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Sabine despertó en medio de una habitación desconocida, Ahsoka estaba frente a ella, sosteniendo su mano luego de que su sueño fuera interrumpido por algo parecido a una pesadilla. Sus ojos intentaron adaptarse a la luz de la habitación en la que se encontraba, sintiéndose desorientada por primera vez en mucho tiempo. —Los droides.... Se llevaron el mapa— Sabine intentó moverse para colocarse de pie, pero el fuerte dolor en su abdomen evitó que cumpliera aquella tarea.

—Tranquila— Le pidió Ahsoka mientras le ayudaba a recostarse.

—Tu no lo entiendes— Se quejó ella mientras observaba fijamente a la mujer frente a ella—Lo desbloqueé. —Sabine observó la sorpresa en el rostro de Ahsoka. A pesar del dolor, la mandaloriana continuó con su relato, necesitaba contarle todo lo que había visto—Había dos galaxias y apareció una ruta entre ellas.

— ¿Y nuestra galaxia donde empezaba? — Preguntó Ahsoka con interés, aunque sin intentar presionarla. No quería estresarla luego de ser herida de forma casi mortal— ¿En qué planeta?

Los ojos de Sabine parecieron humedecerse antes de responder a la pregunta, se sintió decepcionada de si misma al no haber logrado proteger el objeto que la hubiera ayudado a llegar a donde se encontraba su amigo—Robaron el mapa antes de que lo descifrara— Su voz estaba rota, sintiéndose inútil e impotente. Había fracasado nuevamente.

No había sido lo suficientemente fuerte para ayudar a Ezra. Ahsoka respiró profundamente y luego suspiró, le dio un ligero apretón en las manos— ¿Llevas algún tipo de registro?

—Los droides lo destruyeron— La mandaloriana no pudo evitar sollozar.

Ahsoka asintió a sus palabras—Deberías descansar un poco.

—Pero...—Sabine intentó tomar asiento nuevamente sobre la cama, pero el dolor se lo impidió.

La Jedi la observó fijamente, intentando buscar una forma de localizar nuevamente la esfera que contenía el mapa con la ubicación de Ezra—Alguien ha venido a verte.

La mandaloriana le devolvió la mirada— ¿A mí? —Preguntó, no había burla, pero no es como si Sabine tuviera muchos amigos. Los últimos años había decidido vivir en solitario sin integrarse demasiado a la sociedad— ¿Quién podría ser?

—Bo-Katan está afuera, tiene algunas noticias interesantes que contarte. —Le murmuró mientras le brindaba una sonrisa.

Sabine enarcó una ceja al escucharla. No recordaba la última vez que había visto a Bo-Katan y muchos menos cuando había sido la última vez que había hablado con ella. —Bien...—Murmuró sintiéndose cansada a pesar de haber dormido profundamente— ¿Tu que harás?

—Solo necesito una pista...

— ¿No necesitas mi ayuda? —Preguntó Sabine.

—Ya has hecho suficiente, es necesario que descanses.

Sabine hizo una mueca, pero asintió. Sabía que sería absurdo discutir con Ahsoka en ese momento. La observó salir de la pequeña habitación en la que se encontraba, un droide medico se acercó a ella para revisar rápidamente sus signos vitales.

—Te ves bien—Escuchó una voz conocida, Sabine giró su cabeza hacia la puerta, una armadura azul y un casco con visor casi imitando a un búho le enfocaban. La mandaloriana mas joven no pudo evitar reír.

—Siempre me veo bien—Respondió mientras se acomodaba, en busca de estar mas cómoda sobre aquella cama.

Bo-Katan soltó una risita mientras entraba a la habitación, y tomaba asiento en un pequeño banquillo que estaba a un lado de la cama de la joven herida. Estiró su brazo y, ambas se dieron un ligero apretón de manos, transmitiéndose una a la otra con ese gesto, muchas cosas que no eran capaz de decirse.

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