CAPÍTULO 39:
MI NUEVO GRAN AMOR
Hacia cualquier lugar que lo llevara lejos a pensar, se fue Mark. Se estacionó en Siam y salió solamente a caminar.
Nada más que caminar era lo que quería para borrar todo lo que estaba sintiendo su corazón. Se detuvo en uno de los locales de joyas y miró hacia el pasado. En el mismo lugar donde había paseado con Gun, con una felicidad que no le cabía en su pecho. Ese día, le había propuesto ser su novio.
Recuerdos que duelen hasta el alma.
Continuó caminando sin prestar atención a la multitud que lo rodeaba, hasta que su cuerpo termina chocando contra un hombre alto, parado frente a una farmacia. El hombre tenía un bebé de dos meses en sus brazos. El choque causó la caída del celular de aquel hombre, rompiéndose la pantalla.
-¡Mierda!-.
-P'... lo siento, no te vi-.
-¿Podrías ir más atento?-.
El hombre no podía agacharse a recoger el aparato, por lo que Mark le ayudó con vergüenza al ver la línea trizada de la pantalla.
-Lo siento mucho, voy a pagar el daño-.
El rostro arrepentido de Mark hizo desistir y desvanecer el enojo del hombre. Calmando su enfado, lo comprendió.
-Bueno, no te preocupes por ello. Puedo arreglarlo-.
-No, de verdad déjame pagar por la reparación-.
-Está bien, si insistes tanto podemos intercambiar datos, así te envío la cotización del costo de la reparación y me transfieres-.
Mark asintió y marcó el número del hombre, dejándole una llamada perdida. Luego abrió LINE y le envió su nombre y dirección.
-Te envié todos mis datos, hasta mi dirección-. Dijo Mark.
-Vamos, no seas exagerado-.
-P'Mig-. Se involucró una tercera voz. Mark reconoció esa voz volteó al ver quién era. El chico venía con su mirada puesta en una lista de insumos y medicinas que necesitaban.
-¿Sabes? No hay leche para recién nacido-.
-¡P'Gun!-. Llamó Mark.
La persona levantó su vista y se encontró con el otro chico frente a frente.
-Mark-.
-¿Mark?-. Dijo Mig frunciendo el ceño, intentando recordar de dónde había escuchado ese nombre, -¿Será que...?-.
Gun desvió su camino y se dirigió hacia Mig.
-P', ¿podemos irnos? El bebé necesita la leche-.
"¿El bebé? ¿Acaso ese bebé es...? ¿Y ese tipo? No lo creo, sino, no habría ido a mi departamento hace unos días".. Se hizo mil preguntas sin respuestas.
Al haber visto a Gun pasar por su lado, sin siquiera dirigirle una sola palabra, le causó una enorme tristeza.
-¡Espera!-.
Gun detuvo sus pasos.
-¿Podemos hablar una vez más?-.
El chico se volteó a verlo, revelando un par de pequeños parches en su ceja que Mark no dejó pasar. Sabía de dónde provenía esa herida.
-¿Para qué? ¿Por qué te tomarías la molestia de hablar con un asqueroso enfermo adicto al sexo como yo?-.
Palabras que salieron de su boca el día del reencuentro.
-No, no... Yo sólo quiero que hablemos con calma-.
Si este día no habla con él, no habría otra oportunidad de hacerlo. En realidad, no la habría. Pensando esta posición es que intentó convencer a Gun a toda costa.
-De verdad, no puedo. Por favor, te rogaría que no te aparecieras frente a mí nunca más-.
Le dijo con un rostro derrotado y una sonrisa rendida.
El corazón del menor dolió más de lo que imaginó. Gun reflejó que ya no tenía fuerzas para luchar por un amor que él mismo había desechado. No tuvo más alternativa que dejarlo partir.
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Al llegar al departamento, Gun dejó al pequeño en su cunita, luego guardó todas sus pertenencias en una mochila pañalera, mientras que Mig le ayudaba con la ropa que había comprado.
La razón de este hecho, es que Gun decidió quedarse con él y criarlo el día después de enterada la noticia. Ayudado por Mig para realizar los trámites de inscripción, Napat, cuyo apodo es Jump, es hijo legítimo de Gun.
Desde ese día, es que Mig no se ha despegado en ningún momento de Gun y su bebé, quedándose incluso a dormir en el departamento.
-Mientras que Jump esté dormido, aprovecharé de buscar algún trabajo-. Comentó Gun cuando salió de la habitación, seguido por Mig.
-¿Estás decidido?-.
-Sí, debo mantener a Jump-.
-Puedo ayudarte a buscar algo si quieres-.
-No, gracias. Has hecho demasiado por mí y por mi... mi hijo-.
Tomó una Tablet y comenzó a buscar algo por internet. Alguna publicación que pudiera ayudarle. Mig lo miraba con admiración. Sus ojos no se despegaban de él, hasta que recordó algo.
-Eh...Gun-.
-¿Sí?-.
-El chico con el que nos cruzamos hoy en la tarde. Es el Mark del que habías hablado, ¿verdad?-.
Gun dejó de lado la Tablet y miró hacia la nada-.
-Sí, pero no quiero recordarlo-.
Sonsacado por el timbre de la puerta, Mig se apresura a atender. Gun en su interior, agradeció la interrupción.
Al abrir, dos personas mayores y un chico parecido a Gun se adentran a toda velocidad, con bolsas llenas de artículos infantiles.
-¿Dónde está mi pequeño nieto?-.
-¡Mamá!-.
Gun da un respingo, levantándose inmediatamente desde su asiento.
-Sí, quiero ver a mi pequeño-. Habla el padre.
-Hermanito, me alegra que pudieras darme un sobrino-.
Expectantes a las palabras de Gun, todos se le quedaron mirando.
-Por favor, no hagan ruido. Jump está durmiendo-.
La familia entró a la habitación silenciosamente para conocer al nuevo miembro.
Luego de saludar a los presentes, Mig se acerca a Gun y se despide de él, dejando a la familia pasar un rato en privado.
-Mira, es tan parecido a mi pequeño Napat cuando era bebé-. Dice la madre con emoción.
Comenzó a llorar cuando vio a su pequeño nieto sumido en el sueño.
El padre acarició su cabecita con mucho cuidado para no despertarlo, o peor aún, provocarle algún tipo de dolor.
Rhun se acerca a Gun, que estaba parado en la puerta, y le da un gran abrazo.
-Realmente estoy orgulloso de ti, hermanito. Después de contarnos la historia y haber optado por esta decisión, fue muy valiente de tu parte-.
Gun lo invitó a la sala y dejó a sus padres con el bebé, pues necesitaba confesarle algunas incomodidades.
Se sentaron en el sofá con un vaso de jugo cada uno que Gun fue a buscar a la cocina.
-¿Sabes algo? A pesar que fue mi decisión, no puedo evitar tener miedo de no saber enfrentarme al futuro que me espera con él-.
Rhun sonrió.
-Si quieres saber qué tan profundo es el río para cruzarlo con seguridad, tienes que meterte a él-.
-¿Cruzar el río?-.
-Y cuando estés dentro, sabrás la profundidad del río. Entonces, ya estarás mejor preparado para enfrentar los obstáculos en el camino y así llegar hacia el otro extremo con éxito-.
Gun parecía entender lo que su hermano le decía.
-Pero, podría fallar como padre-.
-Siempre habrán caídas, pero dependerá de ti salir a flote. Sólo quiero que tengas presente que detrás de ti, estamos tu familia que te levantará cada vez que necesites aferrarte a algo-.
Gun le dio un palmazo en la espalda a Rhun.
-Pues, entonces consígueme un trabajo-. Le dijo con una risa sarcástica.
Los padres alcanzaron a escuchar esa última frase cuando estaban saliendo de la habitación de Gun y Jump.
-Si necesitas un trabajo, puedes hacerte cargo de una tienda de Chiang Rai-. Dijo el padre.
-¿Un negocio?-.
La madre se acercó hacia el sofá y se sentó en medio de sus dos hijos.
-Tu padre y yo hemos abierto un pequeño bar en Chiang Rai y necesitamos un barman experto. Nosotros nos mudaremos la próxima semana-.
-Pero no puedo vivir aprovechándome de ustedes-. Respondió Gun.
-No te preocupes por eso. Tú vivirás solo con mi nieto. Simplemente, tu madre cuidará del bebé en los horarios que estarás trabajando-.
-Así es. Yo ya estoy un poco cansada para trabajar en los negocios. Prefiero pasar mi tiempo cuidando de mi nieto-.
Gun tenía una oportunidad de comenzar una nueva vida con Jump. Pero para eso, debía dejar toda su vida de Bangkok atrás, y eso incluía a sus amigos, en especial a Mark.
-Creo que necesito un poco de tiempo para pensarlo-.
-No lo pienses más. Sólo es en Chiang Rai. Tus amigos podrán ir a verte, en especial ese chico que estuvo aquí un momento-.
-¿Mig?-.
-Sí, ese-.
Gun pensó en esa persona e inconscientemente sonrió. Había sido un gran apoyo desde que lo conoció. Después de ser su psicólogo y psiquiatra, se transformó en un amigo tan cercano que ha estado a su lado en los momentos más difíciles de su vida.
-Creo que tienen razón. Me mudaré a Chiang Rai, pero sólo hasta que pueda encontrar un trabajo que tenga que ver con mi profesión como comunicador-.
Finalmente, sintió que su vida tomó un rumbo correcto y las piezas de su puzzle ya estaban encajando.
Tomó la decisión sólo pensando en esa personita que vivía con él ahora y en nadie más. Llegó en el preciso momento cuando su corazón estaba completamente roto.
-Me parece buena idea. Entonces, me quedaré aquí ayudándote a empacar y cuidar al bebé-. Dijo la madre.
-No te preocupes, mamá. Estaremos bien-.
-Bien, entonces nos vamos-, comentó el padre, -Tómate tu tiempo para la mudanza. Cuando estés listo, nos avisas-.
-Sí, gracias papá-.
Rhun dio también sus muestras de apoyo y se despidió de su hermano con mucha alegría.
Al abrir la puerta, Rhun se encuentra de frente con Perth a punto de tocar el timbre.
Las noticias prácticamente vuelan en cualquier lugar donde la persona se encuentre. Por tal motivo, el chisme de que Gun se había convertido en padre, no tardó en llegar hasta los oídos de todos sus amigos.
-Perth, ¿qué haces aquí?-.
-Hola, P'. Vine a saludar a P'Gun-.
-Sí, adelante-.
Perth saludó cordialmente a los mayores y al dueño de casa. Se colocó a un lado de Gun y levantó una bolsa que contenía un paquete de pañales y un set de aseo.
-Mi sobrinito lo necesitará-.
-¿Tu sobrinito?-. Dijo Gun en un tono suave.
-Por supuesto, es mi sobrino y de P'Saint-.
-Deja de decir tonterías. Yo soy su único tío-.
Rhun le lanzó unas cuantas ironías más antes de despedirse junto a su familia. Dejaron todo lo necesario y emprendieron su marcha.
De un momento a otro, el bullicio de hace un rato de había desvanecido, quedando en silencio, sólo escuchando las pequeñas voces de Gun y Perth.
-¿Cómo supiste lo de Jump?-.
-Pues, tu hermano se lo contó a Plan y él a nosotros-.
Como una reacción casi inmediata, Gun golpeó su cabeza con la palma de su mano.
-Y... ¿le contaste a Saint?-.
-Sí. Podrás imaginar sus palabras. Por cierto, P'Plan y los demás dijeron que vendrás a conocer a Jump cuando estén libres de sus trabajos-.
-Está bien-.
Antes de que continuara, el llanto del bebé se escucha fuertemente llamando la atención del invitado quien, asombrado por ello, no pudo evitar divertirse con este hecho.
-Vaya, sí que tiene pulmones-.
-Espera un momento, iré a verlo-.
Perth se levantó del sofá y lo acompañó hasta la habitación para conocer al lactante.
Su primera reacción fue recalcarle que tenía mucho parecido a su amigo. La forma de sus ojos, color de pelo y otros rasgos.
Gun creía que era demasiado pequeño para saber si se parecía a él, aún así lo presumía, puesto que, a su edad, era exactamente igual.
Gun lo tomó y el pequeño se calmó. Miró su celular, dándose cuenta que ya era la hora de su próxima comida.
-Tenlo un momento, iré a preparar su leche-. Dijo Gun.
-De acuerdo-.
Con mucha precaución y cuidado, Perth aceptó al bebé y Gun salió directo a la cocina. Lógicamente, el chico con el bebé no se quedaría a solas en la habitación por temor a que le sucediese alguna cosa, así que no se despegó del padre.
-¿Y lo has cuidado solo en esta primera semana?-.
Preguntó a Gun mientras lo miraba preparando la leche.
-No, P'Mig ha estado quedándose conmigo desde que tengo a Jump-.
-¿Jump?-.
-Sí, es su apodo. Su nombre es Napat-.
-Así como tú-.
-Apple lo nombró antes de morir. Y quise dejarlo por ella-.
Terminó de preparar el alimento y agitó la mamadera probando luego su temperatura. Tomó a Jump en brazos dándole sin demora la leche. El pequeño absorbía rápidamente el contenido, divirtiendo a Perth.
-Es muy rápido. En serio es un glotón-.
-¿Te confieso algo? Él se ha convertido en mi nuevo amor. Mi razón de vivir-.
Perth simplemente lo miró con ternura ante esas palabras. Esto dio pie a que la conversación fuese sobre la nueva vida de padre que se avecinaba y el cambio que estaba dispuesto a hacer para traer una vida mejor y plena a Jump.
La mente de Perth analizaba los pro y contra de irse a Chiang Rai para comenzar una nueva vida, y no dudó en comentarlo. El ruido del timbre interrumpió sus intenciones.
-¿Puedes abrir? Tal vez sea P'Mig-. Pidió Gun.
-Sí, claro-.
El chico dejó al joven padre en la cocina y se dirigió hacia la puerta. Al abrirla, no era Mig quien esperaba ser atendido, fue la persona que lo alteraba.
-¿Perth?-.
-Mark... ¿qué mierda estás haciendo aquí?-.
La actitud de Mark no estaba como para ocasionar algún tipo de discusión, simplemente agachó la cabeza y con una voz casi inaudible respondió.
-Tengo que hablar con él-.
-Ya te dije que si te acercabas a él, te mataría-.
Levantó su cabeza y habló con voz devastada.
-Por favor-.
Sorpresivamente, Gun apareció con su bebé en brazos preguntando por aquella visita. Instante en que las dos personas cruzaron miradas de dolor.
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Alumno para Dos
Fanfic¿Qué pasará cuando dos amigos, que tienen una amistad que se enreda hasta las sábanas, se encuentren con un chico que les pide algo más que una simple clase de música? Uno de ellos se enamorará...