1.- Un nuevo alumno

65 11 1
                                    

CAPÍTULO 1:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO 1:

UN NUEVO ALUMNO

En aquella escuela, los pequeños alumnos que no sobrepasaban los diez años, estaban concentrados en recordar los acordes básicos y aplicándolos en una guitarra acústica. Primero deben aprender en ella, para luego comenzar con la guitarra eléctrica.
-Bien, chicos. Ya tuvieron suficiente para practicar, así que voy a llamarlos por orden alfabético para que cada uno me exponga lo que ha aprendido-.
-¡Sí, profesor!-. Dijeron los casi 20 alumnos que estaban en la sala.
Poco a poco se iban acercando los chicos de acuerdo a su orden de llamado, sentándose frente al joven profesor, que ha tenido un desempeño excelente.
La hora se terminó rápidamente y Mark se aprontó hacia la cafetería para comer algo, ya que su estómago le reprochaba, prácticamente desde que salió de su casa.
-Buenos días, ¿qué desea?-. Preguntó la encargada.
-Buen día, ¿puedo obtener un café cargado y un croissant?-.
-Desde luego-.
Después de unos minutos de espera, la mujer le entregó su pedido a Mark y este se retiró hacia una mesa que estaba en el fondo. Se sentó allí y comenzó a leer unas pequeñas partituras de una música que estaba componiendo.
Llamada entrante.
La pantalla mostraba que era su mejor amigo, Perth. En realidad, no sabían si sólo eran amigos o algo más, ya que entre ellos había sucedido algo más, hasta el punto de enredarse en las sábanas.
Mark deja en pausa la actividad y contesta el celular.
-Hola, Perth-.
-Hola, te llamo para decirte que iremos a casa del nuevo alumno a las tres de la tarde, así que pasaré por ti a eso de las dos, ¿te parece?-.
-Sí, claro-. Respondió con una sonrisa.
-De acuerdo, nos vemos-.
La otra persona en la línea, colgó la llamada.
Mark y Perth tomaban clases en diferentes escuelas, por lo que no se veían tan a menudo, salvo por las noches y cuando no tenían alguna actividad de trabajo, en especial Perth, que trabajaba en una tienda de instrumentos musicales como empleado de medio tiempo.
Los minutos se fueron corriendo y Mark ya se preparaba para ir a otro curso a tomar su taller,
Caminando por los pasillos, se encontró con Plan, uno de sus más cercanos amigos, y quien estaba haciendo su pasantía en aquella escuela, para graduarse de profesor.
-Hola, P'Plan-. Respondió rápidamente apenas lo divisó.
El chico se acercó a él rápidamente y lo saludó agitando su mano.
-¿Qué tal todo?-.
-Muy bien, de hecho ha salido otro pequeño trabajo donde puedo tener un poco más de dinero-. Contaba Mark.
-Oh, sí es cierto. Perth ya me contó sobre ello-.
Plan era amigo de los chicos y sabía perfectamente de la vida de ambos, incluso de lo que estaba pasando con ellos.
-Bueno, hoy en la mañana me dio la noticia, así que acepté. Ya sabes, necesito juntar dinero para lograr mi sueño de estudiar música-.
-Lo sé, espero que realmente puedas cumplirlo-.
-Gracias-.
-Por cierto, ¿cómo está tu resaca? También supe que te emborrachaste-.
Plan colocó su mano en la cabeza de Mark y desordenó un poco su cabello, tirándolo hacia atrás.
-Sobreviví si a eso te refieres. Afortunadamente ya me tomé una aspirina-. Respondió Mark arreglando el cabello desordenado que dejó su amigo.
-Uff, afortunadamente-.
-Bien, ya me voy. Nos vemos-. El joven músico se alejó de Plan y agitó su mano para despedirse.
-¿Ya vas a tomar tu taller?-. Le gritó Plan cuando la distancia entre ellos era de unos 10 metros. Mark miró hacia todos lados con una expresión de vergüenza, aún así puso su mano en la boca y gritó a todo pulmón.
-¡Sí!-.
Plan simplemente se echó a reír y levantó su pulgar, posteriormente tomó su dirección contraria a la de Mark y se alejó.
Al entrar a la sala, encontró a su grupo de chicos de apenas 12 años de edad con un gran alboroto que logró controlar cuando alzó la voz.
-¡Tomen asiento, por favor!-.
Una nueva rutina comenzaba desde que tomó este trabajo en la escuela. Prácticamente vivía lo mismo casi todos los días; Ir a la escuela, ver a sus amigos, emborracharse de vez en cuando e ir a casa. Su mente sólo estaba puesta en sus sueños de estudiar música y tener su propio estudio discográfico, así que no tenía mucho tiempo para tener algún otro trabajo extra, o para mantener algún romance con Perth, a pesar de todo.
-Bien chicos, hoy comenzaremos a trabajar con "los cejillos", ¿de acuerdo?-. Dijo el joven profesor mientras sacaba la guitarra de su estuche.
-Comenzaremos con el acorde "F". El dedo índice debe ir recto en el primer espacio, de esta manera. Luego ubican el dedo medio en la tercera cuerda y segundo espacio. Posteriormente...-.
-¡Ay!-.
De pronto, en medio de la explicación, un grito de una de las alumnas alarmó a todos.
-¿Qué sucede?-. Preguntó Mark levantándose de su asiento.
-¡Mi ojo!-.
La niña se acercó al profesor llorando y con una mano puesta en su ojo derecho.
-¿Qué te pasó, N'Pang?-.
-Mi cuerda se rompió y golpeó mi ojo. ¡Me duele!-.
-Vamos a la enfermería. El resto, la clase ha concluido, se pueden retirar-.
Mark llevó inmediatamente a la pequeña a la enfermería sin perder tiempo. A paso rápido, él y la niña entraron a la sala y hablaron a la enfermera de turno. Ella revisó su ojo percatándose que tenía un corte en él. Curó a Pang con mucho cuidado mientras la pequeña seguía llorando por el dolor.
-Tuviste suerte. Pudo haber sido peor, aunque te quedará un poco hinchado.
-¿Cómo pudo causar este daño la cuerda de una guitarra?-. Preguntó Mark un tanto incrédulo.
-La cuerda pudo estar muy tensada y eso provocó que se rompiera. Tal vez era una cuerda de metal y no nylon-. Contestó la enfermera.
-Entiendo-.
-Tendrá que esperar un tiempo. Debe avisar a la Dirección para que llamen a sus padres-.
-Sí, P'. Muchas gracias-.
Camino a la dirección, llamó a Perth.
-Hola, Mark. ¿Qué sucede?-.
-Tendrás que ir solo a la cita de hoy. Tuve un pequeño contratiempo-.
-De acuerdo, le avisaré al nuevo alumno-.
-Gracias, adiós-.
Mark colgó la llamada y se dirigió hacia la dirección para arreglar su primera dificultad desde que tomó estos cursos como profesor.
----
Al terminar su largo sueño, Gun se levanta aun perezoso, después de la visita de su hermano, y se dirige a la cocina por algo de desayunar.
Un poco de sopa de fideos instantáneos y un vaso de agua fue todo lo que su somnoliento cuerpo le pidió.
Se sentó en la mesa y abrió la aplicación de LINE en su celular y le envió un mensaje a su hermano.
"¿A qué hora vienen los dos ancianos?".
La respuesta no se hizo esperar.
"¿Ancianos? 5555. A las 3 de la tarde irán los "ancianos".
-¿Qué pasa con su ironía?-. Dijo en voz alta, con un notorio disgusto. De repente, pensó que...
-¿Tal vez son dos mujeres? Bueno, si es así qué más da, no las aceptaré. Ellas no me pueden dar lo que necesito-.
Se echó a reír frente a esa alta posibilidad de que podrían ser mujeres. Su hermano lo conoce tan bien, que tal vez ya haya descubierto que Gun aceptó esta clase para tener algo más.
Miró la hora en su celular y este le indicaba que ya faltaban treinta minutos para la cita.
Se apresuró a ir a su cuarto y dejó una ropa cómoda y casual. Pantalón de buzo y una sudadera ancha.
Entró en la ducha y abrió la llave del agua caliente. Mientras se enjabonaba el cuerpo, el agua caliente que caía por el torso, despertaba los constantes deseos del hombre lujurioso.
Recordaba el día anterior, cuando el desconocido le dio una noche completa de sexo rudo, como a él le gusta.
Bajaba su mano acariciando su torso, con la mente puesta en que era aquella persona. Luego construyó un camino hacia su propio miembro apoderándose de él.
Apretó con un poco de fuerza el pene dejando salir un gemido mezclado con dolor.
-¡Ahhh! ¡Mierda! ¡Mierda!-. Repetía al mismo tiempo que ejercía un poco de más presión y fuerza a sus movimientos.
Tiró su cabeza hacia atrás con la fantasía de que aquel hombre estaba mordisqueando su cuello. Su respiración cada vez se hacía más pesada, y de casualidad, se aferró a la llave del grifo cerrando el paso del agua.
Muy atento y enfocado en sus acciones lujuriosas, fue totalmente interrumpido por el timbre de la puerta.
-¡Mierda!-.
Su amigo estaba completamente despierto, no había posibilidad de que pudiera calmar sus antojos, pero tuvo que salir de inmediato cuando escuchó que el timbre sonaba insistentemente.
-¡Debe ser mi hermano! ¿Por qué viene justo ahora?-.
Inmediatamente se vistió y salió de prisa a abrir la puerta.
-¡Ya voy! ¿Por qué tienes que moles...?-.
Al abrir la puerta se encuentra con un par de ojos mirándolo fijamente, y una sonrisa que alumbró su corazón, llamando su atención por completo.
El hombre parado en la puerta lo quedó observando como si se hubiera congelado, poniendo nervioso al dueño del departamento.
-Disculpa... es que... yo... yo...-. Tartamudeó Gun.
-¿Eres Napat NaRanong?-. Preguntó el muchacho frente a él.
-No.. yo... perdón, sí.. soy yo-.
-Yo soy el tutor de canto. Hablé con P'Rhun-.
-Oh, sí, sí...-.
"¿Quién mierda es este hombre? Nunca antes había reaccionado así ante nadie. Su mirada está acabando conmigo. Pero debo mantener la compostura, pues un hombre como él, no puedo dejarlo ir". Pensaba Gun.
-Me llamo Tanapon Sukhumpantanasan, pero puedes decirme Perth-.
-Un gusto, Perth. Bueno, ya sabes mi nombre, pero puedes decirme Gun-.
Perth saludó con un Wai a Gun, al mismo tiempo que en su interior sentía una fiera atracción física hacia aquel nuevo alumno con una sudadera que mostraba su tatuaje en su hombro y su cuello, su pelo húmedo y pantalón de buzo casual.
-El otro tutor no podrá venir hoy, así que... ¿Puedo...?-. Preguntó Perth.
-Oh, lo siento. Bueno, ya tendrá tiempo de venir. Adelante, pasa-.
Perth entró en la sala que parecía ser cálida y cómoda, pero la atmósfera era potente, con una conexión entre ambos chicos que claramente se tornaba cada vez más inevitable.
En sencillas palabras, lo que estaban sintiendo aquellos hombres no era otra cosa más que deseo mutuo.
Al cerrar la puerta, Gun se dirigió a la cocina a preparar una pequeña bandeja con dos vasos de jugo. Al regresar, vio a Perth sentado en el sofá, sacando su computador portátil de la mochila que llevaba.
