Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 51: LA CÁMARA DE LOS SECRETOS
Una risita escapó de los labios de Zabini mientras se cruzaba de brazos observando la escena que tenía frente a él.
—Cómo quisiera tener una cámara en este momento — susurró Blaise con una sonrisita divertida.
Daphne y Blaise no podían dejar de observar al platinado y a la pelirroja dormir cómodamente en el sofá de la sala común. Abrazados el uno al otro, cubiertos con la pequeña manta que había llevado Malfoy en la noche anterior.
—¿Deberíamos despertarlos? — preguntó Daphne en otro susurro — Los demás deben de estar por levantarse.
—Deberíamos... — afirmó Zabini con una sonrisa.
Ambos niños se miraron divertidos, pero ninguno se atrevió a mover nada mientras se lamentaban no tener una cámara en sus manos para capturar ese momento.
—Podríamos molestarlos de solo tener una foto — se lamentó el moreno.
No pudo decir nada más cuando Theo y Celine bajaron de sus habitaciones bostezando, aún sin alistarse. Al ver que faltaban algunos de sus amigos habían decidido bajar a la sala común.
—¿Qué sucede? — preguntó Theo frunciendo ligeramente el ceño al ver a Blaise y Daphne frente al sofá.
—Oh, oh... — susurró Daphne.
—Bueno... — dijo Blaise tosiendo para disimular.
El castaño se acercó al sofá y se congeló al lado del moreno por unos segundos. Parpadeó un par de veces antes de que su entrecejo se juntara y caminara unos pasos antes de quitar la manta del lado de Malfoy que estaba al filo del sofá.
El frío hizo que el platinado se moviera un poco, despertándose perezosamente. Había dormido más cómodo de lo que esperaba.
—Levántate, Malfoy. — murmuró Theo moviendo al platinado — O te tiraré del mueble yo mismo — añadió.
El platinado parpadeó confundido al escuchar al castaño y al darse cuenta del rostro furioso que tenía frente a él intentó levantarse, pero calculó mal y terminó en el suelo.
Dahlia se levantó confundida y bostezó al mismo momento que escuchaba a Draco quejarse por el golpe que había recibido al caer del sofá al frío suelo de la sala común.
—¿Theo? — preguntó Dahlia confundida y luego se estiró de forma perezosa — Buenos días — saludó.
—Buenos días, Lia — respondió Theo dándole una pequeña sonrisa.
Sonrisa que se borró al regresar la mirada al platinado que se negaba a levantarse de la vergüenza. Blaise no podía ocultar su risita divertida a pesar de que Celine le había dado un pequeño lapo.
