me iría de España hasta que algún día me olvidase de todo lo que pase, y pudiera regresar de nuevo.
Pero con un hijo o hija...
Me haría cargo yo sola.
Lo último que no quería era ser madre soltera, y me tocó serlo...
Me dolió tanto que el pensara que yo le sería infiel, que yo le fallaría, que perdiera su confianza en mi...
Me limpié mis lágrimas y entré a casa, sin decir nada.
Por como todos me vieron, supuse que ya se habían enterado, y si, ya se habían enterado.
Sentí ese vacío en mi, que solamente el llenaba, con su sonrisa.
Gavi lo sabía...
Y jamás me dijo nada, se que lo hizo para no dañarme, ¿pero que hubiese pasado si yo jamás me hubiera enterado?
Toda mi vida me verían como una payasa y una tonta.
Lo odiaba tanto, pero también lo amaba tanto.
Quería que todo esto fuese una mentira un sueño, y despertarme de un pellizco.
Estaba en mi cuarto, con mi cabeza viendo hacia el techo.
Con el corazón roto, mis ojos rotos, mis esperanzas rotas.
-¿Val?-pregunto mi padre atrás de la puerta.
-Ahora no.
-Hija, necesito hablar contigo...
-No quiero hablar ahora.
-Lo necesitas, mira...-lo interrumpí.
-Que no, que no quiero hablar, no lo necesito.
-Vale.
Empecé a llorar como nunca.
Busque boletos hacia los Estados Unidos, quería largarme de aquí.
Apague mi móvil, y empecé a hablar con mi bebé...
-Todo estará bien, mama saldrá adelante junto contigo, no te dejara solo o sola. Jamás pensé que esto me llegaría a pasar, me gustaría pensar que esto es una broma, pero no es así...espero y el algún día se arrepienta de todo lo que hizo. Solo seremos mamá e hijo...-le hablé entre lágrimas, sentía como si el me estuviese escuchando.
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Un reencuentro inesperado en Barcelona -Pedri González-
RomanceValeria y Pedri se conocen desde los 6 años, ambos han estado enamorados desde los 8 años, pero no lo demuestran por miedo al rechazo.