Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPITULO 69: ¿FIN DE LA AMISTAD?
Harry no sabía qué era lo que podía hacer. La amistad entre sus dos mejores amigos parecía haber llegado a su fin, sin ninguna posibilidad de lograr que ellos se reconciliaran.
Ron estaba furioso de que Hermione no hubiera tomado en cuenta la cantidad de veces que su gato había intentado comerse a su rata, mientras que Hermione aseguraba que aquellos pelos no eran prueba contundente para asegurar que su gato era el culpable.
Aquellos pelos podían haberse quedado en la habitación de los chicos desde la navidad pasada.
El mayor de los Potter pensaba que el gato de su mejor amiga, se había comido a la rata que era mascota de su mejor amigo.
—¡Ya sabía que te pondrías de parte de Ron! — chilló Hermione — Primero la Saeta de Fuego, ahora Scabbers. Todo es culpa mía ¿verdad? Lo único que te pido, Harry, es que me dejes en paz. Tengo mucho que hacer.
Harry se quedó observando como Hermione se iba, sin saber que decirle. No quería volver a discutir con sus amigos, pero había quedado en el medio de los dos una vez más.
[•••]
Dahlia había quedado en verse con Sophie. Llevaba días en los que apenas se podían ver en algunas clases o en sus tiempos libres debido al ocupado horario que la pelirroja tenía últimamente.
—¡Lia! — saludó la castaña con entusiasmo mientras se acercaba a ella.
—¡Sophie! — saludó la pelirroja.
—Lo malo de tener una mejor amiga tan ocupada, es que casi debo sacar cita para pasar tiempo con ella — se quejó Sophie con una pequeña sonrisa.
Dahlia soltó una pequeña risita y luego la miró haciendo un pequeño puchero, intentando disculparse.
—Lo siento... algunas veces termino muy cansada — comentó la menor de los Potter entrelazando su brazo con el de Sophie.
—¿Y las chicas? Que milagro que no vienes con todos ellos — comentó Sophie mientras caminaban en dirección a la biblioteca.
—Cansados de los entrenamientos de quidditch, jugando con los naipes explosivos o entretenidos conversando — explicó Dahlia.
Ambas niñas aprovecharon en tomar el camino más largo a la biblioteca para poder conversar todo lo que podían. La castaña le contó a la pelirroja que, para su suerte, Antoine no había venido con ella o no lograría soportarlo un minuto más.
Siempre que se lo encontraba, solía terminar con la paciencia al límite a punto de explotar. Era como si el pelinegro disfrutara de probar cuánta paciencia tenía la niña Hufflepuff.
—¿Sabes a quién vi un poco rara la última vez que hablamos? — preguntó Sophie mientras giraban en un pasillo.
—Ni idea... ¿Quién? — preguntó Dahlia con sincera curiosidad.
