Bastian
Le quito a Jeren los zapatos, la camiseta y los pantalones. Parece muy emocionado por vestirse de pirata. Adriana se está cambiando la ropa mientras que yo cambio a Jeren.
Sale del vestidor con su disfraz de pirata, que consiste en un vestido blanco corto, un corsé rojo ajustado por encima del vestido, unas botas negras por encima de la rodilla y un sable. Joder. Está preciosa.
—¿Qué ocurre?— me pregunta.
—Estoy pensando en que deberías dejarte puesto ese disfraz esta noche y dejar a Jeren dormir con Ulises otra vez.
Una enorme sonrisa aparece en su preciosa cara.
—Ve a cambiarte, yo termino de vestir a Jeren— me dice.
Rodeo su cintura con mi brazo y pongo mis labios sobre los suyos.
—Mami. ¿Por qué Bastian siempre te besa?
Adriana se ríe en mi boca, rompemos el beso para mirar a nuestro monito. Me pongo en cuclillas para tener mi cara a la altura de la suya.
—Porque tu mami es mi novia y me gusta besarla— le digo.
Jeren asiente.
—¿Puedo ser su novio?— le pregunto.
—Vale.
—Te prometo que la voy a cuidar, monito.
—¿Y a mí?
—Y a ti, pequeño, siempre cuidaré de vosotros.
Jeren me abraza por el cuello, rodeo su pequeño cuerpo con mis brazos.
—Te quiero mucho, Bastian.
Mi corazón se aprieta fuerte, emite una corriente eléctrica que me recorre todo el cuerpo, lo abrazo más fuerte.
—Yo también te quiero, monito.
Me da un pequeño beso en la mejilla.
—Voy a cambiarme— digo poniéndome de pie.
Le doy un beso en la cabeza a Adriana antes de meterme en el vestidor para ponerme mi traje de pirata.
Te quiero mucho, Bastian.
Esbozo una sonrisa. También quiero mucho a ese pequeño, se ha colado en lo más profundo de mi corazón y es por esa misma razón que debo protegerlos. Ya le he dado a Mario todos los detalles de Emanuel, espero que su investigador privado encuentre algo que yo no conozca, como su ubicación. El bastardo lleva ocho años escondido, él y su madre, esa maldita zorra es el cerebro pensante de todo esto, estoy seguro.
—Mami. ¿Vas a tener bebés con Bastian como la hija de la señora Larissa con su novio?
Me quedo congelado.
—Shh, no preguntes esas cosas, Bastian podría escucharte.
Tener hijos con Adriana es algo en lo que no he pensado, claro que es pronto, pero ya me he planteado tener un futuro con ella. No pensé en eso, anoche me corrí dentro de ella, sabiendo que está con anticonceptivos, si no los estuviera tomando ella quedaría embarazada. Mi pulso se acelera, me apoyo en las baldas del armario. Yara quería muchos hijos, es algo que no me dio tiempo a darle. Escucho el latido de mi corazón en mi cabeza, es lo único que puedo escuchar en estos momentos. Siento que el suelo vuelve a tambalearse bajo mis pies.
—Bastian.
Su voz, esa dulce voz comienza a calmarme. La miro por encima de mi brazo.
—Lo lamento— se disculpa— Jeren no tiene filtro.
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EL SANTO #3 [Disponible en físico]
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