44.- Como un rayo

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CAPÍTULO 44:COMO UN RAYO

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CAPÍTULO 44:
COMO UN RAYO


-¡Cumpleaños feliz!-. Gritaron todos los presentes alrededor del festejado.
Gun compró una gigante torta ayudado por Mig para todos los presentes. Encendió las velitas y se acercó al cumpleañero.
-Tienes que pedir un deseo antes de soplar tus velas-.
Mig colocó su mano encima de la torta.
-Espera un momento, déjame grabar este acontecimiento-.
-No es necesario-.
-Oye, Jump cumple 3 años y merece ser registrado. Ya lo he hecho en sus dos cumpleaños anteriores-.
-De acuerdo-.
Luego, inició el conteo.
-1.. 2... 3... ¡Bravo! ¡Feliz cumpleaños, mi pequeño!-.
Todos los amigos cercanos a Gun, incluso Saint, quien viajó desde Canadá, estaba para la celebración del pequeño Jump al que todos amaban mucho.
-Vaya, ha crecido muy rápido mi sobrinito-. Dijo Saint acercándose a Jump y Gun.
-Sí, es cierto. Ha sido difícil.
Saint golpeó el hombro de Gun mostrándole una hermosa sonrisa.
-Lo estás haciendo muy bien, amigo. Sobre todo, porque la persona de allá ha estado contigo durante todo este tiempo sin pedirte nada a cambio. Incluso dejó atrás Canadá para trabajar en Bangkok y estar cerca de ti-.
Levantó su mano e indicó a esa persona que estaba repartiendo una rebanada de torta para los invitados.
-Lo sé, P'Mig ha sido una persona muy linda conmigo-.
-¿Y qué pasa conmigo?-. Dijo una tercera voz.
-Perth, no puedo olvidarme de ti. También has estado siempre. Aunque sea desde lejos-.
Gun levantó sus manos para abrazar a su amigo, pero este pasó por su lado y abrazó al pequeño cumpleañero.
-Lo siento, pero este lindo niño merece toda mi atención-.
Gun sonrió.
-Papi-. Balbuceó el pequeño.
-Ven aquí, es tiempo de que juegues-.
Tomó a Jump y lo bajó de la silla. Apenas sintió el piso, salió corriendo alrededor de los mayores y se mezcló con otros pequeños de la cuadra. Saltaba y pasaba por todos lados riendo a carcajadas a la vista de su padre que no dejaba de pensar en cuán rápido había pasado esos tres años, y aún le quedaba camino por recorrer.
Tan absorto estaba que sus amigos a su lado le hablaron sin obtener respuesta de su parte.
-Oye... ¿Me estás escuchando?-.
-Oh, lo siento, P'Plan-.
-Te estoy diciendo que ya me tengo que ir. Debo tomar mi vuelo a Bangkok. El lunes tengo mis clases-.
Gun lo miró con una sonrisa y jugó un momento con él.
-De acuerdo, mi querido profesor universitario. Gracias por venir-.
-Sabes que tratándose de Jump, haría cualquier cosa. Todos lo queremos mucho-.
-Lo sé-.
Gun no podía negar las palabras de Plan. Earth, Santa, Title y Plan, estuvieron a su lado desde el primer momento. Cada fin de semana, un día festivo, unas pequeñas vacaciones o cualquier día de descanso, los amigos visitaban a Gun y Jump para pasar el tiempo con ellos, a pesar del arduo trabajo que cada uno ya tenía.
Saint, por su parte, no había fin de semana que no llamara a su amigo y ver al pequeño. Viaja constantemente a verlos junto a Perth, quien se había mudado a Canadá con él hace dos años atrás.
El tiempo pasó como un rayo al caer sobre la tierra. Es así como Gun miraba a su alrededor, viendo que cada uno de sus amigos había surgido en sus respectivos trabajos cosechando éxitos para sus vidas. Tanto fue así que Santa y Earth habían logrado casarse y ahora estaban en su luna de miel, razón por la cual no pudieron asistir al cumpleaños de Jump.
Plan se acercó al niño y lo abrazó con ternura.
-Debes cuidarte mucho y feliz cumpleaños-.
-Sí, tío-. Respondió el pequeñito que ya sabía hablar.
Luego de aquello, se marchó.
La noche había caído sobre el cielo de Chiang Rai y los pequeños invitados ya se retiraban junto a sus padres después de un largo día de juegos.
Gun los despedía uno por uno a los invitados hasta quedar sólo la familia y 3 de sus amigos más cercanos: Saint, Perth y Mig.
-Bien, ahora hay que ordenar y limpiar-. Dijo la madre de Gun, quien, al escucharla, tomó a Jump que ya comenzaba a frotarse los ojos.
-De acuerdo, pero iré a acostar a este pequeño travieso. Pronto bajaré a ayudar, mamá-.
-No te aflijas. Aquí hay muchas manos para ayudar-.
De pronto, el padre se levanta del sillón y camina rápidamente hacia la salida.
-Lo siento, debo ir al bar. Te veo en la casa, cariño-.
-Espera, papá. Yo te acompañaré-. Agregó Rhun saliendo de la misma forma que su progenitor.
La madre acongojada por el actuar de su esposo e hijo, simplemente silenció y comenzó a levantar todos los platos y servicios sucios sobre la mesa.
-No se preocupe, nosotros le ayudamos-. Dijo Mig levantando algunos escombros del piso.
Saint tomó los platos que llevaba la Sra. Na Ranong y los llevó hacia la cocina. Perth, por su parte, acompañó a Gun hacia la habitación, llevando algunos juguetes esparcidos por la sala.
Gun dejó a Jump sobre la cama y quitó sus pantalones.
-Vamos a ponerte el pijama, ¿sí?-.
-Sí, papi-.
Con mucha paciencia, cambió de ropa a su hijo y luego lo llevó al baño para ayudarlo a lavar sus dientes y rostro. Al finalizar, lo arropó y esperó a que el pequeño se quedara dormido. Todo a la vista de un Perth totalmente admirado.
-Es increíble que hayas cambiado tanto-.
-Shhh-.
Tomó a Perth del brazo y lo llevó a su habitación.
-Ahora sí podemos hablar-.
Perth se sentó en la cama y comenzó su diálogo pendiente.
-Veo el gran cambio que has tenido en todo este tiempo, ¿Sabes?-.
-¿A qué te refieres con eso?-.
Perth lo tomó de la mano y lo miró seriamente.
-Te conocí como una persona desinteresada por la vida. Sólo te animaba el sexo y nada más. Ahora, tienes un futuro hermoso y una personita que te llena-.
Gun sonrió.
-No fue la mejor manera en que llegó a mi vida, pero soy feliz estando con él-.
Claro estaba que la muerte de las madres de Jump y amiga de Gun, era un dolor que siempre estaría en su corazón. Pero las cosas se dieron de esta manera y no había más que hacer.
Perth, entendiendo su respuesta, agregó:
-Una de las cosas que sigo amando de ti, es tu sonrisa. Me encanta verte feliz por tu nueva vida, pero me gustaría que también te dediques a tu propia vida-.
Gun frunció el ceño sin entender el mensaje de Perth.
-Hablo del amor-.
-Perth, eso... Ya no está en mis planes. Creo que deberías saberlo-.
-Lo sé, pero también sé que en la sala hay una persona que ha esperado por ti hace ya cuatro años-.
No hubo respuesta por parte del oyente, lo que hacía pensar que no estaba preparado para hablar del tema que había enterrado hace mucho tiempo.
-P'Gun, sé que pasaste por mucho dolor con Mark, pero no puedes cerrar tu corazón. P'Mig es gentil y siempre ha estado contigo en todo lo que has necesitado. Incluso se mudó desde Canadá a Bangkok sólo para estar cerca de ti-.
