|43| Capítulo

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⁓ La Destrucción de los Horrocruxes pt. 2 ⁓

El abrazo entre Tom y yo pareció unirnos aún más, a pesar de la revelación impactante que acabábamos de enfrentar. Me aferré a él con fuerza, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre nuestros hombros. Sin embargo, en medio del caos que nos rodeaba, una chispa de esperanza brillaba en nuestros corazones.

— Tom, siempre serás mi hijo. — Murmuré, buscando sus ojos. — Nada cambiará eso.

Tom asintió, su expresión un torbellino de emociones. — Gracias, mamá. — dijo con voz temblorosa. — Lo siento por todo lo que he hecho. Siento haber escapado, tenia que haberme quedado con ustedes en la sala de los menesteres.

— No importa ahora. — respondí, sintiendo un nudo en la garganta. — Lo importante es que estás bien.

Con un gesto silencioso, nos separamos y nos dirigimos hacia la salida de la Cámara de los Secretos, dejando atrás el oscuro capítulo que había revelado la verdad sobre su origen. Al salir al Gran Comedor, nos encontramos con el caos de la batalla en pleno apogeo.

Nuestros hijos adoptivos, Matthew y Hermione, se unieron a nosotros, junto con Regulus, Sirius y Harry. La lucha era intensa, pero también había esperanza en los rostros de nuestros aliados, una determinación de no ceder ante la oscuridad.

— ¡Vamos! — gritó Regulus, sosteniendo su espada con firmeza. — Tenemos un trabajo que hacer.

Con un asentimiento, nos lanzamos a la batalla, nuestros corazones llenos de determinación y amor por aquellos que estábamos protegiendo.

Mientras luchábamos, el Anillo de Marvolo Gaunt, el último de los horrocruxes que debíamos destruir, se reveló. Voldemort, en un intento desesperado por proteger su inmortalidad, lo había traído consigo a la batalla. Vi el destello oscuro del anillo en su mano y supe lo que debía hacer.

— Regulus. — llamé, señalando al anillo. — Es hora de acabar con esto.

Regulus asintió con determinación, su mirada encontrando la mía con un brillo de confianza y amor.

— Juntos lo lograremos, Di. — dijo, su voz llena de determinación.

Nos lanzamos hacia Voldemort, enfrentándonos a él en un duelo mágico épico. Los hechizos volaban a nuestro alrededor mientras nos enfrentábamos al Señor Oscuro.

— ¡Voldemort! ¡Tu tiempo ha terminado! — gritó Regulus con voz desafiante.

Voldemort lanzó una risa fría y despectiva.

— No puedes detenerme, Black. Soy invencible.

Con un movimiento audaz, Regulus logró desarmar a Voldemort, dejándolo vulnerable. En ese momento, atrapé el Anillo de Marvolo Gaunt entre mis manos y canalicé todo mi poder. La espada de Gryffindor apareció en mi mano, y con un golpe preciso, la hundí en el corazón del anillo.

Un estallido de luz y oscuridad llenó la habitación mientras el horrocrux era destruido. Un grito desgarrador resonó en el aire cuando Voldemort se dio cuenta de que su inmortalidad se desvanecía casi por completo.

Veo como un amigo de mis hijos, Neville mataba a la serpiente de Voldemort, se escuchó un grito, otro horrocrux destruido. 

— ¡Avada kedavra! — Se escuchó detrás de nosotros, el hechizo salió disparado hacia Harry, golpeándolo.

Todos gritamos para después voltearnos y vemos a Tom con su varita empuñada.

El hechizo salió disparado desde la varita de Tom y golpeó a Harry, quien cayó al suelo inconsciente. La conmoción y la confusión se extendieron rápidamente entre nuestros aliados.

— ¡Tom, no! — grité, sin poder creer lo que acababa de ver.

Voldemort, con una sonrisa cruel en su rostro, observó la escena con satisfacción. — Bien hecho, hijo mío. Sabía que finalmente vendrías a tu verdadero hogar.

