•2• hasta pronto...

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Habían pasado unos 6 años de lo sucedido, Pedri y yo seguíamos siendo amigos, siempre íbamos a la playa, y a el mismo parqué, la pasábamos muy bien ya teníamos 15 ambos, pero seguimos siendo los niños felices de antes. Con lo de mis padres no iba tan bien, mi papá trato de perdonarla, pero muchos conocidos le decían que ella por las tardes que mi papá se iba a trabajar y yo con mis hermanos a estudiar, ella se iba con un hombre en un carro. Nunca sabremos si eso en realidad fue verdad. Me destrozaba ver a mi papá de esa manera no dormía, fumaba 8 veces al día cuando llegaba de trabajar, básicamente esto le estaba afectando horriblemente, ¿y yo que podía hacer? Nada, no tenía dinero no tenía casi nada.

Papá me llamo para que fuera a su habitación a hablar, no sabía de que quería hablar, no había hecho nada malo, tenía buenas calificaciones, no estaba saliendo con nadie, no se de que quería hablar.

-Aquí estoy ¿de que querías hablar?-dije
sentándome en la orilla de su cama que obviamente compartía con "mi madre".

-Bueno... no sé como vayas a reaccionar a esto pero...-se detuvo.

-¿pero que papá?-dije intensa no me gustaba que se quedaran a medias

-Si te quieres quedar con tu madre puedes quedarte no te estoy obligado.-dijo sospechoso.

-Ve al grano papá.-dije

-¿te acuerdas de tu tía la que vive en Estados Unidos?-dijo el ya sabía a qué se refería sin tan solo seguir hablando... nos iríamos... solo pensé en mi chico de ojos marrones... no podía dejarlo.

-Oh no, papá no puedo dejar todo lo que tengo aquí.-dije mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas.

-hija, créeme que te entiendo, pero yo ya no quiero estar sufriendo con lo de tu madre ella y tu hermano mayor nos fallaron a ambos.-dijo llorando

-si...pero papá Pedri...-dije con un nudo en mi garganta

-¿Pedri? lo volverás a ver pero pasarán años.-me dijo el haciendo que llorará más.

-no puedo dejarlo el es más que un amigo... es mi hermano.-dije con mi voz en un hilo

-Lo se créeme, pero si te quieres quedar con tu mamá pued-lo interrumpí

-¡No! Con ella no pienso quedarme-dije mirándolo.

-bien, nos vamos el jueves de la otra semana-dijo levantándose dejándome sola en la habitación.

Era miércoles, los miércoles con pedri solíamos salir al parque a que el me diera practicas de fútbol, pero ¿como le contaría esto? No tengo ni la menor idea de cómo el vaya a reaccionar.

-Hola, ¿está Valeria?-dijo pedri preguntandole por mi...

-oh, ella está en su cuarto puedes pasar-dijo mi padre dejando pasar a Pedri me seque rápido mis lágrimas para que el no lo notara pero, el me conocía a la perfección...

-¿Amazona?-dijo entrando a mi habitación.

-dime-dije sin verle la cara.

-¿estas bien?-preguntó tocándome la espalda.

-si estoy muy bien, ¿vienes para ir al parque no?-dije fingiendo una sonrisa.

-ah, si-dijo.

-bien, entonces vamos.-dije tomándolo de la mano

Caminamos hablando de cualquier cosa, hasta que llegamos al parque el fue directo a sentarse en el césped, el nunca hacia eso los miércoles, traía su pelota en su mano pero la dejó a un lado de él, siempre que veníamos el salía corriendo para que yo atrapara la pelota pero esta vez no lo hizo.

-bien, ahora cuéntame ¿por qué estabas llorando?-dijo el acomodándose mientras yo me sentaba a su lado.

-no estaba llorando.-dije con el seño fruncido, claramente mentía, y sabía que a él eso no le agradaba para nada.

-Valeria, ya sabes que no me gusta que me mientan, y menos tú.-me dijo mirándome serio, señalándome.

-pero es que yo no te estoy mintiendo pepi-dije.

