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Bo soltó una risita cuando regresó de su guardia, Din le esperaba junto a otros en la entrada del encubierto luego de un extenso patrullaje la noche que pasó.—Buenos días, Cyare—Murmuró Bo al tenerlo frente a ella—¿Dormiste bien sin mi?—Le preguntó.

Din unió con suavidad su casco con el de ella—Imposible—Le susurró, haciéndola sonrojar bajo el casco.

Yennie resopló al verlos, pero continúo su camino, Paz también estaba en la entrada, cómo siempre, haciendo el papel de portero para todo el encubierto—Me duele la cabeza—Exclamó al verlo, las interacciones con Kryze durante toda la noche habían acumulado una gran tensión en ella—¿Ragnar?—Preguntó por su hijo.

—Sigue durmiendo—Le respondió Paz—Te llevaré algo para el dolor, y para desayunar.

—Que considerado de tu parte—Se burló Yennie de su marido—Gracias—Le murmuró, ladeó su casco para ver desde lo lejos a Din, Yennie sonrió bajo el casco, verlo era suficiente para hacerla sentir mejor—Iré a dormir.

Paz asintió, Yennie se perdió entre los pasillos de piedra del encubierto. Paz se permitió suspirar, nunca lo había admitido pero Yennie le daba nervios a veces, la mujer era capaz de hacerlo sacar de sus casillas de la forma más fácil y era buena hiriendo con las palabras. Tal vez ella no sentía amor por él, pero ciertamente su testarudez era lo que le atraía.

Bo entrelazó sus dedos con los de Din mientras se encaminaban a su lugar de descanso, Din había dejado la entrada sin seguro así que no tuvieron que esperar que alguien abriera desde adentro.

Bo, evitó reír cuando vio a Zaya hecha bolita, arropada de pies hasta el cuello y su largo cabello negro desparramado sobre su rostro y la colchoneta, Grogu estaba acurrucado a ella.

La mandaloriana se quitó el casco—Manda…—Bo bostezó con fuerza, y comenzó a quitarse su armadura, Din le ayudó—Tengo tanto sueño.

—¿Quieres comer primero?—Le preguntó Din—¿O darte un baño?

Bo sonrió, le encantaban las atenciones de Din hacia ella.  Se acurrucó al pecho de su esposo, y vio su rostro reflejado en su casco—¿Y si quisiera otra cosa?—Preguntó en voz baja.

Din suspiró bajo el beskar que ocultaba su rostro, el casco se alzó, dejando a la vista el rostro bronceado del mandaloriano. Sus labios tocaron los de su mujer, haciéndolos a ambos suspirar en el proceso—También me gustaría, pero no podemos con los niños aquí… —Le susurró.

Bo suspiró con decepción, aún así, no se apartó de Din, se acurrucó aún más a él—¿Me puedo quedar dormida aquí?

Din soltó una risita y besó nuevamente los labios de su mujer—Me encantaría pero, tengo cosas que hacer—Le susurró—¿Te bañaras?

—Ahora solo quiero dormir—Confesó—Me bañaré y comeré luego de que descanse, además comí una de esas asquerosas barritas de cereal, así que estoy bien.

Din negó—¿Por qué odias tanto las barritas? Son bastante ricas.

—Son asquerosas, Din ¿Cómo pueden gustarte?—Se quejó para volver a bostezar—Buscaré algo para cambiarme, estoy muerta de sueño.

—Eso veo, al parecer fue una guardia tranquila—Murmuró Din—Pensé que .. ya sabes, Yennie.

Bo sonrió—Estuve tentada pero al final decidí no desperdiciar mi energía con ella ¿Sabes?—Le murmuró mientras se apartaba de mala gana de Din y se colocaba de pie para buscar ropa más cómoda para dormir—Hablamos, Yennie y yo.

Din hizo una mueca—¿Hablar de hablar? ¿O hablar de otra manera?—Preguntó casi con duda.

Bo se quitó el traje de vuelo, mostrándole su figura casi desnuda a su marido, salvó por su ropa interior, buscó una camiseta gris que sin ninguna duda era de Din.

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