Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 35: LA SEÑORA NORRIS
Dos días después de volver a hablar con Malfoy, la pelirroja pudo reunirse con Hermione. Dahlia no había esperado que ella misma se acercara acompañada de su amiga Sophie buscando solucionar las cosas como amigas que eran antes de aquella pelea.
— Hola — murmuró Hermione mientras se sentaba con Sophie en el pasto mirando a la pelirroja.
— Hola ¿Cómo estás? — preguntó Dahlia mientras cerraba su libro para concentrarse en Hermione. — Estaba pensando en buscarte...
— ¿De verdad? — preguntó Hermione, estaba algo nerviosa — quería disculparme — se apresuró a decir — lamento lo que pasó, no debí decirte esas cosas.
Sophie sonrió mirando a sus amigas un poco más tranquila que volviera a conversar luego de días tensos en la que ambas parecían tristes, pero orgullosas de hablar con la otra.
— ¿Me perdonas? — preguntó Hermione algo tímida. — De verdad lamento haber dicho todo eso, no debí... te extraño.— se apresuró en decir.
Hermione habló tan rápido como la primera vez que se conocieron en el tren, parecía hacerlo cuando estaba nerviosa o ansiosa por contar alguna información importante.
— Claro que sí, Mione.— le ofreció una pequeña sonrisa sincera — Somos amigas, no quiero estar en malos términos contigo, lamento que todo eso pasara — murmuró mientras ambas se envolvían en un abrazo.
— Oh, no me dejen fuera de este momento — se quejó Sophie mientras se unía al abrazo de sus amigas — después de todo fui yo quien tuvo que soportar a las dos por separado — bromeó.
Las dos niñas se quejaron separándose un poco para observar a la castaña que sonreía divertida mientras negaba apenas, apretándolas en un fuerte abrazo.
Sophie no pudo estar más contenta de que volvieran a ser las tres, ese día no se despegaron de estar juntas. Hablaron bien sobre el tema y lo que había ocurrido, decidiendo no cuestionar las amistades de la otra.
Días después entre las clases Dahlia se cruzó con Ginny un par de veces, siempre que la veía parecía estar en un apuro por lo que se alejaba de ella lo más rápido que podía, incluso parecía que se iba a enfermar.
Aquello le había preocupado a la chica Potter, que su pequeña amiga no estuviera adaptándose bien a las clases o estuviera sola, pensó que debía intentar conversar con ella uno de los días que tuviera libre.
Con las prácticas de quidditch en las tardes, las clases y las tareas casi no tenía tiempo. Lo único bueno era que ahora sus practicas de quidditch las compartía con Theo y Malfoy. Así que era algo que no le molestaba tanto al llegar cansada a su habitación a darse un baño y dormir como una bebé.
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Dahlia había notado lo mal que se veía Ginny conforme pasaban los días, pero lo que más le causaba impresión era que ninguno de sus hermanos parecía notar lo enferma que se veía la niña. Aquello le molestaba un poco, todos los Weasley parecían seguir con sus vidas de la manera más normal y tranquila posible, ignorando lo que estaba sucediendo con su hermanita.
