|24| Capítulo

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⁓ ¡Sí! ⁓

Volví a mi absurda agonía, entre a la mansión Black... Directo a la habitación. Encontré a Regulus jugando ajedrez.

— Cierra la puerta. — Dice serio, le hago caso.

Regulus saca su varita y silencia la habitación.

— ¿Juegas? — Pregunta aún viendo el ajedrez.
— Quiero las piezas blancas. — Le digo.
— Claro. — Cambia de bando.

Empezamos a jugar.

— Mis padres están furiosos contigo. — Dice Regulus.
— Lo sé. — Contesto simple. — Si no fuera quien soy... Ya estaría muerta.
— Quisiera decirte que no pero... Fueron crueles con sus propios hijos. — Contesta triste.

— Sabes... La vida es como este juego de ajedrez, depende del bando serás un peón o alguna pieza más importante.
— Sí, en el bando del Lord soy un peón. — Dice Regulus.
— Incluso tus padres son peones... Pero, tu no eres del bando del Lord. — Le explico.
— Entonces... ¿Qué soy en tu bando? — Pregunta viendo el tablero.

— Un Rey. — Le contesto.
— ¿Un Rey? ¿Así de importante soy en tu bando?
— Sí.

Seguimos jugando. Consigo ganarle.

— Tal vez tengas razón y podamos ganar. — Dice esperanzado, le sonrío.

Me levanto de mi silla, camino hacia él y me siento en su regazo, para empezar a jugar con sus rizos.

— Verás que así será.
— Amor... Gracias por no abandonarme. — Lo beso.

...

Los días habían pasado desde ese 22 de junio, el día en que Thomas Riddle llego a la mansión. El día de hoy era 2 de julio.

Estaba en la habitación de Regulus, este entra corriendo a la habitación.

— ¿Pasa algo? — Pregunto al verlo entrar así.
— Cámbiate, ponte más linda, lo cual creo que es imposible... Vamos a dar un paseo al bosque — Dice.
— Vale... ¿Me quieres sacar de aquí por alguna razón? 
— Sí, pero no es nada malo.
— Muy bien. — Le sonrío.

Él vuelve a salir de la habitación, mientras yo me empiezo a alistar.

Opto por ponerme un vestido negro pegado al cuerpo algo corto, con el cabello recogido sencillo y un maquillaje algo glowy.

A la hora, Regulus vuelve a entrar a la habitación.

— Te ves... No hay ninguna palabra que te haga justicia. — Dice viéndome.
— Gracias cariño.

Salimos de la mansión y empezamos a caminar al bosque. Veo que hay un claro, lleno de peonías.

— ¿Qué es esto? — Le pregunto a Reg.
— Ya verás.

Seguimos caminando y llegamos a una mesa con un arco de peonías en forma de corazón atrás.

— ¿Es para mí?
— Claro... Te mereces todo, si pudiera dártelo, el mundo ya fuera tuyo. — Me dice.

Lo tomo de las mejilla y lo atraigo para besarlo. Nos sentamos en la mesa y Kreacher aparece con la comida.

— Gracias Kreacher. — Le agradecemos ambos. Kreacher asiente y desaparece.

Empezamos a comer, a hablar de cosas triviales, reír de locuras nuestras y recordar momentos buenos.

Cuando ya habíamos terminado de comer. Regulus suelta el aire, como si hubiera estado aguantando las ganas de respirar todo este rato.

— ¿Te sientes bien? Te ves pálido. — Digo tomándolo de la mano. — Reggie estás helado.

Regulus se levanta de la silla, la hace para un lado y toma mi mano, haciendo que me levante.

Veo como saca algo de su bolsillo, una cajita de terciopelo, aguanto la respiración.

Regulus se inca frente a mi y abre la cajita, un hermoso anillo.

Un anillo con una esmeralda en forma de ovalo y diamantes alrededor de oro. (Como el de la Princesa Diana solo que verde)

— Diana Pevensie... No puedes imaginarte lo que tu llegada a mi vida significo, el hecho de que siempre estuviste para mí, todos los momentos hermosos que compartimos como amigos y después como novios... Sé que quiero compartir mi vida contigo, porque sé que así muera mañana, moriría feliz porque compartí mi vida contigo... Me siento demasiado honrado de ser tu novio y quiero que me des el honor de que sea tu esposo. Por eso, está noche me hincó a tus pies, con un anillo en una mano y mi corazón en la otra... ¿Te casarías conmigo? — Dice Regulus mientras tiembla.

Por mi parte, ya me encontraba llorando, mis ojos no se despegaban de los de Regulus.

— Sí... ¡Sí! Claro que me caso contigo. — Le contesto feliz.

Regulus y yo sonreímos, Regulus pone el anillo en mi dedo y se levanta para besarme.

Oficialmente... Comprometidos.

Al separarnos del beso continuamos con abrazados. Una melodía empieza a sonar y Regulus me guía a bailar.

Y así, bajo el manto estrellado que nos regalaba la noche, estábamos teniendo nuestro primer baile como prometidos.

En ese momento no importaba nada ni nadie, solo mi prometido y yo... Fue raro decirlo pero me encanta como suena... Diana Black.

Slytherin Queen - Regulus Black © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora