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—Ahsoka Tano—Din la saludó una vez y entró a la sala de pilotaje del guantelete, si bien, no quería despertar a Bo de su siesta, le pidió a Zaya que lo hiciera, estaba seguro que la Jedi y él no tenían temas a tratar—Tiempo sin verte.

La mujer hizo un asentimiento, mientras que si bien, su rostro demostraba neutralidad había algo de confusión en sus ojos—Lo mismo digo, Mando ¿O puedo referirme a ti como Din? —Preguntó.

El hombre resopló—Din está bien.

Ahsoka asintió—Aunque, debo admitir que estoy algo sorprendida. —Murmuró ella a través del Holo—No esperaba verte, bueno, tan cerca de Bo-Katan, sé sobre las tensiones entre ustedes por el arma que ella quiere, me comunicaba con ella para saber cómo estaba, pasé por Kalevala y vi la destrucción allí. Me preocupé—Expresó con sinceridad.

Din asintió, se preguntó así mismo si era correcto anunciar su relación con Bo-Katan a la Jedi frente a él—Si, bueno, fue obra del imperio, un escuadrón de TIE nos atacó a Bo y a mí en Kalevala, logramos salir vivos de eso.

Ahsoka enarcó una ceja con cierta diversión—¿"Bo"? —Repitió curiosa por el apodo tan íntimo.

Din agradeció usar su casco—Ella es mi mujer ahora. —Anunció al Jedi—Ahora sigue el camino, y es parte de mi tribu.

Ahsoka asintió con una sonrisa sincera—Felicitaciones.

—Gracias—Le susurró Din mientras asentía.

Alguien entró a la sala de pilotaje, era Bo-Katan, llevaba una de las camisetas de Din y una especie de shorts hasta la rodilla, dejando ver su piel pálida salvó su rostro, oculto por el casco. Bo-Katan observó el Holo que proyectaba el comunicador, bastante pequeño para su gusto—Ey.

Ahsoka hizo un asentimiento para mirarla—Estas viva.

—Este es el camino—Respondió Bo-Katan tomando asiento en la silla del piloto, ladeó su casco para ver a Din y luego regresar su mirada en la proyección azulada de su amiga—¿Qué tal va todo?

—Bastante bien, la verdad. —Respondió la Jedi—Le comentaba a Din sobre la destrucción que vi en Kalevala. Me comuniqué para saber si habías logrado escapar.

—Han pasado meses desde eso—Confesó Bo-Katan mientras recordaba con tristeza la destrucción de una de las pocas cosas que le había quedado de su familia—Pero gracias por preocuparte, estoy viva. Y ahora...—Bo-Katan realmente agradecía tener el casco para que no fueran notadas sus mejillas enrojecidas—Estoy mejor.

Ahsoka sonrió de oreja a oreja—Te lo mereces—Le murmuró—¿La flota? ¿También se ha unido?

Bo resopló, recostando su espalda al espaldar de la silla—No tienen honor para eso, se abren camino en la galaxia como mercenarios. Ya no los necesito, estoy bien así.

La mujer asintió nuevamente—Es un cambio brusco de planes—Murmuró, aunque no había acusación en su voz—Mandalore...

—Esta mejor así—Respondió Bo-Katan con altivez—Mejor que siga siendo tierra y cristal que un nido de ratas malagradecidas. —Sentenció—Lo que quería ya lo tengo y, gané mucho más.

Ahsoka soltó una risita—Bien, algunas veces el camino que creemos, no es el correcto, tu haz corregido el tuyo, Bo-Katan.

—Este es el camino—Respondió nuevamente la mandaloriana. —Dentro de tres días será mi ceremonia de matrimonio, te invitaría, pero no quiero revelar la ubicación del encubierto.

Ahsoka asintió—Lo entiendo, aunque, tal vez podamos vernos, me dirigiré a Lothal la próxima semana, estoy en busca de un objeto que me ayudará a encontrar la ubicación de Erza.

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