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Bo-Katan no sabía cómo sentirse mientras esperaba que alguien autorizara su entrada al templo Jedi. Coruscant seguía viéndose igual a pesar de los años. Bo, había despertado en Trask, por suerte, no en medio del mar, junto a sus dos pequeños hijos, Grogu había despertado una vez y habían llegado a la enorme puerta del templo, el pobre se veía inquieto, tal vez recordando los dolorosos momentos que había vivido luego de que el imperio se apoderaba de aquel lugar.

No pudo evitar tensarse al ver a un hombre de un cabello castaño rojizo, un Jedi conocido por ella, pero que por lo que sabía, llevaba años muerto, o al menos de donde ella venía.

—Bienvenida—Le saludo con una sonrisa amable.

—Obi-Wan—Respondió ella, aun si moverse de la entrada, Bo-Katan por un momento se sintió protagonista de un maldito sueño, del que no podía identificar si era bueno, o era malo. Había revisado en la HoloNet de la época y por la fecha actual, sabia que Satine debería estar muerta, pero... No había noticias de eso.

O al menos aún no.

Mandalore seguía sumergida en su propia guerra civil.

—Te esperábamos—Le dijo el Jedi—Fuimos informados por Ahsoka de lo sucedido, tu marido fue a Tatooine a buscar a otra mujer, Koska creo que dijo que se llama.

Bo suspiró con cierta tranquilidad al escuchar eso, Koska ya había aparecido. Había intentado comunicarse con ella por la señal del canal privado, pero ya entendía por qué no había logrado comunicarse con ella, estaba en otro maldito planeta. Aún faltaban Zaya, su pequeño Adonai y el chico Vizla. —Ya veo.

Obi-Wan hizo un ademán con una de su mano incitándola a entrar, aunque se distrajo momentáneamente al ver la cápsula flotando a su lado. Un bebé dentro de ella estaba profundamente dormido y...—Joven Padawan—Saludó a Grogu reconociéndolo.

—Ahora es mandaloriano—Le corrigió ella mientras daba un par de pasos, cruzando la entrada del templo.

—Bueno, el Grogu de este tiempo sigue siendo un padawan, o al menos, uno futuro, sigue siendo demasiado pequeño para manejar la fuerza—Le explicó el Jedi mientras caminaban a pasos lentos y cruzaban el enorme pasillo principal del templo, el cual estaba abarrotado por niños y otros jóvenes maestros.

—Sabine y Ahsoka ¿También están en Tatooine? —Preguntó, mientras pensaba si lo mejor era devolverse e ir hasta ese planeta, tenía suficientes créditos de esa época para comprar un pasaje en un crucero ligero.

—Dentro de unas horas llegarán al templo—Le informó el Jedi—Ezra y Din se encuentran en Tatooine.

Bo-Katan asintió—Bien.

Obi-Wan se mantuvo en silencio mientras caminaban, lo que la ayudo momentáneamente a poner en orden sus pensamientos. Se sentía perdida, estaba en el pasado, podía evitar tantas cosas, pero... ¿Eso afectaría su futuro?

—Me imagino que te encuentras cansada, te llevaré a una habitación y te haré llegar comida para los niños y para ti—El Jedi se detuvo a mitad del camino—Puedes descansar mientras regresan Ahsoka y Sabine, diría que dentro de unas tres horas ya estarán aquí.

Bo-Katan asintió nuevamente—Gracias.

—De nada—Le respondió el Jedi.

Bo lo observó fijamente por primera vez desde que llego, los ojos del hombre brillaban, no estaban opacos, como aquella vez que le informo la muerte de Satine. Casi quiso preguntarle si sabía de ella, si su hermana seguía viva en esa época, pero el Jedi pareció haber leído sus pensamientos porque...

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