|45| Capítulo

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⁓ Cinco años después ⁓

El castillo estaba en calma bajo el cielo estrellado, con la luz de la luna iluminando las torres y pasillos. Era una noche tranquila, pero el silencio fue roto de repente por un grupo de voces masculinas, cantando a pleno pulmón. Las notas desafinadas y risas se podían escuchar a lo largo del pasillo principal.

Nos encontrábamos en la biblioteca del castillo, terminando algunos deberes atrasados con Hermione, Rigel y Adhara. La concentración fue interrumpida por el alboroto que venía de la dirección opuesta a nuestro salón de estudio. Hermione levantó la vista de su libro, frunciendo el ceño.

— ¿Qué es ese ruido? — preguntó, cerrando su libro con un chasquido.

No pude evitar reírme, reconociendo las voces de inmediato.

— Parece que los chicos de Slytherin están teniendo una noche animada. Vamos a ver qué están haciendo.

Nos levantamos y nos dirigimos hacia el origen del ruido. A medida que nos acercábamos, las voces se hicieron más claras, y pudimos distinguir una melodía desordenada y risas estruendosas. Finalmente, llegamos a una de las salas de estar, donde nos encontramos con la escena.

Tom, Matthew, Draco, Blaise, Theodore, Regulus y Lorenzo estaban reunidos en un círculo, con varias botellas vacías de hidromiel y cerveza de mantequilla esparcidas a su alrededor. Estaban de pie, cantando una canción de taberna, con Draco dirigiendo la "orquesta" con un exagerado movimiento de brazos.

— ¡Oh, me encanta una buena canción, una canción que diga, "¡Aquí estoy!"! — cantaba Draco, tambaleándose ligeramente.

— ¡Y si caigo, levantaré, con una botella de whisky y una risa! — siguió Blaise, riendo tanto que casi se caía hacia atrás.

Hermione puso las manos en las caderas, tratando de mantener una expresión seria, pero no pudo evitar sonreír ante el espectáculo.

— ¡Chicos! — llamé, riendo. — ¿Qué está pasando aquí?

Regulus se giró, con una gran sonrisa en el rostro.

— ¡Diana! ¡Hermione! ¡Rigel! ¡Adhara! ¡Vengan, únanse a la fiesta! — dijo, levantando una botella medio vacía en un brindis tambaleante.

Rigel y Adhara intercambiaron miradas divertidas. Adhara se acercó a Theodore, que estaba sentado en el suelo, riendo tontamente.

— ¿Qué están haciendo? — preguntó Adhara, aguantando la risa.

Theodore la miró con ojos brillantes.

— ¡Celebrando la vida, pequeña Adhara! ¡Celebrando la vida!

Hermione se acercó a Draco, quien estaba tratando de mantenerse en pie.

— ¿Cuánto han bebido? — preguntó, aunque la respuesta era bastante obvia.

— Solo un poco — dijo Draco, haciendo un gesto con los dedos para indicar una pequeña cantidad, aunque claramente estaban más allá de eso.

Me acerqué a Regulus, quien intentaba comenzar otra canción. Lo tomé del brazo, guiándolo hacia una silla.

— Muy bien, señor "Soy el mayor, yo los cuido", creo que es hora de que se sienten un rato.

Regulus me miró con una expresión de pura felicidad borracha.

— Siempre tan mandona, Diana. Pero está bien, por ti, me sentaré.

Rigel y Adhara se unieron a los otros chicos, riendo y tratando de calmarlos. La atmósfera era alegre y despreocupada, una rara noche de diversión sin preocupaciones en medio de tiempos difíciles.

Vi a Hermione acercarse a Draco, sonriendo.

— Supongo que incluso los Slytherin necesitan soltarse de vez en cuando.

Draco se acercó a Hermione, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y alcohol.

— Y a veces, necesitamos una buena compañía — dijo suavemente, inclinándose un poco más cerca.

Noté cómo Hermione se ruborizaba. Había una conexión innegable entre ellos, algo que no podía ignorar. Antes de darse cuenta, Draco estaba aún más cerca, y de repente, sus labios se encontraron en un beso suave y dulce, lleno de promesas y posibilidades.

Rigel y Adhara, observando todo desde un rincón, se miraron entre sí, sus ojos llenos de confusión y curiosidad.

— ¿Por qué Tom y Matthew están actuando raro, mamá? — preguntó Rigel, señalando a sus hermanos mayores, que estaban cantando y riendo con los demás.

No pude evitar reírme suavemente ante su inocencia.

— A veces, los adultos también necesitan divertirse un poco. Y hoy es una de esas noches.

Adhara observó a su padre con una expresión pensativa.

— ¿Papá también está raro?

Asentí, sonriendo.

— Sí, cariño. Pero no te preocupes. Todo está bien. Solo están disfrutando de un pequeño descanso... Mañana tendrá un día muy ocupado, vendrán los tíos y el primo Harry.

La noche continuó con risas y canciones, y aunque el amanecer traería dolores de cabeza y responsabilidades, en ese momento, todo parecía perfecto. En esa noche estrellada, el castillo de Hogwarts resonaba con el eco de una felicidad sincera y unida, una pequeña victoria en la gran batalla de la vida.

FIN

Slytherin Queen - Regulus Black © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora