ADVERTENCIA: CONTENIDO 🔞
CAPÍTULO 12:
ENAMORADO
Gun descansaba en las piernas de Mark, mirándolo desde arriba y jugando con sus dedos que estaban entrelazados. La serenidad entre estas dos personas ya estaba plantada y florecía poco a poco.
-Lamento no haber usado condón-.
Gun soltó una pequeña risita ante las palabras de remordimiento de la otra persona.
-Es la primera vez que lo hago sin protección-.
-Bueno, si sirve de algo, no he tenido relación desde hace poco más de un mes. Y la última vez, me realicé los exámenes sólo por precaución. Todo normal-.
-Si es así, todo está bien entonces-.
El chico menor bajó su mano hacia el tatuaje del cuello y lo acarició.
-Vaya, un corazón con una llave de sol-.
-Sí, me lo hice un mes antes de sufrir el accidente-.
-Y el de tu brazo... ¿es sólo un ala?-.
Gun se volteó y lo mostró con más claridad.
-Lo hice después del accidente-.
No había que ser muy genio para entender el significado de cada tatuaje. Así lo entendió el oyente, quien no quiso seguir con el tema.
Mark selló esa pequeña conversación con un beso que duró unos diez segundos, antes de que un nuevo tema se pusiera a la palestra.
-Esa noche, ¿por qué no me dijiste que eras tú?-. Preguntó Mark.
-Pues... realmente creí que era la persona que estaba esperando-.
Una punzada clavó en el pecho del oyente a causa de las palabras de Gun.
-Pero, ¿cómo puede ser posible? Un amigo me dijo que cuando se fue la energía eléctrica, escuchó tu nombre allí-.
-Puede ser que hablaban de P'Gun Atthaphan. Es otro chico que trabaja conmigo-.
-Ahora entiendo-.
El silencio se hizo presente en la habitación para que cada uno de los presentes ordenara su mente de la mejor manera posible.
-Aún no puedo creer que hayas sido tú el chico de esa noche-. Agregó Mark.
La mente de Gun no estaba en su puesto en el instante que Mark le conversaba. Tenía tan presente sus pensamientos que, sin querer, habló en voz alta.
-Perth está coqueteando conmigo-.
Esta noticia cayó como un balde con agua sobre Mark, quien no pudo reaccionar ante esto.
-¿Me escuchas?-.
-¿Eh?-.
-Perth quiere coquetear conmigo y yo acepté-.
Si bien sabía que esto sería así por palabras de su propio amigo, no quiso seguir escuchando, así que se movió hacia adelante para buscar los labios de Gun, quien se levantó para sentarse a horcajadas sobre Mark.
-No pensemos en nadie más. Quiero que este momento sea sólo para nosotros dos-. Propuso Mark.
-Sólo tú y yo-.
Gun movió su trasero para hallar el miembro con desesperación y así buscar su propio placer, no obstante, Mark lo retuvo.
-Despacio... Hazlo despacio. La lentitud es más excitante-.
-De acuerdo-.
Mark lo tomó de la cintura y bajó sus manos hasta el trasero de Gun acariciándolos con suavidad.
Las palabras del menor fueron como una orden que el mayor debía obedecer sin chistar, y así lo hizo, puesto que con lentitud comenzó a bajar e ingresar el miembro en su interior.
-¡Ahhh!-. Gimió mordiendo su labio inferior, haciendo que la persona debajo de él perdiera el control de sus emociones.
Un torbellino que Mark no sabía cómo explicar porque era la primera vez que alguien lo hacía sentir único e indispensable. Ni siquiera con Perth.
Creía estar seguro de quién era el dueño de su corazón, tenía la plena certeza de saber qué era el amor, pero todo parecía indicar que estaba completamente equivocado.
-¡Oh, Dios... P'Gun!-. Dijo entre jadeos.