-Traje un poco de jugo, para alivianar el calor-.
-Muchas gracias P'Gun-. Dijo Perth tomando un vaso y bebiendo un sorbo, luego lo depositó en la mesita de centro.
Gun se sentó en el sofá y observó con una hermosa sonrisa las acciones de Perth, quien intuyó aquel acto.
-Bien, lo primero que vamos a hacer es cantar. Quiero ver cuál es tu nivel para saber desde dónde tengo que empezar contigo-. Comenzó diciendo para cortar con esa mirada penetrante.
-¿Tengo que cantar?-.
-Sí-.
-Bueno, entonces será mejor que vayamos a mi habitación. Allí tengo el equipo de grabación y escritorio donde puedes estar más cómodo-.
Poco a poco, Perth se dejó caer en aquel pequeño ambiente de atracción y siguió el juego previo, pensando que...
"P'Gun, parece que además de las clases de canto, quieres otra cosa, puedo sentirlo. Así que veamos quien cae primero".
-Vamos-. Dijo levantándose de su asiento y siguiendo al otro hombre.
Al entrar al cuarto, Perth se emocionó a primera vista al ver el equipo de grabación puesto en un escritorio amplio. Un micrófono, audífonos, parlantes, un interfaz de audio y un teclado.
-¡Vaya! Esto luce casi profesional-. Dijo Perth asombrado, tocando con suavidad cada elemento.
-Solía cantar, pero ya no lo hago. He perdido interés-.
-¿Por qué?-.
Gun comenzó su juego de seducción como lo hacía todas las noches.
-He tenido algunas prioridades-.
Gun habló con una voz seductora, posicionándose detrás de Perth. Este agachó su cabeza ocultando su risa y volteó a ver a Gun.
-Me imagino qué prioridad puede ser-.
Sus ojos se fijaron en los labios gruesos y carnosos de Gun con deseos de querer saborearlo, y más aún cuando el mayor inconscientemente lamió su labio inferior.
ambos se miraron fijamente haciendo que Gun tragara un poco de saliva.
-¡Mierda, no puedo soportarlo!-. Gruñó Perth lanzándose sobre Gun.
Sus labios chocaron con euforia en un beso que se dio con desesperación y deseo.
Gun aceptó el beso y abrió su boca para que Perth pudiera tener acceso a su cavidad bucal. Sus lenguas se entrelazaron iniciando una tonada de choques eléctricos que viajaban por toda la boca.
Perth separó el beso para dar un poco de espacio a sus respiraciones que a esas alturas estaban aceleradas.
-Dime, ¿qué es lo que quieres?-.
-Sexo...-. Respondió Gun entre jadeos.
-De acuerdo... te lo daré-.
Reanudó el beso, dando unos pasos hacia adelante, obligando al otro chico a retroceder hasta llegar a la cama y cayendo en ella.
-Espera-. Dijo Gun de pronto.
-¿Qué pasa?-.
Gun se enderezó de la cama y miró a Perth.
-Además de mis clases de canto, quiero sesiones de sexo. Pero mis gustos son peculiares-.
-¿Qué tipo de gustos?-. Preguntó Perth colocándose junto a Gun.
El mayor se acercó cautelosamente y le susurró a su oído.
-Me gusta el sexo duro, con BDSM. Te pagaré 50.000 baht, una vez al mes-.
Perth sólo rio.
-Lo siento, yo no lo practico. Si quieres sexo, será a mi manera-.
-Entonces, sólo serán 2.000 baht por día-.
Perth se lanzó encima de Gun y comenzó a morder su cuello, luego miró a Gun y habló.
-Trato hecho, pero todo será a mi manera. Yo decidiré cuándo iniciaremos, y cuánto será la duración-.
-Como quieras-.
Perth apresó sus labios con un beso desesperado.
El primer trato ya estaba concretado.
______________________

Alumno para DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora