Our Own Way

41.-

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Los ojos azules de Satine se humedecieron una vez y estuvo entre sus brazos el pequeño que bebé que le había sido entregado. Se había enterado por Obi-Wan de la llegada de su hermana... de su otra hermana, aun para Satine era algo complicado pensar en todo lo que estaba sucediendo, casi parecía irreal, pero... era real, lo que vivió, lo que estaba viviendo era real.

Su hermana, Bo, otra Bo-Katan de otro universo estaba cerca de ella, no tan cerca como quisiera, ni siquiera la había visto aun, aunque esto último era por negativa de esta misma. Había escuchado la complicada vida que su hermana había tenido, la culpa que sentía, Satine quería hablar. Quería decirle que no tenía que sentirse avergonzada, pero...

Bo-Katan era complicada, y estaba segura que esa Bo lo era aún más.

—Mírate, cariño—Le susurró al bebé que la miraba fijamente, Satine no pudo evitar reír al sentir como sus ojos verdes parecían escudriñarla—Me recuerdas tanto a Bo cuando era una bebé, eres igual a ella. —Le dijo, sabía que el bebé no le entendía, pero le hacía sentirme mejor—Ojos verdes y cabello rojo, parece que los genes Kryze son bastante fuertes.

Sabine soltó una risita al escucharla, Grogu también los acompañaba—Eso parece—Confirmó la joven mandaloriana—No tengo idea como sea su padre bajo ese casco, pero no veo nada diferente entre Bo y este niño.

—Se clonó—Obi-Wan que también los acompañaba intentó hacer un chiste, Satine se carcajeó al escucharlo para luego suspirar.

—Eres tan bonito, mi amor—Murmuró besando la frente del bebé—Aun tengo que conocer a tus otros hermanos, Adonai y ¿Zaya? —Dijo intentando recordar el nombre de la chica mayor—Eres un niño muy afortunado, tienes una familia muy grande, la tía Satine te cuidara estas horas.

El bebé balbuceo algo incomprensible que hizo reír a la rubia.

—Aun eres muy joven para hablar, mi amor—La gobernante de Mandalore beso nuevamente su frente para luego observar a Sabine—¿Y Bo.?

—¿Cuál de las dos, la mayor o la menor? —Preguntó la mandaloriana de armadura morada y otros colores.

Satine soltó un suspiró—¿Las dos? —Respondió con cierta la duda.

—La menor se fue a buscar a los integrantes faltantes de tu familia—Le informó—El droide recibió una llamada con su ubicación.

Satine suspiró al escuchar eso, sintiendo alivio—Oh... me alegra tanto—Murmuró—¿Y... la otra?

—Bo—Repitió Sabine—Está en su habitación y no saldrá hasta que llegué Din—Le informó a la rubia—No quiere... mezclarse con la gente de esta época, o al menos eso entendí.

Satine hizo una mueca al escucharla, sabía que esa no eran las razones principales—Me gustaría hablar con ella...—Le dijo a la mandaloriana frente a ella—Aunque sea por unos minutos.

—Majestad—Le respondió la joven—No hay que presionar las cosas, en algún momento podrá hablar con ella.

Satine asintió, observó al bebé quien aún parecía analizarla—¿Qué sucede, mi amor? ¿No te gusta la tía Satine? —Le preguntó, rozando su nariz con la del niño.

El bebé hizo otro intento de balbuceo y sonrió.

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Din hizo una mueca que fue ocultada por su casco al escuchar a Koska gritar, habían logrado encontrar a un médico que asistiera el parto. Estaban esperando a las afueras de una habitación, mientras el hijo del doctor los miraba de forma nerviosa.