El chico subía y baja con pausa, disfrutando de cada segundo de placer, sintiendo los acelerados latidos de su corazón constantemente, aunque no lograba hacer contacto visual que perdurara. Es decir, desde que iniciaron, Gun sólo miraba a Mark durante unos segundos y luego escondía su mirada cerrando sus ojos, porque el chico lo intimidaba.
Era la primera vez que se sentía cohibido por alguien.
En esta escena de relación entre estas dos almas, una de ellas no pudo evitar soltar las palabras que aún quería guardar.
-Me gustas, P'Gun... Me gustas mucho-.
Lo extraño de todo es que el oyente, de una u otra manera lo sabía. Logró capturar el mensaje indirecto, y sin ningún tipo de duda respondió:
-Tú también me gustas mucho-.
Palabras que el día anterior también dijo, pero ahora era completamente diferente. Había comprometido algo más que sólo su cuerpo.
"Ya reconócelo, Gun. Te gusta Mark mucho más que Perth". Pensó.
Así es, Gun ya había llegado a una conclusión, repasando y comparando los dos tutores en la cama. Ahora debía confrontar a Perth.
¿Cómo tendrá que hacerlo si ya aceptó que le coqueteara?
Gun no pensó que esto sucedería, realmente no lo hizo. Se enredó sin tomar en consideración que el corazón siempre termina comprometiéndose.
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En medio de la noche, la persona que absorbió un amor puro, dormía con plenitud mientras que la otra seguía despierta apegado a su espalda y acariciando su rostro.
-Comenzaste...-. Pausó, negó con la cabeza y se silenció.
Cruzó por su mente que ésta probablemente sea de esas típicas escenas de dramas donde el protagonista está fingiendo estar dormido, pero escucha todo, así que comenzó a hablarle mentalmente.
"Comenzaste a ganarme poco a poco sin yo poder evitarlo. Hoy descubrí que estás completamente dentro de mí. ¿Cómo lo hiciste? ¿Por qué ahora siento que me tienes a tus pies? A tu lado, siento que aprendo lo que es el verdadero amor, pero es irrisorio ya que tú no sabes siquiera lo que es amar y ser amado. ¿Qué se supone que debo hacer ahora?"
El joven tutor, no tenía nada más que decir, ni tampoco quería seguir pensando en nada más. Solamente se aferró a la cintura de Gun con fuerza y besó su cabeza. Posteriormente se quedó dormido.
Aparecieron muchas cosas que lo estaban atormentando después de descubrir que Gun había calado en su corazón. Una de ellas, y quizás la peor, es que Perth estaba en medio, no por él, sino por Gun. Los dos tutores cayeron en el encanto del chico, pero uno de ellos tiene más sentimientos profundos, aquel que entregará calidez, protección y amor.
Otro motivo que rondaba por su cabeza era que este chico tenía un problema muy importante que tratar. Para Mark, Gun sufría de satiriasis y masoquismo que deben ser tratados por un psicólogo o quizás un psiquiatra, pero definitivamente no lo iba a aceptar.
En definitiva, Gun se negaría a esta posibilidad, puesto que se aferraría al argumento de controlar sus impulsos y podía detenerse cuando quisiera.
Un asunto muy complicado que obligó a Mark a levantarse de aquella cama a plena madrugada para ir a tomar un vaso de agua sin provocar ningún tipo de ruido para no despertar al hombrecito.
El transcurso de los minutos pasaba y Mark no podía quedarse dormido. Después del vaso de agua, regresó a la habitación con la mente agitada.
"¿En qué me estoy metiendo?".
Al acostarse, el movimiento de la cama provocó que Gun se despertara y se volteó.
-¿Qué pasa?-. Dijo somnoliento.
-Nada, sólo fui a buscar un vaso con agua-.
-¿No puedes dormir?-.
-No te preocupes, descansa-.
El chico lo miró unos instantes y sin previo aviso se acercó a él y lo abrazó de la cintura, apoyando la cabeza en su pecho.
