Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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Advertencia de discusión y golpes. Dejaré [••••] al iniciar la escena y terminarla por si quieren saltarla. Al final de todo dejaré un mini resumen de la escena. Dejar en claro que no apoyo ningún comportamiento de ese tipo.
CAPITULO 57: DIVORCIO
Con tía Marge en casa, los hermanos Potter comenzaban a echar de menos la vida en el número 4 de Privet Drive tal como era antes de su llegada. Tía Marge quería tener a los hermanos continuamente vigilados, más a Harry que a Dahlia, para poder lanzar sugerencias encaminadas a mejorar su comportamiento.
A Marge le encantaba comparar a Harry con Duddley y le producía un placer especial entregarle regalos caros mientras fulminaba a los hermanos con la mirada, como si quisiera que se atrevieran a preguntar por qué no le daba nada a ellos.
No dejaba de lanzar indirectas sobe los defectos de Harry.
—No debes culparte por cómo ha salido el chico, Vernon — dijo el tercer día a la hora de la comida — Si está podrido por dentro, no hay nada que hacer.
Dahlia notaba como su hermano hacía lo posible por contenerse en contestarle algo a la hermana del tío Vernon, pero incluso ella tenía ganas de hacerlo.
—Es una de las normas básicas de la crianza, se ve claramente en los perros: de tal palo, tal astilla — comentó Marge mientras alargaba el brazo para coger la copa de vino.
En aquel momento estalló la copa de vino que tía Marge tenía en la mano. Los fragmentos salieron volando en todas las direcciones y tía Marge parpadeó murmurando algo. De su rostro caían gotas de vino.
—No te preocupes — gruñó Marge secándose la cara con la servilleta — Debo de haber apretado la copa demasiado fuerte. Me pasó lo mismo el otro día, en casa del coronel Fubster. No tiene importancia, Petunia, es que cojo las cosas con demasiada fuerza...
Vernon le dirigió una mirada a Harry sospechando que había sido culpa suya y luego observó a su sobrina entrecerrando los ojos. Culpándola de lo que había sucedido en silencio.
—Gracias por la cena, tía Petunia. — se apresuró en decir Dahlia — Mi hermano y yo iremos a descansar ya.
No le dio tiempo de decir nada a ninguno cuando la pelirroja le dio unas pequeñas palmaditas en la pierna a su hermano para que se levantaran de la mesa sin disfrutar del postre.
Cuando llegaron al vestíbulo, Harry se apoyó con la pared respirando hondo. Había pasado un buen tiempo desde que su hermano no perdía el control de esa manera, haciendo estallar algo.
