Esa mañana Albert se había levantado temprano, se aseó y bajó a desayunar, fue ahí que se encontró con Candy y la plática lo había puesto un poco incómodo, pero con ella casi nunca eran tan perturbadoras las conversaciones. Saliendo de ahí, se dirigió a la Villa Grandchester, había quedado con Eleonor de pasar por ella para ir al pueblo de compras, tomó el caballo que John le había ensillado hacía ya una hora y se dirigió a todo galope hacia la villa, disfrutando del aire invernal.
Sin darse cuenta de que unos bellos ojos azules como los suyos, lo esperaban en un auto a la entrada de la villa.
- Señor Andley, llega tarde – reclamó Elroy, fingiendo enojo.
- Buen día duquesa, ¿cómo está? – la saludó cortés desmontando ágilmente.
- Muy bien, aquí esperándolo – sonrió mientras abría más la ventanilla.
- Eleonor, que te dije de mi nombre – reclamó él.
- Pues tú comenzaste Albert, ayer te dije, pero después no me decías nada y te despediste de duquesa Grandchester así que... - comentó ella fingiendo indiferencia.
- Bueno, un error cualquiera lo comete, no te parece. Así que ya sabes... Albert – le sugirió él.
- Sí Eleonor, ¿nos vamos? – preguntó ansioso.
- Por supuesto, deja y encamino a mi caballo, sabe como regresar al establo. ¡Eeeaaa! – le golpeó en la pata trasera.
- Con que muy educadito – se burló ella.
- Sí, afortunadamente Candy no sólo se dedica a la casa, a la arquería y al esgrima, todos los caballos han sido educados por ella. Hablando de Candy, pues digamos que ella fue la que me atrasó – terminó confesándole.
- ¡Ah sí! Jeffries llévanos al pueblo por favor – le pidió a su cochero.
- Sí duquesa Grandchester – accedió y comenzó a manejar.
- Tú también Jeffries – protestó Eleonor.
- Lo siento duquesa...señora...Eleonor – terminó dudoso por llamarla así.
- Eleonor, no pongas en aprietos a Jeffries – la reprendió.
- Bueno, me decías de Candy, no se supone que está arreglando algo de la fiesta en la villa Andley – cuestionó ella dudosa.
- Pues algo así, sólo que me entretuve bastante con ella – argumentó él.
- Sabías que Terry está tomando terapia para controlar los celos – comentó ella divertida.
- Ah sí, ¿con qué doctor? – preguntó él sin darle mayor importancia.
- Conmigo... - sonrió viendo hacia el otro lado del coche.
- Jajajaja ay am...digo, Eleonor eso es bastante cómico, aún no sé ¿por qué es tan celoso?– escudriñó el rostro de su novia.
- Sencillo porque está enamorado, por eso. No como otros... dejó la oración en el aire.
- Ah no Eleonor, ya comenzamos con las indirectas – reprochó él molesto.
- Pues yo no dije nada, sólo que pareces niño pequeño con esto del amor – reclamó ella divertida.
- Más bien es la falta de práctica, que no es igual – aclaró el rubio defendiéndose.
- Ah sí, esperemos que después tengas ese pretexto – sonrió y le dio un beso en la mejilla.
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La Dama del Retrato
FanfictionÉl se ha quedado prendado de un retrato en una exposición en el Museo Metropolitano, la belleza de la persona que se encuentra dentro de este cuadro se centra en un par de ojos, buscando información acerca del cuadro se da cuenta que nadie conoce su...