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—Lo siento—Zaya se mordió los labios tratando de aguantar la risa mientras se dirigían al bar de droides, que aparecía en la casa de fusibles que habían encontrado en el droide de batalla defectuoso. —Es que me da mucha risa, lo siento, Din, en serio—La chica se carcajeó—Es que me sorprendió ver cuándo te golpeó.

Bo-Katan negó mientras la escuchaba, ciertamente le había agarrado por sorpresa, pero si ahora lo pensaba, si había sido gracioso—Por cosas como estas, Din no confía en droides.

—No hay que confiar en ellos—Se quejó el mandaloriano, el golpe lo había perturbado ligeramente pero ya se encontraba mejor.

—Deja que yo hablé ahora—Pidió Bo-Katan mientras caminaban.

Din soltó un gruñido—¿Por qué? —Preguntó.

—Porque quiero tener la información rápido y …—Sintió varias punzadas dolorosas en su cabeza, le había dado muchas vueltas al asunto mientras hacían el trabajo pedido y lo mejor era…Manda, ella aún no sabía que hacer—Irnos de aquí.

—Yo también quiero eso—Se quejó Din—¿Cuál es el punto?

—Que maltrates droides no es algo que ayude mucho.

—¿Descubrí cuál era el defectuoso, o no?

Bo soltó un suspiro, Zaya los seguía mientras observaba los anuncios fluorescentes entre las calles de Plazir. La ciudad era bastante bonita, llena de clubes, y un montón de tiendas y restaurantes. Ciertamente a Plazir le estaba yendo bien como planeta independiente.

—Es por aquí—Murmuró Bo-Katan mientras veía el mapa de navegación—Me gustaría saber quién está de tras de todo esto.

Din le dio un par de palmadas—Droides.

Bo-Katan soltó una risita, se adentraron por un callejón algo oscuro, en una esquina estaban un par de droides hablando. —Aquí es la dirección—Expresó al ver el nombre del bar en letras luminosas. 

Din presionó la tecla de entrada.

—¿Bo-Katan? —Una voz conocida llamó a la mandaloriana de armadura azul. 

Bo-Katan se tensó ligeramente al reconocerla, se volteo ligeramente sin entrar aún al bar de Droides, Koska estaba en la entrada del callejón en compañía de dos búhos nocturnos.

—Eres tu…—La mujer de piel morena portaba su armadura, más no sus armas, seguramente por el estatuto del que hablo la duquesa—Escuchamos el alboroto causado por el Droide, y algunos de los ciudadanos hablaron sobre mandalorianos…—Murmuró con una sonrisa viéndola, dio un par de pasos hacia ellos, los ojos de Koska se posaron rápidamente en Din y luego en Zaya—¿Estás aquí… estás aquí para retar a Axe? —Preguntó sonriendo aún más.

Din se removió incómodo, ladeó su casco hacía el de Bo, ella parecía estar petrificada. No esperaban encontrarse a ningún miembro de la flota en la ciudad.

Mala suerte.

Din decidió responder—Estamos haciendo un trabajo para la duquesa—Respondió finalmente. 

Koska enarcó una ceja, sus curiosos ojos se posaron sobre una de las hombreras de Din, el cuerno de barro hacía gala en ella, pero también, el símbolo del clan Kryze. La mandaloriana pareció respirar ruidosamente, sus ojos oscuros se posaron entonces sobre la  hombrera plateada de Bo-Katan notando el mismo cuerno de barro en ella.

—¿Te casaste con el fanático? —Preguntó Koska casi con voz consternada pero también había burla en su voz—Esto es increíble.

—No le digas así—Exclamó Zaya furiosa al escucharla—Apóstata.

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