¿Qué pasará cuando dos amigos, que tienen una amistad que se enreda hasta las sábanas, se encuentren con un chico que les pide algo más que una simple clase de música?
Uno de ellos se enamorará...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
PRÓLOGO
Mi cabeza duele como el infierno, me da vueltas y vueltas con ganas de vomitar. Todo es culpa del estúpido de mi mejor amigo Perth, que me llevó a rastras al bar la noche anterior. Casi no puedo levantarme, pero estoy en la obligación de hacerlo porque tengo un examen muy importante que tomar en la escuela donde doy clases de música, así que me lanzo ánimos y me levanto de la cama antes de que suene el maldito despertador de mi celular. Me dirijo al baño y veo mi rostro completamente demacrado, así que ingreso directamente a la ducha para refrescarme un poco. Después de ello, mi celular comienza a sonar repetidamente, y en la pantalla muestra el nombre de la persona culpable de mi estado. Es Perth, mi mejor amigo y la persona de la que estoy enamorado desde que teníamos quince años. Él también parece tener atracción hacia mí por nuestra especial cercanía, además de que tenemos algo en común: el amor por la música. Realmente no entiendo la razón del por qué no estamos juntos. Levanto mi teléfono y contesto. -Hola, ¿Por qué llamas tan temprano?-. -Sólo quiero saber si amaneciste bien-. Me responde con un tono de preocupación. -Sí, bueno con un poco de resaca, pero con una aspirina se me pasará. Me imagino que tú también estás así-. Respondo con ironía. -No, ya sabes que tengo mucho más aguante que tú-. Perth se ríe con tono de burla y me contagia haciendo que suelte varias carcajadas. Realmente me encanta escucharlo reír. -Ya lo creo. Cualquiera que no haya tomado ninguna gota de alcohol, estaría bien. Un gran amigo eres al arrastrarme al bar y no tomar nada-. -Oye, yo no te obligué a tomar, sólo te pedí que me acompañaras para que pasáramos un grato momento y habláramos de algo importante, pero tú lo arruinaste todo-. Me rindo, con este chico no puedo. -¿Hablar de algo importante?-. Supongo que ese asunto es... de nosotros dos. -Sí, bueno... Ya sabes, creo que no debo mencionar de qué se trata, ¿o sí?-. Empiezo a dar vueltas por toda la habitación buscando ropa para ponerme, porque desde que comencé a hablar con Perth, he estado con la toalla enrollada en mi cintura. Mis manos empiezan a temblar un poco y a causa de los nervios. Intento calmar mis emociones ante aquello. No me imagino cómo actuaré cuando estemos frente a frente. Hemos sido amigos por mucho tiempo, pero nunca hemos hablado de amor entre nosotros, a pesar de que nos hemos besado y acostado un par de veces. -Creo que no es momento de hablarlo. Si quieres, puede ser hoy en la noche en mi casa-. ¿En serio le estoy diciendo esto? -De acuerdo, iré a tu departamento después de que termine mis clases-. -Bien-. Perth también es profesor, pero de canto. A pesar de que él y yo somos muy jóvenes, nos ganamos un dinero extra impartiendo clases a escuelas donde tienen talleres de música. -Por cierto, ayer olvidé decirte que tengo un dato de una clase de música que podemos impartir-. Me dice de repente. -¿Es en una escuela?-. -No, es particular-. -¿Particular?-. -Sí, la persona que me contactó es un profesor de historia y me dijo que necesitaba dos profesores para su hermano menor-. Vaya, un nuevo trabajo. Esto no es malo, necesito el dinero para mantener el arriendo y cumplir mi sueño de estudiar música. Soy un chico de clase media y no me alcanza para pagar la universidad. -¿Y cómo es la paga?-. -Él me dijo que diera nuestras pretensiones-. -De acuerdo, acepto-. -Bien, hoy hablaré con el profesor para definir nuestra cita con el nuevo alumno-. -Está bien-. -Ya me voy. Nos vemos, Mark- -Adiós-. Finalizo la llamada y me voy directo a cambiarme de ropa inmediatamente. Miro la hora y me doy cuenta que estoy un poco atrasado, así que apresuro mis pasos bajando casi corriendo hacia donde está estacionado mi automóvil de segunda mano. Me subo en él y sin haber desayunado, me voy directo a dar comienzo al día en que conocí al chico que puso mi mundo de cabeza y me arrebató algo que creí que ya tenía dueño... Mi corazón. _________________
