Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 33: DECEPCIONES Y VOCES
La primera semana de clases había pasado más rápido de lo que esperaba. Entre clases y cosas nuevas que aprender apenas y había tenido tiempo. Apenas y había podido hablar con Ginny, pero eso no era solo por su complicado horario.
Dahlia había notado a la pequeña Weasley un poco distinta a la Ginny que había conocido aquella mañana en la madriguera.
Supuso que se debía a que era su primer año en Hogwarts. Debía estar algo nerviosa por hacer nuevos amigos y cumplir sus horarios como debía, por lo que se había propuesto a tratar de hacer tiempo para acompañarla y que no se sintiera sola como ella se había sentido en sus primeros días en su primer año.
A pesar de todo, Dahlia había disfrutado de la primera semana de clases. Pasar tiempo con sus amigos era algo que le encantaba, incluso cuándo iban de una clase a otra. Algunas veces, antes de ir a dormir, se quedaban en el cuarto de los niños a conversar en las noches.
Lo que más le había alegrado fue recibir la noticia que sus amigos habían ingresado al equipo como los nuevos golpeadores, eso era algo que había alegrado a todo el grupo de amigos.
Theodore Nott y Draco Malfoy, las nuevas estrellas del equipo de quidditch de Slytherin.
Y esa no fue la única sorpresa.
— Lia, ven aquí — la llamó Theo cuando la vio entrar a la sala común.
El equipo de quidditch estaba reunido alrededor de los sillones mientras parecían admirar algo con alegría y asombro.
— ¿Qué sucedió? — preguntó con curiosidad, acercándose junto a Celine.
— El padre de Draco nos ha enviado un regalo — comentó el castaño y Dahlia observó a Draco que ya la estaba mirando.
— ¿Un regalo? — preguntó sin poder creerlo.
El platinado asintió mientras se acercaba con una escoba nueva en la mano y se la entregó a la pelirroja con una pequeña sonrisa en sus labios, emocionado de que viera el regalo que le habían mandado.
— Esta es para ti, mi madre se enteró que había una chica en el equipo y quiso hacer su escoba especial — comentó Malfoy fingiendo no darle mucha importancia.— Espero que te guste...
Dahlia lo miró algo confundida, pero luego lo entendió cuando notó que en su escoba tenía tallada una flor, una que se relacionaba a su nombre y en el centro la flor tenía un pequeño diamante que resaltaba.
El detalle de la escoba estaba ubicado al extremo dónde no incomodaba para nada al ser utilizada para jugar quidditch, pero era elegante y lograba diferenciar su escoba de las demás del equipo.
— Está hermosa... Gracias — sonrió mientras pasaba sus dedos por la flor con mucho cuidado.
— ¿Por qué la mía no tiene algo así? — se quejó Theo con una sonrisa oculta, dispuesto a molestar a su amigo.
