Slytherin Queen - Regulus Black © ✔

|33| Capítulo

⁓ LA CUEVA ⁓  

El lugar era una cueva húmeda, fría, oscura y escalofriante. Me aferre a la capa que Regulus me había dado antes de salir de Grimmauld Place, donde nos encontrábamos pasando un tiempo de "calidad" con Orion y Walburga.

Mis manos temblaban y ya no sabía si era por el frío o los nervios... Era la cueva de mis pesadillas, aquella donde ya sabía lo que pasaría con Regulus.

— Volvamos, amo Regulus. — Suplico Kreacher como por quinceava vez, pero Regulus negó con la cabeza.

— No hasta que encontremos lo que venimos a buscar. — Dijo firme.

Lo conozco como la palma de mi mano, está tratando de esconder que él también quiere dar media vuelta y nunca volver, en sus palabras: el valiente era Sirius, no él, pero sabía que estaba dispuesto a arriesgar su vida por lo que creía correcto.

— ¿Kreacher...? — Le habla Regulus.
— ¿Sí, amo? — Preguntó con un nerviosismo evidente.
— Si no salgo... — Empieza a decir, pero Kreacher lo interrumpe.
— Amo. — Dijo con lastima el elfo.

— Si no salgo — Volvió a hablar Regulus. — No le digas a nadie donde estuve ¿De acuerdo?

Nos acercamos al centro de la cueva, donde había una copa... La misma de las pesadillas.

— Kreacher... — Hable por primera vez.
— ¿Si, ama Black? — Hablo el elfo.

— Recuerda lo que te dije en Grimmauld Place. — Hable firme, sabía lo que venía y cómo afrontarlo.

El elfo asintió ante mi recordatorio.

— Parece que tu teoría es correcta, Diana. No puedo tomar el objeto que está en el fondo de la copa... ¿No les parece que es un objeto antiguo? Creo que es un tipo de guardapelos. — Habla Regulus.

— No es cualquier guardapelo, amor. — Regulus me mira atento. — Es el guardapelo de Salazar.- Amos, volvemos a casa. — Volvió a insistir Kreacher.

Regulus le sonrió al elfo.

— No puedo, Kreach... Volver no nos asegura nada, se hizo muy fuerte... Diana no está al nivel que tenía Salazar cuando falleció, él puede matarnos y nosotros a él no, si no destruimos este guardapelo él será inmortal. — Contestó Regulus.

— Ustedes saldrán de aquí, amos. — Habla el elfo.

— Kreacher, te conozco desde que la memoria me funciona, sé que eres muy fiel a nuestra familia. — Regulus toma mi mano. — Solo... Por si acaso, cuida de Diana y mamá si no salgo de aquí.

— Amos... Por favor. — Exclamó el elfo.

— Supongo que es hora de iniciar con esto. — Empieza a beber aquella poción desconocida, apenas sintió el metal tocar sus labios. — Según lo que contaste... Si no quiero beber más, dame de beber.

— No diga eso amo, deje que sea Kreacher el que beba. — Sollozo el elfo.

— No, necesito que alguien salga de esta cueva, si llegara a pasar algo Diana y yo no podríamos desaparecer, tu sí. — Dijo en un susurro.

Al ver el sufrimiento de Kreacher me acerco a él.

— Recuerda lo que te dije en la mansión... No tengas miedo, todo estará bien. — Digo tratando de animarlo. — Toma. — Me quito la cadena con el anillo de Regulus y se la pongo a él. — Me la devolverás cuando nos volvamos a ver, igual que el guardapelo de mi hermano.

Me levanto para ponerme al lado de Regulus, llegó entonces el último sorbo.

— ¡Aquí está el horrocrux, amos! — Grito el elfo, cambiando rápidamente el verdadero por el falso.

Kreacher y yo vemos como unas manos pálidas, delgadas, torcidas y con uñas largas casi podridas atrapaban una de las piernas de Regulus.

— Es hora de que te vayas, Kreacher... Cuida los collares de mis chicos. — Dije para corre a los brazos de Regulus.

Regulus dejó escapar un grito al ver la cara del Inferi.

— Vete Diana. — Dijo llorando Regulus.
— Confía en mí. — Dije abrazándolo

Aunque Regulus hizo el esfuerzo de apartarme de él, me aferré aún más, los Inferi nos arrastran al lago, cuando las aguas nos cubrieron beso a Regulus y mi collar brilla.