El corazón de Mark se aceleró en cuestión de segundos y su cuerpo se congeló disminuyéndole la capacidad de reaccionar hasta que pasaron unos segundos, cuando aceptó el abrazo.
¿Habrá sido algún tipo de magia o algo así? Ni siquiera el mejor vidente podría adivinar lo que había pasado posteriormente.
Antes de que pudiera llegar hasta diez, el cuerpo de Mark se relajó completamente, sintiendo un cálido abrigo en todo su interior, dejándose llevar por el fuerte sueño que se negaba a aparecer minutos antes.
Dos personas se encontraban plácidamente dormidas en los brazos del otro, donde encontraron en ese instante calma y tranquilidad dentro de una posible tormenta que se avecinaba.
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Gun despegó un ojo gracias a los rayos del sol que posaban por su cara. Se desperezó y volteó para encontrar al hombre que estuvo con él toda la tarde y noche, pero no lo halló, no estaba allí. Solamente encontró una nota que decía:
"Me fui temprano, lo siento. Tu desayuno está en la mesa".
Hizo un gesto con la boca en desaprobación y dobló el papel, colocándolo en una libreta que tenía guardada en el velador.
Después de la ducha, siguió hacia la sala para probar el desayuno. Sobre la mesa, tenía un plato tapado, un vaso de jugo y sus cubiertos.
Encima del plato, encontró otra nota.
"Espero que te guste. PD: Nong es de P', ¿P' puede ser de Nong?".
Luego de leerla, sonrió como si hubiera recibido una gran noticia. Una sonrisa que normalmente no suele mostrar.
-Bien, veamos qué hay-.
Al abrirla, se encontró con un par de salchichas, dos huevos fritos, pepino en rodajas y una pequeña variación de verduras frescas, acompañado de pan de molde.
-¡Vaya!-.
Gun tomó su celular y buscó el número de aquella persona, simplemente porque quería oírlo. Marcó y esperó a que fuese tomada.
Tres tonadas y la otra persona ya estaba en la línea.
-¿Hola?-.
-Hola, Mark. Yo... ¿molesto?-.
-La verdad es que estoy en medio de una clase-.
-Oh, lo siento-. Dijo Gun un poco apenado.
-¿Necesitas algo?-.
Gun se silenció un momento, luego prosiguió.
-¿Puedo verte hoy?-.
-Hoy debo atender al dueño de una guitarra que estoy reparando. Estaré ocupado, lo siento-.
-Ah, entonces, no te molesto. Nos vemos, que tengas un buen día-.
Al principio sintió decepción sin saber la razón, posteriormente, se resignó.
Antes de que cortara, la otra persona lo detuvo casi con un grito.
-¡Espera! ¿Puedes ir esta noche a mi departamento? Unos amigos vendrán y quiero que compartas conmigo-.
Gun no era de aquellos que pasaban el rato con muchas personas, y compartir con gente ahora, le resultaba un tanto incómodo, pero decidió aceptar.
-Envíame el lugar y estaré allí-.
-De acuerdo-.
-Antes de irme, gracias por el desayuno. Nos vemos-.
Fin de la llamada.
Alegre pero nervioso a la vez. No recordaba cuándo fue la última vez que compartió con varias personas. El trabajo era sólo eso, trabajo, y allí no compartía nada más allá de una relación laboral.
Esa noche, Gun llegó a la casa de Mark a eso de las nueve, a pesar que era día de semana.
Madrugar el día siguiente no fue impedimento para que el grupo de amigos se juntara a pasar un buen momento. Las ocasiones de reunión son pocas, pero cuando existe el momento, hay que aprovechar.
Plan, el organizador de la reunión en casa ajena, llamó a Earth, Santa, Title y Yacht, los chicos que conoció Mark hace un mes. Y como último momento, citó a Perth.
Alrededor de la mesa de centro llena de cervezas y snacks, todos comenzaron a ocupar un lugar. Gun, para su suerte, quedó en medio de sus dos ahora ex tutores. Perth a su izquierda y Mark a su derecha.
