Cuando Terry regresaba a la Villa Grandchester no podía creer lo que había pasado, una chica en medio de la nada leyendo, todos sabían que lo más probable es que fuera una aldeana y no una señorita de sociedad. Habían pasado algunos días, esa mañana había salido a montar como acostumbraba todas las mañanas, cuando regresaba vio una cara conocida, su gran y viejo amigo Charlie Swanson se encontraba frente a la puerta de entrada, esperándolo desde hacía un par de horas.
- ¡Charlie! ¿Cómo estás? ¿Cuándo llegaste? – repitió Terry.
- Hace unos momentos, bueno en realidad un par de horas – recalcó lo último.
- ¿Qué has dicho? Me hubieras hablado al teléfono celular – le dijo mientras desmontaba.
- El mío ya no tiene batería, ¿donde andabas? – le preguntó mientras le enseñaba el teléfono.
- Realmente quería pensar – le dijo volteándose.
- ¡Ah ya veo! Dime y ¿qué encontraste? – le preguntó ya que le retiraba la mirada.
- ¿Debo encontrar algo? – le preguntó extrañado.
- No, sólo que traes una cara. Eleonor me dijo que estarías aquí buscando a una chica, ¿es cierto? – cuestionó rápidamente.
- Sí, pero no la he encontrado, ninguna pista ni nada por el estilo. Nada maldita sea, me exaspero – resopló lánguidamente.
- Ya veo, ¿supones que aún vive? – siguió con los cuestionamientos.
- ¿Has estado hablando con los Cornwell? – comentó alzando la ceja derecha.
- Algo hay de eso, pero dime no estás enamorado, ¿verdad? – esperaba una negativa que...nunca llegó.
- Al parecer...si – dijo apesumbrado.
- Pero...Terry – intentó decir algo.
- Como todos los que negamos ser de roca... - comenzó a parafrasear.
- Bueno no todos lo somos – dijo Charlie.
- Está bien, ¿qué más quieres saber? - dijo él derrotado.
- ¿A quién te has encontrado? – preguntó él por demás contento.
- A una chica, pero parece que no vive por aquí – dijo triste.
- ¡Ah no! Alguien la conocerá – se detuvo.
- Charlie...espera, cuando llegué a la Villa Andley, vi el auto que se encontraba al frente, quiero decir William...pero que idiota soy... - comenzó a hilar las ideas dispersas entre sus recuerdos.
- No te ofendas tanto, Terry – sonrió él.
- No, no me entiendes, vi el auto de los Andley en su Villa y cuando fueron los sirvientes por la chica, que tonto e idiota soy – dijo todo a la vez.
- ¡Decídete! ¿La conociste o no? – gritó exasperado.
- Sí y no – le respondió cuando corría hacia el auto.
- ¿Cuál de las dos? -
- Si la conocí, pero no pude verle la cara. Pero ese auto, ese auto estaba en la Villa Andley, ¿qué tonto! ¿Cómo no lo vi antes? – abrió el garaje y comenzó a rodear el auto.
- ¿Eres tonto o piensas que estas tonto? – le cuestionó riendo.
- Las dos, pero no más, van a tener que decirme lo que pasa – respondió él no muy sonriente.
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La Dama del Retrato
FanfictionÉl se ha quedado prendado de un retrato en una exposición en el Museo Metropolitano, la belleza de la persona que se encuentra dentro de este cuadro se centra en un par de ojos, buscando información acerca del cuadro se da cuenta que nadie conoce su...