Mi hermano mayor está empeñado en que vuelva a retomar la música, el gusto por la guitarra y el bajo eléctrico. Tuve un accidente automovilístico hace dos años, y lamentablemente resulté con mi hombro izquierdo fracturado y parte de mi brazo también. Me operé de esa lesión, pero simplemente he perdido práctica con los instrumentos musicales, gracias a que estuve mucho tiempo en rehabilitación. Sólo me dedico a trabajar en cualquier cosa para mantener mi departamento, y aunque me gradué de la Facultad de artes de la comunicación, no estoy ejerciendo. Ya no tengo el mismo interés en mi profesión y en la música como antes, ahora sólo tengo cabeza para mi trabajo en el bar y para mi único interés personal... el sexo. Me he vuelto adicto a ello. Tengo un gusto muy particular, pero nadie lo sabe, ni siquiera mi hermano. Temprano en la mañana, Rhun golpea la puerta. Me levanto con pereza y le abro. -¿Qué haces aquí a esta hora?-. Le digo refunfuñando. -Deja de dormir. Anoche no fuiste al bar a trabajar-. Me reprocha. -Estaba muy cansado-. Lo dejo entrar y me volteo para volver a la cama. -Déjame adivinar... Estuviste revolcándote una vez más con un extraño-. Mi hermano es una de las dos personas a la que le tengo plena confianza y sabe todo lo que pasa con mi vida... o casi todo. Me giro hacia él y le muestro una sonrisa de burla. -Me conoces muy bien, ¿no es así?-. -La verdad es que me estoy hartando de esta maldita actitud tuya. No necesitas estar revolcándote con cualquier imbécil que se te cruce por el camino. Un día, llegará esa persona importante y tendrás que cambiar-. El tono de mi hermano parece áspero y cortante. Cualquiera pensaría que tiene unos deseos incontrolables de golpearme. -No lo creo. Además, es mi vida y hago lo que quiera con ella-. -Sí, pero no puedes echar por la borda toda tu vida sólo porque no has realizado tus sueños. Tienes tu profesión y aún tienes posibilidades para retomar la música-. -No me interesa. Sabes perfectamente que ya no tengo interés en ello, sólo quiero trabajar en el bar y nada más-. Rhun suelta un suspiro en señal de rendición y se gira apartándose de mi vista para ir hacia la cocina a tomar un vaso de agua. Yo comienzo a mover mis pies para ir a mi cuarto, cuando me detiene Rhun que gritaba desde la cocina. -¡He contratado a dos tutores de música!-. -¿Qué?-. Le grité. -Ayer hablé con una persona que imparte clases de canto en el colegio donde estoy y contactará a la que da clases de guitarra. Hoy vendrán aquí para conocerte-. ¡Mierda! ¿Por qué tiene que hacer cosas sin preguntarme? -¿Qué te hace pensar que quiero tomar esas clases?-. Le digo con una visible molestia en mi rostro. -Sólo quiero que enmiendes las cosas y tomes tu rumbo en la vida. Que vuelvas a tomar ese bajo eléctrico y lo toques con el entusiasmo de antes-. Me responde mientras camina hacia la sala donde estoy. -Te dije que no quiero nada-. Se para frente a mí con la intención de convencerme. -Por favor, Gun, acepta estas clases, aunque sea por un mes, y prometo dejarte tranquilo para que hagas de tu vida lo que quieras-. Me quedo en silencio un momento y no puedo dejar de pensar que quizás sea una buena idea, pero no por la música en específico. -Está bien, tomaré las clases de canto y guitarra-. -Bien, ahora me voy-. Rhun se despide de mí y se va rápidamente, mientras que yo me devuelvo hacia mi cama. La verdad es que no suena mala idea, tener un profesor de música que pueda darme algo de sexo en casa. Podría probar haciéndolo con un hombre mayor que yo, con mucha experiencia. O tal vez pueden ser dos profesores que complazcan a Gun Napat NaRanong. ____________________