Our Own Way

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Parte I

Yennie dejó de amasar la masa al sentirse agotada, pero el agotamiento qué sentía no era físico, era mental, era emocional. Todos estaban trabajando duramente para la celebración del día de mañana, Bo-Katan Kryze y Din Djarin dirían los votos y oficialmente se convertirían en Riduur's.

Yennie estaba encargada de hacer el pan y otros aperitivos, muchos en el encubierto la habían alagado por las delicias que preparaba. Y aunque era embriagador sentirse querida de esa manera, no quería... simplemente no quería ser parte de eso.

—Tomaré un descanso, me duelen los brazos, saldré a tomar algo de aire, dejaré que la masa duplique su tamaño para terminar los panes—Le comentó a Marie, quien estaba picando verduras para comenzar a preparar el estofado.

Marie asintió, concentrada en su deber—De acuerdo, cariño. Descansa, yo supervisaré esa masa—Le comentó.

Yennie asintió como respuesta y, salió de la cocina, había pocos miembros del encubierto reunidos en la cueva principal en donde siempre se encendía una enorme fogata, la hora de la cena ya había pasado y ella, junto a otras mujeres, estaban ayudando en la preparación del banquete para la celebración del día de mañana.

Paz estaba participando en la guardia nocturna, así que posiblemente Ragnar ya debería estar dormido, pero conociendo a su hijo podría estar jugando con los otros niños o haciendo travesuras.

Yennie respiró profundo, mientras sentía sus ojos picar, recorrió el pasillo hasta llegar al pie de la puerta de la cueva, tocó ligeramente—¿Ragnar? —Lo llamó.

La puerta de metal fue abierta, el niño con casco azul la abrió rápidamente, llevaba ropa de dormir, una de las tantas pijamas que Kryze había comprado para los expósitos en el último viaje que había hecho—¿Te desperté, cariño? —Preguntó mientras entraba y colocaba seguro a la puerta, Yennie se quitó el casco, su cabello rubio estaba trenzado.

Ragnar asintió, quitándose el casco, su cabello negro hasta el cuello estaba desordenado, el niño se había colocado el casco a las prisas—Sí, mamá, papá, dijo que le dejara con seguro ¿Ya terminaste de hacer el pan?

Yennie negó, besó su frente y acarició su mejilla—Aún no, vine a tomar un descanso, ve a dormir, cuando salga dejaré la puerta cerrada, pero sin seguro para no molestarte. ¿De acuerdo?

El niño asintió, abrazó a su madre y regresó a dormir. La cueva en la que se encontraba era la principal que conectaba a dos más pequeñas, una de ellas servía como habitación para Ragnar y la otra para Paz y ella, la cueva principal era como una especie de sala, sencilla, con una mesita baja y un par de cojines que servían para tomar asiento sobre ellos.

Yennie suspiró cuando estuvo sola. Un par de lágrimas escaparon y finalmente, dejó de retenerlas. Sus labios temblaron, se mordió con fuerza para evitar que un sollozo escapara de ellos.

¡Era injusto!

¡Era tan injusto!

La estúpida de Bo-Katan Kryze se casaría con la única persona que adoraba en el mundo. ¿Por qué? ¿Por qué Din no la había escogido? ¿Qué tenía esa maldita apóstata que ella no?

Le dolía, Yennie sentía una fuerte presión en su pecho. Siempre había estado dispuesta y más que contenta en ayudar en cada una de las celebraciones en el encubierto, desde una boda al nacimiento de un niño.

Pero ...

Ayudar en esta... ella simplemente no podía.

¿Cómo podía sentirse contenta en ayudar a preparar la boda de la persona que amaba?