Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPITULO 38: DOBBY CULPABLE
Cuando llegaron a la enfermería la señora Pomfrey observó preocupada a la niña mientras la cambiaban de camilla a una de las de la enfermería. Sin embargo, se puso furiosa cuando Harry llegó sin ningún hueso en su brazo debido al hechizo de Lockhart.
— ¡Debieron de venir enseguida aquí! — gritó furiosa mientras levantaba lo que se suponía que era el brazo de Harry — Puedo recomponer los huesos en unos segundos... pero hacerlos crecer de nuevo...
— Pero podrá ¿no? — preguntó Harry desesperado.
— Desde luego que podré, pero será doloroso — dijo en un tono grave mientras le daba un pijama a Harry — tendrás que pasar aquí la noche.
La señora Pomfrey se giró para observar a Dahlia, entregándole una poción para su hombro y el dolor. Se detuvo para esperar que la niña bebiera todo y la pelirroja arrugó la nariz ante la sensación de la poción haciendo efecto.
— ¿Te sientes mejor, corazón? — preguntó Pomfrey.
— Sí, señora Pomfrey — murmuró apoyando su cabeza en la almohada.— gracias...
Al parecer la enfermera le había agarrado cierto cariño a Dahlia luego de aquella vez en la que había pasado tres días en la enfermería en su primer año.
Pomfrey observó con tristeza a la niña, tan pequeña y todo lo que le ocurría.
— Deberías pasar la noche aquí, para que me asegure que todo esté en buen estado — dijo Pomfrey acariciando con cuidado el cabello de la niña antes de irse a preparar lo necesario para reconstruir el brazo de Harry.
Cuando Harry observó al frente, notó a una gran cantidad de alumnos Slytherin alrededor de una camilla, uno de ellos se movió y el mayor de los Potter notó a Dahlia acostada en una de las camillas.
— ¿Es Lia? ¿Qué le pasó? — preguntó Harry observando a Hermione.
— También cayó de su escoba, Harry — comentó observando por unos segundos en dirección a la pelirroja — una bludger la golpeó, pero la señora Pomfrey ya se está encargando de ella.
Harry asintió un poco más tranquilo de saber que su hermana ya estaba siendo atendida por la enfermera. Quería acercarse a su hermana, pero la sensación de no tener brazo le molestaba demasiado por lo que se dedicó a mirar al techo.
— ¿Cómo te sientes, Lia? — preguntó Sophie apoyando su mano sobre la mano del brazo que no estaba lastimado de su amiga.
— La poción ayudó bastante — murmuró dándole una pequeña sonrisa a la castaña.
— Nos asustaste bastante, Lia — se quejó Daphne que se veía preocupada. — Fue el partido que menos he disfrutado — negó.
En ese momento notó a sus amigos, la pintura que había visto al comienzo del partido en el rostro de sus amigas ahora estaba corrida por el rostro de las niñas y todos estaban igual de empapados por la lluvia.
