Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 25: LAS CARTAS QUE NUNCA LLEGARON
Los mellizos Potter habían pasado la mayor parte de sus vacaciones en el número 4 de Privet Drive. No habían cambiado mucho durante ese tiempo, apenas y habían crecido unos cuántos centímetros.
La tía Petunia trataba de hacer que sus días fueran lo más tranquilos posibles, pero con la presencia del tío Vernon era casi imposible.
Aquél hombre odiaba todo lo relacionado a la magia, tener a dos niños que podían hacerlo era lo peor, sus sobrinos agotaban su paciencia con su sola presencia.
Es por eso que desde el primer día que habían regresado se había encargado de guardar bajo llave todos los libros y materiales de ellos en la pequeña alacena debajo de la escalera.
Lo único bueno de ello era que ya no los castigaba encerrándolos en las noches en aquél lugar porque estaba lleno de sus materiales.
Petunia Dursley no era fanática de la magia y aún seguía intentando adaptarse a ese mundo del que formó parte su hermana y ahora formaban parte sus pequeños sobrinos. Sin embargo, prefería que los niños no hicieran magia mientras estaban en casa, para evitar discusiones con su esposo.
— ¡Es la tercera vez esta semana! — gritó Vernon durante el desayuno — ¡Si no puedes dominar a esa lechuza tendrá que irse a otra parte!
El tío Vernon tampoco soportaba a las mascotas de los mellizos Potter y tener encerrada a la lechuza de Harry, solo hacía que el pobre animal se quejara en su jaula.
Aquella mañana el sonoro ulular del dormitorio de los mellizos Potter había despertado a todos, lo que había enfurecido al señor Dursley.
— Es que se aburre. Está acostumbrada a dar una vuelta por ahí. Si pudiera dejarla salir aunque sólo fuera de noche...— intentó explicar Harry.
— ¿Acaso tengo cara de idiota? — gruñó el tío Vernon, con restos de huevo frito en el bigote — Ya sé lo que ocurriría si saliera la lechuza.
Vernon miró con seriedad a Petunia. Harry quería discutir con su tío, pero Dahlia le apretó la mano por debajo de la mesa y negó levemente para que se detuviera.
— ¿Hay más tocino? Quisiera un poco más.— se apresuró a hablar Dudley intentando cambiar el tema.
No quería que sus primos se metieran en más problemas tan temprano.
— Queda más en la sartén, corazón. — dijo la tía Petunia y observó a sus sobrinos.— Hay más por si desean comer, pueden servirse.
