Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 63: EL BOGGART
Harry volvió a ver a Malfoy el día jueves, a mitad de la clase de Pociones, cuando el platinado entró con aire arrogante en la mazmorra, con el brazo derecho cubierto de vendajes y como si fuera el heroico superviviente de una horrible batalla.
—Sí — dijo Malfoy mientras se acercaba a la mesa en la que estaba Theo.
—Siéntate — dijo el profesor Snape de forma amable.
Harry y Ron se miraron y fruncieron el entrecejo. Si ellos llegaban tarde a la clase del profesor Snape, sabían que lo último que haría sería pedirles que se sentaran.
Dahlia no se había sentado con sus amigos de Slytherin para hacer la poción para encoger, había preferido sentarse un poco más lejos dónde pudiera compartir mesa con Neville.
Las clases que le había dado el año anterior y los apuntes, habían logrado ayudar un poco al niño para que no explotara cada poción que hacía. Lo único que necesitaba ahora, era que alguien le diera la seguridad de poner en práctica lo aprendido.
—Profesor — dijo Malfoy llamando la atención — Necesitaré ayuda para cortar las raíces de margarita, porque con el brazo así no puedo.
Dahlia observó en dirección al platinado, deteniendo sus movimientos al darse cuenta que no podía ayudarle desde el lugar en el que estaba, pero debía ayudar a Neville.
—Weasley, córtaselas tú — ordenó Snape sin levantar la vista.
Ron se puso rojo como un tomate.
—No le pasa nada a tu brazo — le dijo Ron a Malfoy entre dientes.
Malfoy lo miró con una sonrisita en sus labios desde su lugar.
—Ya has oído al profesor Snape, Weasley. Córtame las raíces. — ordenó.
Dahlia escuchó a Draco y soltó una pequeña risita al ver la cara de fastidio de Ron. Si el platinado quería molestar a Weasley, ella no se metería a detenerlo.
Ron cogió el cuchillo mientras tomaba las raíces de Malfoy y comenzó a cortarlas de mala gana, dejándolas todas de distintos tamaños.
Dahlia observó a Neville mientras cortaba sus raíces y le sonrió al ver que lo estaba haciendo bien, aunque se tardara un poco más, lo estaba haciendo bien.
—Profesor — dijo Malfoy arrastrando las sílabas — Weasley está estropeando mis raíces, señor.
El profesor Snape fue hacia la mesa, aproximó la nariz a las raíces para examinarlas y dirigió a Ron una sonrisa desagradable para los niños Gryffindor.
