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Antes del final de la luna de sangre

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Antes del final de la luna de sangre.

¿Que clase de bestia es?

Bridget

Mi cabeza palpitaba y mi cuerpo dolía a horrores, como si me hallan molido hasta que mi cuerpo entero ya no pudiera más.

¿Qué carajos me había pasado?

Me pregunté a mí misma sin tener ninguna respuesta.

No recordaba lo que había pasado, era como si mi memoria se halla ido a una lejanía y por más que quisiera recordar no podía, pero lo cierto que tenía mi cabeza descarrillada en el colapso, dolía tanto que temía que algo en ella se fuera a reventar.

Abrí mis ojos muy lentamente adaptándome a la luz.

Miré hacia arriba y observé el techo de la cabaña, al principio me espanté horrible al ver que no me encontraba en casa, pero entonces recordé, como un flash todo llego a mi mente.

Mierda.

Morte.

Sangre.

Sus ojos.

Me levanté con cuidado gimiendo de dolor y observé todo a mi alrededor asustada.

¡ATERRADA!!!

Morte.

¿Dónde estaba Morte?

Miré todo mi alrededor a la defensiva temiendo que saliera por el pasillo, pero no lo hizo, era... era como si él no estuviese.

Me tambalee un poco como si estuviese borracha y revise toda la cabaña, pero lo que llamó mi atención fue el camino de sangre seca que iba de la salita hacia la salida de la cabaña.

Dios.

La seguí, salí fuera de la cabaña siguiéndola, pero me detuve cuando vi que se adentraba hacia el sendero izquierdo y me detuve, me detuve abruptamente, no quería volver a ser comida de lobos, aunque una parte de mí no dejaba hacerse la misma pregunta ¿Será esa la salida?

Pude seguir el rastro de sangre, pero temía a lo que encontraría así que voltee y entre de nuevo la cabaña.

¿Qué era Morte?

¿Qué habían pasado con sus ojos? ¿Por qué razón estaba así? Su comportamiento había sido tan inexplicable, por poco y me mata. Estaba clarísimo que tarde o temprano lo iba hacer, pero no así. Anoche era como si se hubiese convertido en una bestia sin control de sí mismo.

Ahora la idea de estar con él se estaba volviendo mucho más complicada.

Entré en el baño para mojarme la cara, pero no logre hacerlo sin quedarme plasmada frente al espejo observando mi reflejo en él.

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