Una historia en la cual Harry Potter tiene una hermana melliza, Dahlia. Al cumplir ambos once años reciben su carta de Hogwarts enterándose por primera vez sobre el mundo mágico y todo lo relacionado a lo que fue la vida de sus padres.
Dahlia Potter...
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CAPITULO 36: LAS PALABRAS DEL MURO
Todos los alumnos de diferentes casas intentaban acercarse para ver lo que estaba sucediendo y los que estaban adelante murmuraban cosas sobre los hermanos Potter, todos dándoles miradas llenas de curiosidad, miedo, asombro, enojo y en algunos casos todo al mismo tiempo.
Dahlia retrocedió unos pasos algo incómoda al sentir las miradas en ella y su espalda chocó con el pecho de Theo. El castaño posó una mano en su hombro para tranquilizarla y los chicos intentaron cubrirla de las miradas colocándose frente a ella.
— ¿Estás bien? — preguntó Theo preocupado por su amiga.
— Sí, pero creo que Harry ahora está metido en un problema. — murmuró algo preocupada.
Theo iba a hablar cuando escucharon unos gritos que se acercaban a donde estaban todos ellos. Filch se abrió paso entre todos a empujones mientras gritaba.
— ¿Qué pasa aquí? ¿Qué pasa? — gritaba el cuidador.
El cuidador había sido atraído por el grito de Hestia Carrow y el ruido de los murmullos de los alumnos, junto a la gran multitud reunida en aquél pasillo. Cuando vio a La Señora Norris se echó para atrás llevándose horrorizado las manos a la cara.
— ¡Mi gata! ¡Mi gata! — gritó desesperado — ¿Qué le ha pasado a la Señora Norris?
Los gritos de Filch se escuchaban por todo el pasillo y cuando giró buscando al culpable, sus ojos se posaron en Harry.
— ¡Tú! — chilló — ¡Tú la has matado! ¡Tú has matado a mi gata! ¡Y yo te mataré a ti! ¡Te...!
Dahlia se asustó al ver los ojos desorbitados de Filch, lleno de rabia por lo que le había sucedido a su gata, desquitando su enojo en su hermano.
— ¡Argus!
El director, Albus Dumbledore, había llegado junto a los demás profesores. En unos segundos pasó por delante de los niños Gryffindor y sacó a la gata de la argolla.
— Ven conmigo, Argus — dijo el director observando a Filch — Ustedes también, Potter, Granger y Weasley.
— Pero profesor nosotros no hicimos nada — se quejó Hermione en voz baja.
— Es verdad, nosotros solo pasábamos por aquí. Mi hermana sabe de dónde veníamos — se apresuró a explicar Harry.
El director buscó con la mirada a Dahlia y suspiró al verla detrás de sus amigos.
— Señorita Potter, acompáñenos usted también.
— ¿Por qué? — preguntó confundida.
Lockhart se adelantó algo asustado interrumpiendo a la niña.
