Parte II
Visitas no deseadas
Mientras en la sala de espera todos los familiares de los condes felicitaban a Terrence por su primer hijo, en la recepción del hospital una pareja entraba para saber acerca del nacimiento. El hombre se acercó hasta la recepcionista y pregunto sobre como localizarlos.
- Perdone señorita, la Condesa Grandchester ¿se encuentra en este hospital? – cuestionó él muy tranquilo.
- Sí señor, acaba de dar a luz – le informó ella correctamente.
- ¿Podemos pasar a verla? – le preguntó una vez más.
- En estos momentos no pueden pasar, aún no sale de quirófano – respondió de igual manera.
- Entiendo – se quedó pensativo.
- Y su bebé, ¿se encuentra ya en los cuneros? – re cuestionó.
- Por supuesto, mire, pase cinco puertas por ese corredor y doble a la derecha, ahí encontrara los cuneros – le indicó y volvió a los papeles que tenía entre sus manos.
- Gracias, señorita muy amable. Sara andando, vamos a ver al bebé de Candy – le tomó la mano suavemente y la obligó a caminar.
- Yo no sé, por qué me deje convencer de acompañarte, quieres ver al bebé de esa que metió a mi hijo de por vida en la cárcel – rebatió molesta Shara.
- Niel no es ningún santo Sara, sólo hacemos una visita de rutina, mira ahí están los cuneros – se volvió hacia ella mientras observaban la sala.
Cuando llegaron a la sala que fungía como el cunero, una enfermera se había acercado a ellos.
- Desean ver a un bebé en específico – cuestionó Sara.
- Grandchester, por favor – solicitó Max jalando a su esposa.
- ¡Oh claro! El pequeño William Richard, lo siento aquí no está – respondió ella.
- ¿Qué quiere decir? – cuestionó Max al no entender.
- Él se encuentra en la otra puerta, si quiere lo acompaño...perdón los acompaño a verlo – se hizo a un lado esperando que la siguieran. Por aquí – señaló Sara.
- Gracias, señorita – agradeció Max con la cabeza.
- Buenas tardes – saludó Sara a los guardias apostados a los lados del cunero.
- Señorita Sara, ¿cómo ha estado? – preguntó el capitán a cargo.
- Bien capitán, los señores vienen a ver al hijo del Conde – le informó.
- Claro Sara, puede retirarse – le pidió el capitán ya que lo que tenía que decir no debería oírlo ella.
- Permiso – solicitó Sara, dirigiéndose hacia su trabajo en otra área.
- Lo siento señor... - comenzó a decir el capitán.
- Max Leagan – declaró él.
- Entenderá que no puedo dejar que pase a ver al bebé, por sus antecedentes – recurrió a lo que ya sabía.
- ¿Cómo ha dicho usted? – preguntó confuso.
- Sí que, no está permitido a nadie que pertenezca a su familia entrar al cunero, lo siento – se disculpó retirándose a su posición actual.
- Pero cómo se atreve, no sabe quién soy yo – petulancia de parte de Max hizo que el capitán lo silenciara.
- Sí lo sé, es por ello que no pueden entrar, así que le pido que se retire – se dirigió a él guardando silencio después de su pedimento.
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La Dama del Retrato
FanfictionÉl se ha quedado prendado de un retrato en una exposición en el Museo Metropolitano, la belleza de la persona que se encuentra dentro de este cuadro se centra en un par de ojos, buscando información acerca del cuadro se da cuenta que nadie conoce su...