Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 58: EL AUTOBUS NOCTÁMBULO
Harry había caminado durante un buen rato por las calles oscuras hasta que, luego de sentarse por unos minutos sobre un muro, sentir el pánico recorrer su cuerpo y un extraño encuentro con una silueta en forma de perro, que lo había asustado hasta el punto de hacerlo tropezar y terminar en el suelo, había aparecido un vehículo extraño frente a él que podía llevarlo a dónde él quisiera.
Luego de considerarlo por unos minutos había decidido subirse para ir, con sus últimos galeones que tenía, al callejón Diagon.
La forma en la que se había ido de la casa de sus tíos no había sido la correcta, pero luego de aguantar por una semana los horribles comentarios de la hermana de Vernon, no había podido soportar que se burlara de sus padres y su muerte.
Lo único que se arrepentía de haber hecho, era de dejar a su hermana.
Pero no podía quedarse ni un minuto más en aquel lugar dónde siempre lo habían considerado un estorbo, dónde había recibido los feos castigos del parte del tío Vernon y habían logrado que se sintiera el culpable de todo.
Solo por no poder controlar su magia de pequeño, por ser diferente a ellos, por no ser perfecto como lo era su hermana.
Tal vez ellos tenían razón, si él nunca hubiera llegado a casa de sus tíos, ellos serían felices. Su hermana nunca hubiera tenido que sufrir por culpa suya y podría estar tranquila.
La tía Petunia siempre había cuidado de ella, su hermana también tenía a Dudley que parecía quererla a diferencia de a él. Su primo nunca había intentado hablar con él y las veces que lo había hecho era para burlarse de él con sus amigos.
Ahora tenía dos mejores amigos. Ron y Hermione, eran sus nuevos amigos, pero ya no tenía a su hermanita con él. Lo único que quería era poder disfrutar de la compañía de su hermana y de sus nuevos amigos.
Estar en un lugar dónde se sintiera querido y aceptado, pero por ser él mismo y no por la cicatriz que tenía en la frente. Aquella que parecía hacerlo tan diferente al resto solo por tenerla. Le cambiaría esa cicatriz a quien quisiera tenerla solo por tener a sus padres y a su hermana con él para vivir felices en un hogar.
Su mirada fue al ejemplar de El Profeta que había abierto el encargado del bus y no pudo evitar notar la fotografía que había en la primera página. El hombre se le hizo extrañamente familiar.
—¡Ese hombre! — dijo Harry, olvidando por unos minutos sus problemas — ¡Salió en el telediario de los muggles!
Stan, el encargado del bus, miró la página y se rio entre dientes.
—Es Sirius Black — asintió — Por supuesto que ha salido en el telediario muggle, Neville ¿Dónde has estado este tiempo?
Harry se movió incómodo en su lugar, había mentido en su nombre para no ser reconocido y había dicho el nombre de su compañero de la escuela, Neville Longbottom.
