30.- Puedo soportarlo

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CAPÍTULO 30:PUEDO SOPORTARLO

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CAPÍTULO 30:
PUEDO SOPORTARLO


Esa noche, Mark llegó más tarde de lo habitual, causando una pequeña preocupación en su novio que lo esperó en la sala mientras veía algunas series en Netflix.
-No me avisaste que saldrías tan tarde de la cafetería-. Habló inmediatamente Gun cuando Mark lo había saludado.
-Sí, estuve con P'Santa y P'Prom, revisando el nuevo repertorio-.
-¿Aún no has podido cantar los temas de tu autoría?-.
-Sólo algunas. Las otras canciones son ya conocidas-.
El rostro de Mark reflejaba cansancio y apenas logró llegar al baño para darse una ducha. Si no fuera porque Gun dejó de retenerlo con la conversación, habría caído rendido al piso.
Su novio fue a la cocina y preparó un plato de comida rápidamente. Se lo llevó justo cuando Mark acababa de terminar su baño.
-Hice un poco de ramen para que puedas comer antes de dormir-.
-Gracias-.
Mark se sentó en el escritorio y comenzó a comer.
¿Debía ser este un buen momento para conversar lo sucedido esta mañana? Ante la duda, prefirió callar para no amargar la noche de su novio, que lo único que deseaba era descansar.
-¿Tú no comerás?-. Le preguntó Mark.
-Cené algo con los chicos de la banda después de terminar el ensayo-.
Gun se acostó y tomó su celular para revisar las redes sociales. Así podría esperar despierto a que Mark terminara y se acostara junto a él.
El silencio en ese momento se sentía abrumador, incomodando a ambas personas. Pero se esfumó de pronto cuando Mark lanza una pregunta.
-¿Por qué no me lo dijiste?-.
-¿Eh?-.
Mark se volteó hacia Gun.
-¿Por qué mierda no me dijiste que ya no te satisfago en la cama?-.
-¿Quién te dijo eso?-.
-Te oí decírselo a tu ex amante-.
Gun saltó de la cama hacia Mark.
-No es eso, Mark. No me malentiendas, por favor-.
El menor intentó calmarse y dio espacio a que su novio se explicara.
-Yo estoy bien con lo que recibo de ti. Me encanta lo que me haces, es sólo que ayer revisé la caja que traías...-.
-¿La revisaste?-.
-Sé de dónde provienen las cosas y... mi cuerpo comenzó a reaccionar a ello, pero yo sé que a ti no te gusta y preferí calmar mi excitación con unos medicamentos para dormir. Es todo-.
Al escuchar la respuesta de Gun, Mark llegó a la conclusión de que ya no era factible el sexo vainilla en su relación.
-Quieres decir que cada vez que estemos juntos, querrás BDSM, ¿no es así?-.
-Claro que no... no lo sé...-. Titubeó Gun.
-¿No lo sabes?-.
-Quizás sólo fue el asombro que motivó mi reacción. Pero estoy seguro que puedo controlarme. No es como si estuviera enfermo-.
Los ojos penetrantes de Gun se clavaron en los de Mark, y pudo hallar un poco de miedo en sus ojos. No podría deducir las causas exactas de su temor, sólo sabía que el hombre frente a él necesitaba quizás un poco más de eso.
"Si él puede soportar y aceptar el sexo que me gusta, quizás debería también ceder una parte de mí", se cuestionó Mark para sí mismo.
Se acercó a su mayor con cautela y lo beso tiernamente.
-Lo siento, no debí revisar lo que tenías-. Le dijo Gun.
-¿Sabes por qué Perth me lo dio?-.
Gun negó con la cabeza.
-Porque dijo que tú los ocupaste con él, así que te pertenecen. Pero...-.
Se encaminó hacia el clóset sin quitar la mirada hacia Gun y con una sonrisa seductora sacó la caja y mostró los objetos, tirándolos sobre la cama.
-Quiero borrar las huellas de Perth. Ahora sólo tendrán las huellas de Mark y P'Gun-.
Tomó la cuerda y la ató a las manos del otro chico.
-¿Qué estás haciendo, Mark?-.
-Shhh-.
Empujó a Gun a la cama y levantó sus manos por sobre la cabeza. Bajó sus pantalones cortos y expuso su miembro erecto.
La respiración de Gun se aceleró en un instante y su cuerpo comenzó a temblar. Mark se bajó de la cama y fue en busca del lubricante.
Volvió a la cama y tomó el látigo junto a la mordaza que fue colocada inmediatamente en la boca.
-Perth me dijo que no alcanzó a usar este látigo, así que lo inauguraremos-.
Llenó el mango del látigo de lubricante y abrió las piernas de Gun para preparar y estimular la zona con abundante líquido.
-Mantén tus piernas abiertas todo el tiempo, ¿entendido?-.
Gun asintió.
Tomó el objeto e introdujo el mango que Gun rechazó en primera instancia al cerrar las piernas evitando que el objeto continuara entrando.
-Mhhhmmm-. Gimió Gun.
-¡Ábrelas!-.
Gun obedeció abriendo sus piernas para que Mark continuara ingresando el látigo.
-Mmmm-.
Cuando la mayor parte del mango ya estaba dentro, Mark comenzó a girarlo mientras lo metía y sacaba dando varias estocadas con rudeza que iban directo al corazón de Gun.
La escena erótica que veía Mark fue tan estimulante que no pudo soportar que su pene despierto no estuviera participando en este evento, pero quería continuar dando dolor a su novio.
Acto seguido, el látigo fue reemplazado por el vibrador que Mark encendió y lo introdujo dejándolo funcionando.
Mark se deshizo de sus pantalones cortos y se lanzó encima de Gun juntando sus dos miembros. Inició un movimiento de caderas y el roce de miembros estimulando aun más al chico que, a estas alturas, ya estaba en su límite.
Sin poder comunicarse para advertir sobre sus emociones, Gun se corrió botando todo sus fluidos en su abdomen, pero Mark estaba aún lejos de llegar a su clímax
-¡Mierda!-. Expresó Mark.
Quitó el vibrador lanzándolo lejos y luego penetró a Gun sin piedad dando estocadas con tal brusquedad que causaba un extremo dolor en la zona que ya estaba delicada por el vibrador y el látigo.
-Ahhhh.., P'Gun... P'Gun-. Repetía Mark.
-Mnahhhh-.
Las estocadas despertaron nuevamente a Gun que, junto a Mark, se había venido una vez más.
El menor se desvaneció en el cuerpo de su novio, y al mirar la zona de conexión, vio un pequeño hilo de sangre.
Quitó la mordaza y la cuerda de sus manos.
-P'Gun, perdón. De verdad lo siento, amor-.
Los ojos llorosos de Gun delataban la rudeza de Mark, no obstante, su cuerpo había recibido tratos más oscuros, por lo que lo de ahora fue una simple práctica.
-No te sientas mal. Puedo lidiar con esto-.
Mark se apegó a su chico y hundió la cabeza en su cuello.
-No puedo hacerlo. Me duele el corazón-.
Gun abrazó a Mark con ternura y se aferró fuertemente a él.
-Si no puedes lidiar con esto, no lo haré. Puedo vivir sin hacerlo-.
Así se quedaron uno en brazos del otro, iluminados por la luz de la luna cuyos rayos eran suficiente para transmitir unas gotas de sueño a sus cuerpos.
La mañana siguiente, Mark despierta en la misma posición en la que había quedado. Como su cuerpo estaba apegado al de su amante, apenas se movió, lo despertó.
-Quédate un rato más-. Le dijo Gun.
-No puedo, tengo que ir a trabajar-.
Gun sabe que Mark es una persona muy responsable y no dejaría sus labores por quedarse con él una mañana. No insistió y asintió sin reproches. Se levantó junto a él y tomaron una ducha juntos.
Después del baño, buscaron algo ligero para desayunar. Una taza de café sería suficiente para Mark y para Gun sólo un tazón de congee.
Esta era la instancia precisa para que Gun comentara la propuesta de Apple.
-Ayer fue a verme una antigua compañera del jardín infantil-.
-Tal vez le gustabas y ahora viene por ti-. Respondió Mark con sarcasmo.
-Estás equivocado. Ella iba acompañada de su novia-.
El chico se quedó en silencio y sólo escuchó.
-Ella fue a pedirme un favor-, Dejó su tazón al costado de la mesa y prosiguió, -Quiere tener un bebé junto con su novia. Para eso necesita un donante de espermas-.
Mark casi se atraganta con el café.
-Espera, ¿estás tratando de decirme que te pidió que fueras tú el donador?-.
-Sí-.
El café para ese entonces ya tenía un sabor insípido y lo dejó a un lado.
-Ella no te ve desde hace muchos años y sólo te busca para pedirte una cosa así. ¿Te parece razonable esto?-.
-Me dio la oportunidad de desligarme de cualquier responsabilidad como papá-.
Mark controló su molestia ante esto ya que, a sus ojos, era una osadía que una persona a la cual Gun no veía desde hace mucho tiempo, sólo lo haya buscado para obtener un beneficio propio.
Respiró profundamente y continuó.
-¿Quieres hacerlo?-.
-Sólo aceptaré si tú también aceptas-.
Mark se levantó de la mesa y tomó sus cosas para salir, pero Gun lo retuvo.
-Por favor, no quiero que te enojes conmigo. Si no te agrada la idea, sólo le digo que no-.
Mark tomó cariñosamente el rostro de Gun para mirarlo directamente a los ojos.
-No estoy enfadado contigo por esto, cariño. Es que no me parece que esa chica te busque sólo por beneficios. No me gusta que se aprovechen de ti. Pero yo sé que no te negarás a esto, así que te apoyaré-.
Gun le dio un beso.
-Entonces, le diré que puede contar conmigo-.
-De acuerdo. Pero sólo con una condición-.
Gun frunció el ceño.