-no me llames pepi, por qué me estás mintiendo y lo sé claramente-me dice, enfadándose.

-bien, entonces piensa lo que quieras Pedro yo me voy no quiero estar perdiendo mi tiempo con alguien que no me cree-dije levantándome y sacudiendo mis manos.

-Valeria, ¿que es lo que te pasa? Nunca me llamas Pedro, sabes perfectamente que puedes contar para lo que sea conmigo, te lo he dicho desde que éramos unos niñitos-dijo levantándose el también.

-lo se, pero quiero estar sola-dije caminando a lo que el me sujeto de mi brazo.

-¿necesitas ir a la orilla del mar?-me preguntó, el el sabía perfectamente que en el mar yo me desahogaba y hasta contaba de más...

-...si...-dije con mi vos en un hilo.

-vamos.-me agarro de mi mano y agarró su balón y caminamos hasta que llegamos ala orilla Del Mar

-¿ahora me vas a contar?-dijo mirándome

-Bueno, sabes por los problemas que está pasando mi familia ¿no?-pregunte.

-claro, ¿que es lo que sucedió?-me miró afligido

-pues, mi papá ya no aguanta más a mi mamá, ni a mi hermano y... mi papá se comunicó con una tía que vive en Estados Unidos y nos vamos el jueves de la semana que viene-dije cuando mis lágrimas empezaron a recorrer mi mejilla.

-¿Así que te vas?-pregunto, mirándome seriamente.

-...si...-respondí.

-no puedes dejarme Amazona.-dijo llorando igualmente.

-yo no te quiero dejar pepi pero es la única opción y es una única oportunidad-dije agarrando su cara con mis dos manos.

-pueden buscar otra casa, no se pueden quedarse en mi casa por mientras-dije mirándome.

-pepi, te quiero, y gracias por todo, pero la decisión ya está tomada papá la acepto el dinero ya se entregó, y ya no hay vuelta atrás...-dije mirándolo esos ojos lindos brillantes, se habían apagado...

-¿y la promesa? ¿La olvidaste? me dijiste que no la romperías-me miro con los ojos llenos de lágrimas.

-Pedri... yo... no podré cumplir esa promesa, pero te prometo que cuando vuelva te buscaré lo prometo mi chico de ojos marrones.-dije dedicándole una sonrisa.
-No yo... probablemente ya no estaré esperándote.-dijo y a mi se me destrozó el corazón cuando dijo eso.

-¿que?-dije soltando mi manos las cuales anteriormente estaban en sus mejillas.

-Valeria yo no esperare todo el tiempo, date cuenta, y si lo haces yo prácticamente no estaré para ti.-dijo sin siquiera verme a los ojos.

-Bien, entonces yo no te buscaré.-dije mirándolo con mis lágrimas en mis mejillas cayendo una por una.

-Haz lo que quieras.-se encogió de hombros.

-¿por que Pedri?-dije mirandolo con mi mirada más débil que nunca

-¿por que qué Valeria? Yo no fui el que rompió esa promesa, acuérdate que fuistes tu.-dijo parándose.

-Joder, ¿por que no lo entiendes? Si fuese por mi te juro que me quedo aquí pero es por un bien, para mi papá y mi hermano menor, y claro para mi, y si eso te molesta pues no hay de otra.-dije parándome y quedando cara a cara con el.

-Ya lo haz dicho no hay de otra, ojalá y encuentres a alguien mejor que yo, lo dudo y mucho por que lo que yo hice no lo hace cualquiera, lo único que eres, es que eres una traicionera.-dijo mirándome con odio.

-véte ala mierda-dije caminando, harta de estar escuchándolo decir cosas que no son.

Perfecto, había arruinado mi gran amistad con mi chico favorito, Pedri... ¿por que le costaba tanto entender que no era por que yo quería? si no, por que era un futuro mejor para mi papá y mi hermano pero yo sabía que no era un adiós era un "hasta pronto".

Un reencuentro inesperado en Barcelona -Pedri González-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora