•79•Solo una ultima vez.

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Cuando terminamos de desayunar, Pedri se fue a cambiar, dispuesto para irse a su casa.

Pero Liam lo detuvo, y le dijo que miraran las caricaturas juntos.

Y ahí se quedó.

El timbre sonó.

No esperaba a nadie.

Cuando abrí la puerta me encontré con la grandiosa sorpresa de ver a Pablo parado con un ramo de tulipanes rosas en sus manos.

Sus ojos estaban rojos, y se miraba cansados.

El intentó dedicarme una sonrisa.

Y yo lo hice igual.

Extendió sus manos para entregarme el ramo de tulipanes, pero solo me lance hacia el, para abrazarlo.

Sentí como el necesitaba ese abrazo.

-¿Qué tal?-le pregunté separándome de él y mirándolo de puntillas.

-No tan bien, pero ya está en recuperación.

-Menos mal, necesitas descansar...

-Que va, me he dormido todo el día, desde que llegué al hospital.

-Tus ojos dicen otra cosa.

-Dormir es lo único que no quiero en esta vida.

-¿Disculpa? ¿Estás bien? Dormir es lo mejor que hay en este mundo.-hablé indignada.

-Para ti, dormilona.-rio poniendo su dedo índice en mi nariz, haciendo que la arrugara.

-¿Y esto?-le dije mientras recibía el ramito.

-Bueno, una recompensa por dejaros solos ayer por la noche.

-No era necesario.

-Si.

-No, no y no, me conformo con solo ver que estás bien.

-Bueno, pero me gusta ser detallista. Con diferentes personas.

-Vale...puedes pasar.

-¡Gol! ¡Te he ganado papá!-gritó Liam, celebrando.

-¿Qué cojones?-dijo Gavi al ver a Pedri sentado en el sofá.

-Puedo explicártelo, pero aquí no.-dije llevándolo del brazo hasta el patio.

-Me voy medio día, ¿y aparece Pedri aquí? No jodas Valeria.

-Mira, Liam ayer necesitaba verlo, así que lo hemos llamado, y ya era demasiado tarde para que el se fuera para su casa, entonces lo he dejado que se durmiera en el cuarto para invitados. En unos minutos más se va.

-¿Habéis cogi-ni siquiera lo dejé terminar.

-No, no jamás.

-Júramelo.

-Te lo juro por lo que más quieras Gavira, no sería tan tonta.

-No me mientas Valeria.

-No te estoy mintiendo Pablo, estoy diciendo la verdad.

-Vale, te creeré.

-Gracias. Ahora podemos regresar a casa.

-¡mamá puedo ir con mi padre, el me llevará a un parque de diversiones! ¡Por fa! ¡Por fa!-me pidió el.

-¿Que? No, te quedas conmigo.

-¡Déjame ir!

-No Liam, es peligroso.

-¿Peligroso? Estará conmigo. ¿No confías en mí?-habló Pedro.

-No, Liam se queda conmigo.

-Recuerda que también es mi hijo.

Un reencuentro inesperado en Barcelona -Pedri González-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora