43.- Al fin te encontré

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CAPÍTULO 43:AL FIN TE ENCONTRÉ

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CAPÍTULO 43:
AL FIN TE ENCONTRÉ



Esa tarde, después de una búsqueda en internet de todos los bares de Chiang Rai, Mark escribió una larga lista con sus direcciones y números telefónicos.
Llamó a cada uno preguntando si había alguna persona trabajando allí con el nombre de Napat Na Ranong, pero no tuvo éxito.
Ya han sido tres días desde que Gun se fue de Bangkok, y esperaba que no fueran más días, por lo que insistió en su búsqueda sin dar con los resultados deseados.
Descartó varios locales dejando los que no tenían algún número de teléfono al cual llamar. En alguno de esos debía estar Gun.
Prom entró a la habitación con una bandeja y un tazón de ramen.
-No has salido de la habitación desde que llegaste, así que te traje algo para que comas-.
-Gracias, pero no tengo hambre-.
Dejó la bandeja en el escritorio justo al lado de Mark.
-Has estado sentado frente al notebook toda la tarde. Come un poco-.
-Dije que no tengo hambre-.
Prom dio un suspiro para calmar sus emociones y se sentó.
-¿Por qué no hablamos como dos personas civilizadas?-.
Mark se giró hacia Prom.
-¿Qué se supone que vamos a conversar?-.
-De lo nuestro-.
-Está bien, te hablaré de lo nuestro. Yo no romperé contigo a menos que P'Gun me lo pida, pero si eso no sucede, tampoco me tendrás-.
Prom sacudió su cabeza.
-No entiendo a lo que te refieres-.
-Seguiré contigo, es la razón por la que sigues viviendo aquí. Pero eso no significa que te ame o quiera entregarme a ti. Sólo será de palabra-.
-¿Por qué estás haciendo todo esto? Sabes perfectamente que no te dejaré ir aunque ese maldito de Gun te lo pida de rodillas-.
Mark se levantó de su asiento y se paró frente a Prom mostrando lo más cerca posible sus ojos de furia.
-Nunca más vuelvas a mencionar a P'Gun-.
A pesar de la amenaza, Prom le mostró una sonrisa irónica.
-Él nunca va a volver contigo. Ya me encargué de eso. Sólo te queda estar a mi lado. Y algún día te cansarás y te rendirás a mí-.
-Eso lo veremos. Ahora sal de mi habitación. Debo hacer mi equipaje-.
-¿Equipaje?-.
Mark se molestó y se paró al lado de la puerta levantando la mano gesticulando una invitación a salir.
-Por favor-.
Prom salió de la habitación dejando algunas palabras para Mark.
-Come tu comida-.
De cierta forma, Mark le había dejado las cosas claras a Prom con respecto a su relación y cómo la llevaría. De esta forma, también se ayudaba a sí mismo a organizar su mente y saber lo que quería o no hacer.
Su estadía en Chiang Rai dependía de lo que sucediera con Gun, así que preparó ropa suficiente como para una semana, más algunos artículos de aseo. Tiempo que se había propuesto como meta: si no podía lograr nada en absoluto, volvería a su vida y dejaría todo atrás.
Se acostó temprano esa noche para dormir lo suficiente y despertar fresco para el vuelo de tres horas que le esperaba. Para su sorpresa, Prom no estaba en casa y todo indicaba que no había pasado la noche allí. No le dio mayor importancia y se fue hacia el aeropuerto.
La ansiedad y el nerviosismo en su interior colaboró en que la espera para tomar el avión se hiciera una eternidad, hasta que pudo calmarse cuando sintió aquel avión despegar.
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Gun llegó a eso de las dos de la tarde a casa para echar un vistazo a su hijo, aprovechando el poco flujo de clientes en el local.
Su madre lo esperaba con un plato de comida, así que se sentó rápidamente a comer algo después de haber visto a su bebé en una pequeña cunita.
-Mamá, ¿dónde está P'Rhun?-.
-Dijo que iría a comprar algo de pescado-. Respondió mientras se sentaba a su lado a comer.
-¿Pescado?-.
-Sí, tenía antojos de salsa de pescado fermentada-.
Gun colocó un rostro de desagrado.
-Ya veo-.
Tomó un sorbo de sopa de cerdo que su madre preparó y continuó la conversación.
-Mi hermano vino a vernos, sin embargo ha pasado más tiempo fuera de casa-.
-No exageres demasiado. Llegó hace una semana y ha ayudado mucho en el bar-.
La madre le mostró una bella sonrisa a su hijo luego de haber excusado a su hijo mayor. Y Gun no estaba equivocado, puesto que Rhun no pasaba más de una hora diaria en casa desde que llegó y se iba al bar de la familia a mostrar su faceta de dj; hobbie que tenía en días de descanso.
Terminando su comida, Gun se levantó y tomó a su pequeño en posición de cuna junto con su mochila pañalera para llevarlo a pasear, aprovechando su día libre para salir con su hijo.
-Lleva el canguro. Te hará falta cuando lo saques del automóvil-.
-Sí. Además, ya tengo instalada la silla para bebés, gracias a P'Mig que se lo regaló a Jump-. Le respondió mientras se dirigía a hacia la salida.
La madre abrió la puerta para su hijo y añadió:
-De acuerdo, pero no te tardes-.
-No lo sé. Trataré de ir a la clínica a tomar una cita para el pediatra. Después de un largo viaje en avión, quiero asegurarme de que todo está bien con mi bebé-.
Se dirigió al automóvil y dejó a Jump en la silla colocándole una mantita de polar para abrigarlo. Así, tomó el rumbo hacia una clínica para chequear a su bebé.
Mientras conducía con mucha precaución, veía a Jump por el espejo retrovisor. Entonces, inició una conversación como si el pequeño le entendiera lo que decía.
-Iremos a revisar si tu organismo está bien, ¿de acuerdo?-.
Jump sólo movía sus manitos de un lado a otro.
-Pero no quiero que llores. Tienes que comportarte como todo un valiente-.
El pequeño simplemente lo miraba.
-¿Sabes? La primera vez que me pidieron ayuda para que llegaras al mundo, tuve que pedirle la opinión a alguien muy importante para mí. Me dijo que tú también serías nuestro hijo. En ese momento, comencé a soñar con un futuro para nosotros. Tus dos madres y nosotros como tus padres. Quizás, habría sido complejo que lo entendieras, pero poco a poco lo harías. Pero todo se derrumbó, porque Mark tomó otra decisión-.
Sin darse cuenta, sus ojos se llenaron de lágrimas, las cuales secó inmediatamente. Su hijo mostró una tierna sonrisa que lo calmó inmediatamente.
-Tienes razón, ahora tú eres mi prioridad-.
El tramo no fue tan largo, llegando así a la clínica donde pudo conseguir una cita para que la pediatra atendiera al pequeño de tres meses de edad.
La profesional miró con admiración cómo el joven y guapo padre cuidaba y trataba con amor a su hijo. Y más alabanzas le dio, cuando le contó que era un padre soltero.
Todo estuvo bien en la salud de Jump y Gun salió de la clínica con satisfacción con dirección hacia un centro comercial. Allí compró algunas cosas que necesitaba Jump y algo de comida.
Se detuvo en una tienda de juguetes, donde vio una lámpara muy parecida a la que había comprado en Canadá, lo que desató la melancolía. Retiró de inmediato aquellos viejos recuerdos. Pero, por alguna razón tomó la decisión de comprarla para Jump.
Al girar para entrar, una persona que pasaba mirando un papel, chocó accidentalmente el brazo de Gun, quien dejó caer las bolsas de sus compras.
-Disculpa, no te vi-.
La persona responsable levantó sus bolsas y se disponía a devolverla.
-No te preoc...-. Gun no pudo terminar la frase cuando vio a la persona que estaba frente a él. Sólo pudo escuchar a la otra persona exclamar.
-¡Al fin te encontré!-.
-¿Mark?-. Reaccionó Gun.
Mark se acercó con satisfacción.
-¿Qué estás haciendo aquí?-.
-Hace una semana que llegué y he estado buscándote sin parar. No pensé encontrarte aquí-.
-¿Buscándome?-.
-Sí-.
Mark se acercó a Gun con la intención de tocar su rostro, pero este se giró.
-Lo siento, ya es un poco tarde para Jump. Me tengo que ir-.
-¡Espera! Necesito hablar contigo-.
Gun simuló no escuchar a Mark e intentó quitarle la bolsa de las comprar que tenía en la mano.
-Al menos déjame ayudarte. Tienes al bebé en el canguro y traes el bolso-.
Gun pensó que Mark tenía razón, así que accedió a lo acompañase hasta el automóvil. Este era un momento que el recién llegado no podía desaprovechar, así que apenas llegó al vehículo, ayudó a subir a Jump a su silla. Sin embargo, Mark no lo colocó en su lugar, sino él mismo lo sostuvo en posición de cuna y se sentó atrás.
-¿Qué estás haciendo?-.
-¿No dijiste que se estaba haciendo tarde para el bebé?-.
-Sí, pero...-.
-Es mejor irnos-.
Jump comenzó a llorar al sentir el desapego con su padre, pero cuando escuchó la voz de Mark, mágicamente se calmó.
-No, dámelo. Yo lo llevaré-.
Gun tomó a Jump y lo situó en su silla para mayor seguridad, y se sentó a su lado.
-Puedes manejar. Te indicaré hacia dónde tienes que ir.
-Está bien-.
Mark encendió el auto y lo puso en marcha.
Mientras conducía, miraba por el espejo retrovisor a Gun acariciando la cabecita de Jump, sin despegar su vista de él.
-¿Cómo se llama?-.
Preguntó mientras estacionaba el automóvil.
-Napat. Su apodo es Jump-.
-¿Napat?-.
-Sí. Apple y Jane lo escogieron y yo decidí mantenerlo-.
Apagó el motor del auto y se volteó.
-Debía ser nuestro hijo-.
-Mark, por favor-.
Se bajó del vehículo junto a Jump y el bolso, ayudado previamente por Mark, quien abrió la puerta trasera.
-Espera, deja abrir la puerta de tu casa-.
-Gracias-.
En el interior, Jump yacía durmiendo en los brazos de su padre, y fue llevado hasta la habitación. Mark estuvo en todo momento, mirando con nostalgia cada movimiento de Gun.
-Mi madre y mi hermano no están en casa y no regresarán hasta mañana. Puedes irte, necesito descansar también-. Dijo el dueño de casa apenas cerró la puerta de la habitación por fuera.
Mark se plantó frente a Gun y habló con determinación.
-No me iré hasta que me escuches-.
-Creo que tú y yo no tenemos mucho de qué hablar-.
Bajó su cabeza sin mirar los ojos que siempre lo hipnotizaban.
-P'Gun, he venido por ti. No soporto estar viviendo de esta manera. Sé que cometí un error y me arrepiento de ello, pero quiero remediarlo-.
-¿Has venido por mí?-. Preguntó de manera casi inaudible.
Mark asintió.
-¿Y por qué no hiciste lo mismo la vez anterior?-.
Esta vez, Gun miró a Mark con dolor y decepción. Este no respondió.
-Estuve esperando por ti un año, y nuevamente fui yo el que regresó hacia ti. Siempre he sido yo. Ahora que ya está todo destruido entre nosotros, pretendes volver a mí-.
La voz de Gun sonaba casi quebrada, pero se mantuvo firme sin mostrar debilidad. Mark suspiró y agitó su cabeza en negación.
-No quiero estar viviendo con alguien a quien no amo-.
-¿Quieres decir que aún sigues con él?-.
El menor no pudo mentir y asintió.
-Después de lo que nos hizo, sigues con él-.
-Es sólo por compromiso. Tengo muchas cosas que debo pagar por lo que ha hecho por mí, pero realmente no lo amo. Ni siquiera nos hemos acostado-.
La mente de Gun parecía confundirse aún más con cada palabra que escucha de la otra persona.
-Vete. No quiero seguir con esta conversación. Creo que tú y yo estamos por caminos diferentes-.
Gun se alejó bajando por las escaleras seguido por Mark. Al llegar al primer piso, lo agarró del brazo.
-Dime que lo deje. Pídeme que lo abandone y lo haré. Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa que me pidas con tal de regresar a tu lado-.
-¿Cómo puedes decir una cosa así? Hazte cargo de tus decisiones. Yo no te pediré que lo dejes porque es una decisión que te corresponde a ti-.
-Entonces, ¿dejaremos que nuestro amor se muera?-.
Gun no respondió a esa pregunta, lo que hizo a Mark pensar de más.
-Tú ya no me amas, ¿no es así?-.
-...-.
-No lo creo, pero si es así, dímelo a la cara. Si me lo dices de frente, te juro que ya no te molestaré nunca más, P'Gun-.
-...-.
-Sólo dime que ya no me amas y me iré-.
La fortaleza de Gun en permanecer tranquilo y firme, fue disminuyendo a medida que avanzaba la conversación, hasta llegar al punto de estallar en lágrimas.
-Eres un maldito egoísta. Sabes que nunca podría decirlo porque te amo con toda mi alma y quizás nunca logre sacarte de mi vida-.
Los ojos de Mark se llenaron de lágrimas al escuchar esas palabras.
-¿Te das cuenta que es la primera vez que me dices que me amas?-.
-No era necesario que te lo dijera, ¿no crees?-.
-A veces sí lo es-.
-Pues a mí no me sirvió de nada escucharte decirlo si no me lo demostraste, en cambio yo sí lo hice. Tú perdiste tu lanceta hace mucho tiempo y no hay manera de recuperarla-.
Al escuchar a Gun, Mark recordó esa metáfora que él mismo dijo en sus días de tutor.
-¿Qué quieres que haga entonces?-. Preguntó posando sus manos en el rostro de Gun.
-Sólo quiero estar con una persona además de mi hijo-.
-Te refieres a...-.
-Sí, a P'Mig-.
Mark soltó el rostro y dio un paso hacia atrás.
-Ya veo-.
-Pensar en él me reconforta y me da seguridad. Pensar en ti duele jodidamente-.
-Me estás lastimando con esas palabras-.
-Te pido que continúes tu vida con P'Prom. Sigue con el camino que tú mismo elegiste hasta que el destino nos vuelva a reunir. Si realmente estamos hechos el uno para el otro, en algún momento del futuro nos volveremos a unir, cuando las heridas ya hayan sanado y cuando no haya personas interviniendo. Pero ahora eso no es posible, ya tenemos nuestros caminos separados y debemos seguir así-.
Mark no pudo aguantar su llanto y abrazó con fuerza a Gun.
-No puedo aceptar esto-.
Gun devolvió el abrazo de Mark con la misma fuerza.
-Aceptaré sólo si me prometes que al menos me dejarás verte-. Pidió Mark.
-¿Estoy interrumpiendo algo importante?-. Habló una tercera voz.
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