Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 45: LA POCIÓN MULTIJUGOS
El día de navidad había sido, sin duda alguna, el mejor día que había podido pasar Dahlia. No solo había pasado un lindo día en compañía de sus amigos, también había compartido tiempo con su hermano como solían hacerlo antes.
Dahlia no había hablado con Malfoy sobre lo que había ocurrido la noche anterior. Apenas y podía estar en el mismo lugar que él sin que sintiera que sus mejillas ardían y se viera obligada a irse con cualquier excusa antes de ser descubierta.
Por esa misma razón, en ese momento se encontraba en su habitación junto a las chicas mientras escribía en su diario lo que no había terminado de escribir la noche anterior porque el sueño le había ganado.
—Creo...
Dahlia dejó de escribir al escuchar la voz de Pansy. La pelirroja llevó su mirada a dónde estaba la pelinegra acostada, mirando el techo de la habitación como si fuera lo más interesante del mundo.
—¿Qué sucede? — preguntó Celine dejando de leer uno de los tantos libros en los que siempre se distraía.
—Debo contarles algo, no puedo quedarme con esto para siempre. — murmuró Pansy.
Daphne salió del baño mientras masajeaba su rostro usando las cremas que le había regalado Celine por navidad. La rubia entrecerró sus ojos con curiosidad.
—¿Qué hiciste? — preguntó Daphne observando a Pansy.
Pansy se incorporó apoyándose sobre sus manos en el colchón y miró a sus amigas mordiendo su labio inferior levemente.
—Prométanme que no me van a molestar cuando se los cuente — dijo Pansy observando a cada una, en especial a Dahlia y Daphne.
—Depende... — tarareó Dahlia con una sonrisita mientras dejaba la pluma a un lado y se concentraba en su amiga. — Oh, vamos... si no nos molestamos entre nosotras no hay amistad — añadió alzando ambas cejas.
—Entonces no les cuento nada — murmuró Pansy antes de volver a acostarse, esta vez tapando su rostro con la almohada.
—No seas así, Parkinson — se quejó Daphne ansiosa por saber lo que quería decir su amiga. — Lini, dile que no nos vamos a burlar de ella ni molestarla.
Celine sonrió negando levemente mientras suspiraba resignada a ser la mediadora entre sus amigas.
—Cuéntanos Pansy, prometo que no dejaré que te molesten con lo que sea que quieras contarnos. — prometió la rubia en un tono dulce para convencer a la pelinegra.
—Bedeabaise— murmuró Pansy aún con la almohada en su rostro.
