CAPÍTULO 40:
MUDANZA
Gun no supo cómo reaccionar, tampoco podía hacer algo porque estaba limitado. Tenía a Jump en sus brazos y no quería que pudiera pasarle algo, así que sólo pasó de largo con la intención de ingresar a la habitación.
-P'Gun, por favor. Realmente necesito hablar contigo-.
Estuvo parado unos cuantos segundos sin reaccionar, hasta que toma la decisión.
-Perth, ¿podrías por favor cuidar de Jump?-.
-Sí-.
El chico tomó al pequeño y se dirigió a la habitación dejando solos a la ex pareja en la sala. Gun lo hizo pasar y de forma cortante le preguntó:
-Dime lo que tienes que decirme y luego te vas-.
Mark fingió no escuchar y a cambio preguntó algo diferente.
-Ese niño es...-.
-Sí, es mi hijo. Pero Apple y Jane fallecieron en un accidente-.
-Lo siento-.
Gun respondió de forma inmediata a las palabras de Mark.
-Dime a lo que viniste-.
Mark sacó de su bolsillo un papel y lo entrega a Gun.
-¿Esta carta fue la que me dejaste antes de irte?-.
El chico, sin entender lo que Mark quería decir, acepta aquella hoja doblada y casi deteriorada.
Gun procedió a leerla.
"Mark, me voy de tu lado. Lamento si no te lo digo de frente, pero no hallé otra forma de decírtelo. Anoche conocí una persona que me da todo lo que tú no quieres darme. La verdad ya me siento insatisfecho contigo y no creo seguir soportando este calvario a tu lado. Por favor, te pido que desalojes el departamento lo antes posible y no intentes siquiera buscarme, porque no permitiré que suceda. Perdóname por no decírtelo antes, pero es necesario irme con alguien que sí me hace sentir feliz y pleno en la cama. Gun".
Cada frase, cada palabra que leía, le rompía el corazón. No entendía cómo esa carta fue a dar a sus manos, ni mucho menos por qué contenía tanto dolor en su escrito.
Al acabarla, levantó el rostro y miró fijamente a Mark.
-Esta no es la carta que te dejé. ¿De dónde la sacaste?-.
-Estaba encima de la mesa. Allí fue donde la dejaste, ¿no?-.
-Sí, pero yo no te escribí eso-.
Mark, con una lágrima que rodaba en su mejilla, responde avergonzado.
-Lo sé. Esa carta la escribió P'Prom-.
La situación para Gun era demasiado confusa. ¿Por qué Prom habría hecho algo así? ¿Para qué?
-P'Prom me confesó que cambió la verdadera carta. Es por eso que todo este tiempo creí que me habías dejado-.
Gun estaba controlando sus emociones pero sus ojos no podían aguantar más.
-¿Por qué me estás haciendo esto?-.
-Quiero que entiendas que no tuve la culpa-.
-¿No la tuviste? Mark... estuve esperando por ti durante un año-.
-¿Cómo podía saber que la carta era falsa?-.
-¿Tan poco me conocías como para no saber que yo nunca hubiera escrito algo así? ¿No se te ocurrió acaso buscarme para saber si era cierto?-.
Mark sonrió con ironía antes de responder.
-No seas injusto, P'Gun-.
-¿Injusto? Yo no fui la persona que creyó ciegamente en una carta. En el momento que diste por hecho que yo te había abandonado y no buscarme, es porque desconfiaste de mí-.
Mark se descontroló y alzó la voz tan fuerte que la persona frente a él se asusta.
-¡Mierda! ¡¿Por qué no te pones en mis zapatos por una vez en tu vida?!-.
-No grites. Mi hijo está en la habitación-. Dijo con calma.
Por unos instantes, había olvidado que no estaba solo en el departamento. Tan sólo retrocedió unos pasos e intentó calmar sus impulsos. Gun respondió a su pregunta cuando vio que Mark no tenía más que decir.
-Hace un año, yo te pregunté por la pulsera. Ese día no la llevabas puesta, así que te pregunté por ello-.
-¿Eh?-.
-Me dijiste que la dejaste en tu casa guardada, pero yo sabía que me habías mentido. Esa pulsera la tenía Perth-.
Mark estaba confuso ante lo que escuchaba, pero prefirió continuar su atención al relato.
-Perth me dijo que esa pulsera la habías botado a la basura. Y a pesar de tu mentira, regresé a ti, ¿lo recuerdas?-.
-¿Cómo era posible que Perth tuviera la pulsera?-. Decidió preguntar.
-Regresé a tu lado porque confiaba en ti. No me importó nada de lo que me hayan dicho o haya visto. No le creí a Perth porque decidí pensar que la habías perdido-.
Mark agachó su cabeza para no encontrar la mirada triste de Gun. La razón fue su completo entendimiento a los argumentos recién dichos.
Pero Gun se encargó de que lo viera a los ojos apenas escuchara sus palabras.
-Después fui por ti cuando me celaste por lo de Saint, ¿lo recuerdas?-.
-¿Por qué me estás diciendo todo esto?-.
-No tienes derecho a pedirme que me ponga en tu lugar. Ya lo he hecho por demasiado tiempo-.
Mark, con lágrimas en sus ojos, tomó a Gun de su rostro y lo acercó al suyo apegando sus frentes
-Por favor, ya no sigas. Sólo deseo que cambie lo nuestro-.
Gun estuvo a centímetros de ofrecer sus labios, pero se detuvo a casi unos milímetros del beso. Tomó las manos de Mark y las alejó.
-Ya vete y no me busques más. Ahora tengo un nuevo propósito en la vida y es mi hijo. En un mes me voy de aquí a empezar una nueva vida y no quiero que estés en ella-.
-¿Qué? ¿Cómo que te vas? ¿Dónde?-.
Gun omitió todas las preguntas y fue hacia la puerta de salida, abriéndola de par en par.
-Vete-.
-P'Gun...-.
El chico no pronunció más palabras, sólo esperó al lado de la puerta para que Mark se fuera. Y así lo hizo.
Cerró la puerta y se dejó caer al piso con dolor.
Perth salió de la habitación para avisar que el bebé se había quedado completamente dormido, pero al ver a su amigo destruido en el piso, su corazón se encogió.
-¿Qué pasó, P'Gun?-.
-Lo amo... Aún lo amo-.
Por dentro estaba la persona que decidió cambiar su destino, aunque el dolor le pesara el resto de su vida. Por fuera, estaba la contraparte apegada a la puerta escuchando los sollozos de un corazón que él, sin querer, había destrozado. Su alma estaba rota en mil pedazos porque su mente ya se había convencido de que las esperanzas ya se habían esfumado.
--------
Un día antes del cambio radical en su vida, Gun decidió eliminar y regalar cosas que ya no le servirían. Lógicamente apoyado por todos sus amigos y cercanos. Perth, Plan, Earth, Santa, Yacht, Title y Mig estaban apilando cajas y metiéndolas en una camioneta. También aprovecharon de ayudar y pasar el rato con Jump.
Earth se ofreció de voluntario a cuidar del bebé mientras Gun guardaba la ropa en una maleta.
-Oh, este bebé es muy tranquilo. Mira sus ojitos-. Dijo Earth meciéndolo entre sus brazos y dando pequeños paseítos de un lado a otro.
-Sí, la verdad es que, por las noches, no despierta con frecuencia-. Respondía mientras doblaba algunas ropitas de su hijo.
-¿Es así?-.
Gun asintió.
-¿Y P'Mig te ha ayudado todo este tiempo con él?-.
-Sí, está haciendo un curso de especialización. Luego viene a ayudarme con el bebé-.
-Vaya, cualquiera pensaría que es tu novio y su padre-.
Gun sólo sonrió.
El pequeño lo miraba con una sonrisita, moviendo sus manos intentando tocar su rostro, enterneciendo aún más a Earth.
Santa entró en la habitación con una bolsa mediana y negra, cuyo contenido eran hojas sueltas.
-¿Esto se irá a la basura también?-. Preguntó levantando la bolsa.
-Sí, gracias-.
-Oye, cariño-, dijo Earth, llamando la atención de su novio, -¿Cómo crees que me veo con un bebé en brazos?-.
Santa sólo sonrió.
-¿No estarás pensando en tener uno?-.
-¿Por qué no? Yo quiero formar una familia y que adoptemos hijos-.
Santa se acercó a su novio y le besó la frente, luego tomó su barbilla haciéndolo que lo mirara.
-Te ves hermoso con esa criaturita, y serías un buen papá. Quizás cuando termine finalmente la universidad, podemos pensar en agrandar nuestra familia-.
-Oye, Santa. Deja de estar coqueteando con tu novio y por favor ayúdame con estas cajas-. Interrumpió Title.
Santa asintió y se fue tras Title. Momento en que Gun escuchó la palabra "caja", recordó que tenía un par en su closet. Las sacó y las miró sólo por encima.
Con sólo echare un rápido vistazo a cada una, se dio cuenta de su contenido, por lo que tomó una de ellas y se fue rumbo a la sala, donde estaba casi todo organizado.
-P'Plan, ¿puedes dejarme esta caja en la camioneta, por favor?-.
-Sí, claro. Terminé de organizar estos libros que tenías en esta cajonera-.
-Yo puedo ayudar a llevar esta caja también-. Perth tomó la caja que rotulaba los artículos electrónicos musicales.
-Si quieres, puedes dejarte eso-. Le dijo Gun.
-¿De verdad?-.
-Sí, claro. Yo tomaré otro rumbo y no lo necesitaré más-.
-Muchas gracias, P'. Iré a dejarla a mi auto. Vamos juntos, P'Plan-.
-Sí-.
Los chicos se fueron y Gun llama a Mig, quién ya estaba dejando limpio un esquinero vacío. El chico salió detrás de Gun y le entrega la segunda caja.
-¿Podrías enviarla a la basura por mí?-.
-Sí, claro-.
-Gracias-.
Mig salió a dejar el pedido en el contenedor de basura, pero antes de hacerlo, su curiosidad creció y no pudo resistir. Abrió la caja y se sorprendió del contenido de ella. Fotos, cuadernos, cartas y muchas cosas más que pertenecían al noviazgo con Mark, se encontraban refugiadas.
Mig no fue capaz de botarlas y a cambio de eso, recordó que aquel chico que rompió la pantalla de su celular y el cual no tuvieron contacto alguno desde ese día, dejó su número de contacto y la dirección de su hogar. Luego, vio a lo lejos a Perth y se acercó a él.
-Perth, ¿puedo pedirte un favor?-.
-Sí, claro-.
-¿Puedes decirme dónde queda esta dirección?-.
Perth supo inmediatamente a quién pertenecía.
-¿Por qué quieres ir con Mark?-.
-Necesito pedirle el pago por la pantalla de mi celular-.
Perth frunció el ceño.
-¿Qué? ¿Por qué no sólo le escribes y ya?-.
-Luego te explico. Ahora necesito que me ayudes-.
-Está bien. Te llevaré-.
Mig acompañó a Perth hasta su propio automóvil y emprendieron el viaje hasta el departamento solicitado.
Perth no entendía por qué Mig querría ir a ver a Mark. Lo de su celular lo creyó, pero esa no era suficiente razón como para pedirle con insistencia que lo llevara hasta su departamento. Sobre todo por la caja que llevaba en sus piernas.
-¿Por qué llevas esa caja?-.
-No es nada en particular-.
-Entiendo-.
Perth había caído en cuenta que la visita tenía que ver con Gun, y optó por terminar la interrogación, pues era mejor que su ex amigo se enterara que su persona especial ya tenía a alguien en quien aferrarse.
Al doblar la esquina después del semáforo, Perth divisó el edificio hacia su derecha.
-Mira, allí es-.
-Bien-.
Estacionó en un espacio vació, un poco alejado del lugar para no ocupar el estacionamiento perteneciente al condominio y se bajaron del automóvil. Un par de minutos les costó llegar hasta el edificio, hasta ser recibidos por el conserje.
-Nong Perth. Tanto tiempo que no viene por estos lados-.
-Buenas tardes. Sí, mucho tiempo. Sólo pasamos a ver a Mark un momento-.
-Sí, claro. Pasen-.
Los dos chicos subieron al ascensor hasta llegar al piso correspondiente. Perth toca el timbre un par de veces hasta que asoma Mark.
-¿Qué haces aquí? ¿Y este tipo quién es?-. Preguntó Mark con sorpresa.
Perth se volteó y miró a Mig.
-Aquí lo tienes, te esperaré en el auto-.
-Sí-.
Cuando estaba por marcharse, Mark lo detiene rápidamente.
-Oye, sé que no hemos tenido contacto de ningún tipo, y ahora quiero aprovechar de preguntarte: ¿Por qué tenías mi pulsera y le dijiste a P'Gun que yo la boté?-.
-Eso ya no tiene importancia, idiota-.
Sin más que decir, continuó su camino sin mirar hacia atrás. Mig por su parte, se presenta inmediatamente.
-Soy el chico al que le rompiste el celular hace casi un mes, ¿lo recuerdas?-.
Mark se giró hacia Mig y respondió.
-Sí, claro. Disculpa no haberte contactado antes, es sólo que he tenido muy poco tiempo. Pero si quieres puedo darte el dinero-.
-Descuida, no vengo a eso-.
-Oh, lo siento. Pasa, por favor-.
Mig entró al departamento y miró hacia todos lados como reconociendo el lugar que una vez visitó Gun. No pudo evitar sentir molestia.
-Entonces, ¿a qué viniste?-.
-A dejarte esta caja. Creo que te pertenece-.
-¿Esa caja?-.
Mig la dejó en la mesita de centro y frotó sus manos, dando por finalizado su trabajo.
-Sí, esa caja pertenecía a Gun, pero él la quería desechar-.
-¿De P'Gun? ¿Entonces, tú...?-.
-Sí, sé quien eres y el daño que le hiciste a Gun. He sido testigo de sus tristezas y su esfuerzo por ser una mejor persona. Durante un año fui el psicólogo que trató sus trastornos, ahora quiero ser el hombre que cuide y vele por él, ¿comprendes?-.
Cada palabra que salió de Mig, llenó de ira el corazón de Mark, quien intentó con todas sus fuerzas no golpearlo.
-¿Por qué vienes a decirme todo esto?-.
-Gun y su hijo se mudarán mañana y no quiero que lo veas ni lo sigas más. Ya bastante daño les has provocado como para que aún lo atormentes más-.
-¿Se mudan? ¿Dónde?-.
-¿Crees que te lo voy a decir?-.
La mente de Mig sólo tenía pensamientos de amor y protección hacia la persona que conoció en su trabajo, por lo que no dudó en tomar la decisión de confrontar al causante de todas las lágrimas que había derramado.
De forma civilizada, no tuvo más palabras que agregarle. Se dio media vuelta y se marchó sin darle oportunidad al dueño del departamento a defenderse del erróneo ataque que sufría gracias a un inescrupuloso que buscó su amor a base de engaños y mentiras.
___________________
ESTÁS LEYENDO
Alumno para Dos
Fanfiction¿Qué pasará cuando dos amigos, que tienen una amistad que se enreda hasta las sábanas, se encuentren con un chico que les pide algo más que una simple clase de música? Uno de ellos se enamorará...