-¿Cuál?-.
-Que te deje ver al bebé de vez en cuando. De cierta manera, será nuestro hijo-.
-¿Hablas en serio?-.
Mark asintió y Gun con una sonrisa iluminada lo abraza con fuerza.
-De acuerdo-.
-Ese bebé tendrá al papá más atractivo de Tailandia-.
-No digas tonteras-. Dijo Gun riendo.
Napat pensó que la conversación acabaría de la peor forma posible, pero todo salió mejor de lo que él pensaba. Los chicos tomaron sus respectivos automóviles con rumbo a sus trabajos sintiendo que finalmente todo estaba encajando en su lugar.
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Después de una tranquila jornada en el bar, Gun subía a su automóvil, pero fue interceptado por Perth.
-¿Qué haces aquí?-.
-Vine porque no tengo automóvil con qué movilizarme el día de hoy y P'Saint estaba ocupado. Como estaba paseando cerca, vine a pedirte si puedo unirme-.
-Está bien, iremos juntos a la sala de ensayo-.
Los chicos emprendieron el viaje rumbo a la reunión de la banda apoyados por la música de fondo que combinaba con la hermosa atmósfera que los rodeaba.
-Me gusta la música de esta banda-. Dijo Perth.
-Sí, Labanoon tiene temas muy buenos. Los escucho de vez en cuando-.
Gun solía escuchar todo tipo de música, desde la tailandesa, pasando por algunas en inglés y otras latinas, por lo que le agradaba escuchar cualquiera que se estuviera tocando en las radioemisoras.
El viaje duró poco tiempo y los chicos ingresaron al estudio donde no había nadie aún para comenzar el ensayo.
-Vaya, será mejor que afinemos los instrumentos mientras esperamos-. Dijo Perth.
-Sí-.
Ese fue el instante que Gun propuso a Perth algo que venía pensando desde hace mucho tiempo.
Se acercó a él cuando estaba tomando su guitarra para afinarla.
-¿Perth?-.
-¿Sí?-.
-¿Puedo pedirte una ayuda?-.
Se acercó a él con guitarra en mano y desordenó su cabello.
-Oye, sabes que siempre estaré cuando me necesites-.
-Quiero dedicar una canción para Mark, es sólo que no sé componer-.
-¿La tienes escrita?-.
Gun asintió. Sacó su cuaderno antiguo, el cual tenía guardado desde hace mucho tiempo y ocupó aquella hoja vacía que quedó cuando pensaba escribir su primera canción el día que tuvo su accidente.
-Aquí está. La escribí los días que Mark llegaba tarde a casa-.
Perth leyó la letra y no pudo evitar emocionarse al pensar que quizás esos sentimientos pudieron pertenecerle alguna vez a él.
-No te preocupes, te ayudaré con la composición. Déjame copiarla-.
-Gracias por tu ayuda-.
Perth dejó la guitarra en el trípode y sacó de su mochila su cuaderno, apresurándose a copiar la letra escrita.
-Que nadie se entere de esto, por favor. Quiero que sea una sorpresa para Mark-. Suplicó Gun.
-¿Para navidad?-.
-Sí-.
-Pero aún estamos a noviembre-.
-Será el tiempo suficiente para que salga una buena canción y una grabación excelente-.
-De acuerdo, como digas-. Finiquitó Perth.
Al hablar de una persona o tenerla presente siempre, es llamarla con la mente y sucede con bastante frecuencia. Gun lo corroboró de primera mano cuando vio que la persona de la que estaba hablando asoma desde la puerta acompañado de alguien desconocido.
Perth guardó inmediatamente su cuaderno y entregó a Gun el suyo.
-Cariño, ¿qué haces aquí?-. Preguntó Gun acercándose a Mark.
-Sí, apenas son las seis. ¿No deberías estar en la cafetería?-. Añadió Perth.
-Hola, chicos. La cafetería cerró temprano por un asunto de negocios. He traído conmigo a uno de los dueños del local. Es mi jefe, se llama Prom-.
-Hola. Gusto en conocerlos-. Saludó Prom con un wai.
-Hola. Yo soy Gun, el novio de Mark-.
-Y yo soy Perth-.
Prom se acercó a Gun y exploró con disimulo su cuerpo de la cabeza hasta los pies. Siempre con una sonrisa destacable en sus labios.
-Sí, creo haberte visto un par de veces en la cafetería-.
-Un par de veces fui a escuchar a Mark cantar y animarlo-. Respondió Gun.
Perth fue la única persona de las tres que no vio con buena cara a Prom. Algo de él no le agradaba en lo absoluto, pero prefirió ignorar.
-Mark, ¿puedes ayudarme a afinar la guitarra, por favor?-.
-Sí, claro-.
Los dos amigos se alejaron, dejando a estos extraños conocerse un poco más. Aunque Gun se sintió un poco incómodo frente a esta persona.
-¿Por qué no has ido?-.
-¿Disculpa?-.
Gun no pudo descifrar que esta persona estaba dispuesta a hacer temblar su corazón.
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