Tom se volvió hacia Voldemort, su expresión indescifrable. — Padre, he visto la verdad. La resistencia es inútil. La única manera de sobrevivir es unirse a ti. — dijo, su voz firme pero con un matiz que no pude descifrar del todo.

Voldemort sonrió aún más ampliamente. — Sabía que llegarías a entender, Tom. La fuerza es el único camino.

Nuestros amigos y aliados, atónitos y desconcertados, nos miraban con incredulidad. Regulus, Sirius, Matthew, Hermione y yo permanecíamos inmóviles, tratando de entender lo que estaba sucediendo. Cuando salimos del shock Matthew trata de correr hacia Tom pero Sirius lo detiene.


— No les hagas esto... Ya perdieron a uno. — Escucho como le susurra a Matthew. 

— Tom, ¿qué estás haciendo? — preguntó Regulus, su voz llena de desesperación y confusión.

Tom no respondió directamente, pero sus ojos se encontraron con los míos brevemente. Había algo en su mirada, una chispa de determinación que me dio una pequeña esperanza. Decidí confiar en mi hijo, en su plan, aunque no lo comprendiera del todo.

— Ahora, padre, vamos a acabar con esto. — dijo Tom, extendiendo su mano hacia Voldemort.

Voldemort tomó la mano de Tom y se preparó para unirse a él en la lucha final contra nosotros. Pero justo en ese momento, Tom hizo un movimiento inesperado. Con una rapidez sorprendente, Tom giró su varita y apuntó directamente al Anillo de Marvolo Gaunt que Voldemort llevaba puesto.

— ¡Finite Incantatem! — exclamó Tom con voz potente.

El rayo de luz blanca emergió de la varita de Tom y golpeó el anillo, desintegrándolo en un estallido de luz y oscuridad. Voldemort, sorprendido y furioso, intentó lanzar un hechizo, pero Tom no le dio tiempo.

— ¡Expelliarmus! — gritó Tom, desarmando a Voldemort y haciéndolo retroceder.

En ese momento, comprendí el plan de Tom. Había engañado a Voldemort para que bajara la guardia y ahora estaba aprovechando la oportunidad para destruir su último horrocrux.

— ¡Regulus, ahora! — grité, señalando a Voldemort.

Regulus asintió y junto a los demás, nos lanzamos hacia Voldemort, aprovechando su momentánea vulnerabilidad. La batalla final se desató con una intensidad renovada, pero esta vez, la ventaja estaba de nuestro lado.

Tom, con una valentía impresionante, se unió a nosotros en la lucha. Con un movimiento decidido, levantó la espada de Gryffindor que había aparecido en su mano y la hundió en el corazón de Voldemort. Un grito desgarrador resonó en el aire mientras el Señor Oscuro se desintegraba, su inmortalidad y poder finalmente destruidos.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Todos nos quedamos quietos, asimilando lo que había sucedido. Tom, jadeando por el esfuerzo, se volvió hacia nosotros, su expresión exhausta pero victoriosa.

— Lo hicimos. — murmuró, dejando caer la espada.

Corrí hacia él y lo abracé con todas mis fuerzas. — Lo hiciste, Tom. Engañaste a Voldemort y lo derrotaste. — susurré entre lágrimas.

Nuestros amigos y familiares se unieron a nosotros, y por primera vez en mucho tiempo, sentí que la esperanza y la paz habían vuelto a nuestras vidas. Habíamos derrotado a Voldemort, pero más importante aún, habíamos recuperado a Tom, y juntos, habíamos asegurado un futuro mejor.

— Ahora, es el momento de reconstruir. — dijo Regulus, mirando a su alrededor. — Y de asegurarnos de que esta oscuridad nunca vuelva.

Con una última mirada al lugar donde Voldemort había sido derrotado, salimos juntos, más fuertes y unidos que nunca, listos para construir un futuro lleno de esperanza y luz.

Slytherin Queen - Regulus Black © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora