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Una cita bajo el cielo nocturno

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Una cita bajo el cielo nocturno

Bridget


Levantarme y sentir sus brazos rodeando mi cuerpo se había convertido en algo demasiado habitual y maravilloso, sentirlo a él cerca mío y el calor de su cuerpo, levantarme por sus caricias en mi cabello era algo que quería mantener por mucho tiempo.

Habían pasado días, días en los que tener que hacer algo no era un obstáculo, así que la mayor parte del tiempo nos quedábamos en la cama juntos abrazados el uno del otro hablando de infinidades de cosas permitiéndome explorar cada fase de él y sobre todo esta.

Juntos habíamos experimentados cosas nuevas, sensaciones, y sobre todo habíamos estado aprendiendo del uno al otro. Me sentía llena a su lado, y feliz. No pensaba mucho en todo lo que había pasado, en toda la información que me había soltado, porque aquí solo éramos él y yo alejados del mundo.

Durante estos días Morte y yo habíamos hablado un poco de su pasado, me había contado las irremediables de veces que se lastimo queriendo quitarse la vida, y debo admitir que lloré mucho en sus brazos, porque aún no podía creer todo lo que había pasado. El chico que quiero justo a hora y demasiado para decir verdad, tenía un montón de demonios en su interior, demasiado sufrimiento siguiéndolo, y yo solo quería lograr hacerlo sentir bien, pero no sabía cómo. En el mundo los humanos trataban sus traumas con psicólogos o psiquiatras, iban a ellos y muchos mejoraban, pero con Morte era distinto, él no era una persona normal, él era especial, y si lo contábamos a alguien corría el riesgo de que todos quisieran llevarlo a vivir gran parte de su pasado, a querer mejorarlo.

La ambición del ser humano podía llegar a ser muy grande.

—¿En qué piensas tanto? —su voz ronca y aun dormitada me saco de mis pensamientos.

—¿Cómo sabes que estoy despierta?

—Solo te sentí — llevé mi mano a su rostro y lo acaricié —¿Qué te preocupa?

—Me preocupas tú. Quisiera ayudarte, has pasado por tanto solo, y ahora solo me siento como una inútil por no poder hacer nada por ti.

—Cielo, me estas ayudando y mucho, gracias a ti he pasado los mejores días de mi vida, y te aseguro que no necesitas hacer nada porque tú eres todo lo que necesito para estar bien. Mi pasado es algo que siempre va a estar ahí, y nadie lo podrá quitar, pero este es mi presente, y tú estás en él, dándome todo lo que en algún momento deseé, y enseñándome lo que siempre quise, a vivir.

Me aferre más a su cuerpo, y me mente se sumergió donde en algún momento tendría que dejarlo ir. —Morte.

—Humm

—Tengo miedo. No quiero perderte.


—Yo tampoco, y me destroza pensar que te tengo que dejar ir, pero en la vida he aprendido que a veces hay que aprender a soltar a las personas que queremos.

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