-Él me ha enseñado mucho en todo este tiempo, y no te niego que me gusta. Además, ya nos estamos tratando y acepté que me coqueteara, pero no sé si realmente sea suficiente porque no lo siento tan profundo-.
Perth tomó su rostro y lo miró a lo ojos.
-Respóndeme con la verdad. ¿Aún amas a Mark?-.
Gun guardó silencio. La verdad es que no tenía respuesta para aquello. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron. Si bien, Mark le dijo que no se apartaría, varios meses después, él se había mudado junto a Prom a Estados Unidos.
-Sólo siento que no guardo rencor por lo ocurrido. Es una de las cosas que me enseñó P'Mig-.
-¿Entonces?-.
-Esa respuesta la sabré el día que vuelva a verlo-.
Se levantó de la cama y caminó hacia la puerta.
-¿Y si eso no sucede?-. Preguntó de pronto Perth.
-Si lo veo o no, si lo amo o no, nuestra relación no se retomará-.
Sin decir ninguna palabra más, se retiró de la habitación.
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Luego de un largo viaje desde Norteamérica, Mark llegó a su casa que le esperaba en Bangkok.
Muchas maletas esperaban que fuesen desempacadas, pero no quiso hacerlo por la pereza y cansancio de un arduo día.
-Finalmente he regresado a mi país-. Dijo tirándose a la cama.
-Después de haber terminado tu maestría en música mientras terminabas tu carrera en EEUU, creo que valió la pena-.
-Lo sé. Creo que puedo decir que una parte de mis sueños está cumplida. Te lo debo a ti, P'Prom-.
-Era lo menos que podía hacer por ti, después de todo el daño que te hice-.
Respondió mientras se sentaba a su lado.
-Eso ya quedó en el pasado. De todas formas, creo que el mayor culpable fui yo. No tomé buenas decisiones y me dejé llevar por la primera información. No tuve el valor de ir a buscar la verdad por mí mismo-.
Prom escuchaba con tristeza las palabras de Mark, puesto que su corazón estaba en conocimiento de que sus acciones provocaron daños irreparables.
-¿Qué harás ahora?-.
-Quiero volver a buscarlo. Creo que después de estos años, las aguas se habrán calmado y podremos dejar todo con claridad-.
Mark tomó su celular y revisó sus redes sociales. Lamentablemente, no tenía acceso a las cuentas de Gun porque este no aceptó ninguna solicitud de su parte. Tampoco insistió en reenviarle sus solicitudes.
Sólo podía conocer de su vida por Plan y Perth, quienes eran los únicos que dejaban sus cuentas en público.
Instagram estaba actualizado y Perth subió varias fotos del cumpleaños de Jump. Las cuales Mark miró cada una con detenimiento.
"Estás cada día más hermoso y Jump cada vez se parece más a ti. P'Mig sigue a tu lado, imagino que ya debe ser tu novio. No me extrañaría que lo fuera, pues es él quien ha estado secando tus lágrimas que yo mismo te provoqué". Pensó.
Sin darse cuenta, Prom estaba conversando de lo que haría después de desempacar, pero no hubo reacción de su parte.
-¿Mark?-.
-Lo siento, estaba distraído revisando algunas cuentas-.
-Entiendo. Sólo quiero decirte que ya me voy a casa. Yo también quiero descansar-.
Mark asintió y Prom tomó sus pertenencias y se marchó a su propio hogar. En tanto, Mark continuaba mirando las fotografías.
-Jump está de cumpleaños. No sería mala idea ir a dejarle un regalo de mi parte-. Habló en voz alta.
De pronto, pensó que podía pedir ayuda a Perth o Plan, pero estaba recién llegado a la ciudad y no era prudente no darle un espacio al descanso tanto a su cuerpo como a su mente, así que decidió dejar pasar el tiempo.
La última vez que Mark vio a Gun, fue hace casi 3 años, cuando prometió no irse de su lado, aunque fuese sólo como una persona conocida, pero aquello no aconteció, luego de una charla que tuvo con la persona que había llegado a casa ese vez.
Desde aquel día, decidió caminar por separado y concretar sus sueños.
Una semana después de haber llegado a Tailandia, tomó un vuelo que lo llevaría a Chiang Rai. Ya tenía la dirección donde encontrar a Gun, así que no se haría problema con ello, sólo que el nerviosismo de saber cómo este reaccionaría al verlo después de mucho tiempo, lo estaba matando. Prácticamente, sus pensamientos eran negativos, pues todo había cambiado y muchas cosas pasaron entre ellos, que le era difícil volver a retomar lo que algún día tuvieron.
La habitación del hotel donde se alojó, era cómoda y fresca como para relajar su mente y su cuerpo. Mientras la noche acaecía, tomó una ducha y se dirigió a la cama sin comer absolutamente nada, puesto que su estómago no se lo pedía.
Esa noche logró descansar hasta que los primeros rayos del sol llegaron a su rostro. Se levantó perezosamente y se arregló para enfrentar un largo día.
-Muy bien, es hora de volverte a ver, mi P'Gun, aunque no sé si querrás volverme a ver-. Dijo mientras se preparaba para salir.
Caminó un par de metros hasta que el estómago rugió por algo de alimento, así que entró en el primer restaurante que encontró cerca.
Un local lujoso, grande y espacioso, lleno de comensales que iban temprano a desayunar, era el lugar perfecto para alimentarse con tranquilidad.
La mesera que lo atendió, lo llevó hasta una mesa pequeña para dos personas, situada en una esquina tranquila, alejada del bullicio de los demás.
-Buen día, ¿qué deseas?-.
-Buen día, P'. Sólo deseo arroz cocido con frutos secos, frutas tropicales y un poco de agua-.
-Enseguida, Nong-.
-Gracias-.
Esperó su desayuno mientras revisaba su celular para ver algunas noticias y revisar sus redes sociales. En ese instante su teléfono comienza a sonar.
La pantalla mostraba a su amigo Plan.
-Hola, Mark-.
-Hola, P'Plan, ¿qué tal?-.
-¿Ya encontraste a Gun?-.
Mark lanza un suspiro antes de responder.
-Sospechaba que me llamarías por ello-.
-Exacto-.
La llamada de Plan fue prácticamente porque la otra persona al teléfono estaba muy preocupada por este chico, ya que no sabía el escenario con el que se encontraría cuando se enfrentara a Gun. Pero, al saber sus planes, sólo optó por apoyarlo en todo lo que haya pensado, independiente del resultado que se obtenga.
-Amigo, ya te dije los pros y contras de lo que vas a hacer-.
-Sí, he tomado todo en consideración, pero no puedo continuar con esta situación. Ha pasado el tiempo y aún lo amo. Necesito que lo sepa-.
-Tú mismo lo has dicho. Ha pasado mucha agua por el puente-.
-P', eso ya lo sé. Sé que tengo las posibilidades de que él ya no me quiera y que esté ahora con P'Mig, pero no puedo dejar que mi historia con él termine así. Tengo que enfrentarlo y dar un nuevo inicio a mi relación con él, ¿lo entiendes?-.
La persona que escuchó, además de Plan, fue la mesera que llegó con su pedido que se le fue servido rápidamente en la mesa. La chica estaba un tanto incómoda escuchando la conversación mientras dejaba los platos sobre la mesa, pues sentía una invasión hacia la privacidad de su cliente.
Mark le hizo señales de agradecimiento a la chica y ella se retiró. Luego, volvió la atención hacia la llamada.
-Cálmate, ¿sí? Sólo quiero que todo salga bien entre ustedes-.
-Gracias por tu apoyo-.
-Llámame si necesitas algo-.
-Por el momento, sólo lo necesito a él-.
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