-Bueno chicos, como pueden ver, tenemos a dos caras nuevas que ustedes no conocen. Ellos son Perth y Gun-. Los presentó Mark, ya que era el único de la ronda que conocía a todos.
-Hola-. Saludaron los chicos.
-Hola-. Dijeron Perth y Gun a coro.
-Tal vez me reconozcas. Estuve con Mark ese día en el bar, cuando se fue la luz, ¿lo recuerdas?-. Añadió Plan después de saludar con un wai.
-Sí, lo recuerdo. Un placer conocerte-.
Cada uno de los chicos se presentó al otro, y así comenzar una agradable noche.
Si bien no era la primera vez que Perth, Gun y Mark se juntaban, aquel momento no fue del todo bien, y ahora tenían una segunda oportunidad de llevar bien las cosas, pero...
-¿Ustedes son pareja?-. Preguntó Earth indicando a Perth y Gun.
¿Por qué sacaría una conclusión así con tan sólo mirarlos?
La respuesta se encontraba en la mano de Perth rodeando la cintura de Gun.
Mark bajó su mirada y la molestia se apoderó de él.
-No, no...-. Aclaró Gun inmediatamente mirando de reojo a Mark.
Perth no quedó conforme con la respuesta del chico a su lado y decidió compartir una pequeña parte de su vida.
-La verdad es que no, pero él me gusta mucho. Estoy coqueteando con él-.
-¡Qué alegría! Se ven muy bien juntos, ¿verdad, cariño?-. Aclamó Earth.
Perth frunció el ceño y preguntó:
-¿Cariño?-.
-Sí, Santa es mi novio-.
-Oh, entiendo. Espero tener la misma suerte que ustedes, porque Gun me gusta mucho-.
Sin previo aviso, Perth voltea a Gun y deposita un beso en sus tiernos labios frente a la atenta mirada de los presentes. Uno de ellos, empuñó con fuerza una de sus manos.
-¡Wowww! Eso sí es ser valiente. Te felicito-.
Yacht acompañó sus palabras con un aplauso que motivó al resto a seguir.
-Permiso, iré por más hielo-.
Mark se levantó apresurado de su lugar y se dirigió hacia la cocina. Gun supo inmediatamente lo que le sucedió.
-Yo iré a ver si necesita ayuda-.
Plan lo siguió con apuro hasta la cocina, donde vio un portazo con furia que había dado al refrigerador.
-¡Oye, cálmate!-.
Mark no quiso emitir ningún tipo de declaración. Se paseaba de un lado a otro como si fuera un león enjaulado buscando más alimentos y bebidas, hasta que Plan lo tomó del hombro y lo dejó quieto.
-¡Eyy! Te estoy hablando, ¿puedes prestarme atención?-.
-¿Qué mierda te pasa? ¿por qué me tironeas de esa forma?-.
-¿Se puede saber qué es lo que te está pasando? Te sales así sin más de la sala. Cuando vengo a verte, le das un portazo al refrigerados. Creo que cualquiera se daría cuenta de que algo te está molestando-.
-Nada, no pasa nada-.
-Mark, soy tu amigo. Por favor, confía en mí-.
Una pausa dejó que se inmiscuyera para razonar y contar lo que sucedía.
-De acuerdo, te lo contaré, pero como un secreto-.
-Como quieras-.
-P'Plan, me estoy enamorando-.
Plan soltó un suspiro de alivio pensando que era un asunto conocido para él.
-De Perth, eso lo sé per...-.
-¡No!- interrumpió Mark, -No es Perth, es P'Gun. Me estoy enamorando de P'Gun-.
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Alumno para Dos
Fanfic¿Qué pasará cuando dos amigos, que tienen una amistad que se enreda hasta las sábanas, se encuentren con un chico que les pide algo más que una simple clase de música? Uno de ellos se enamorará...