La manzana que no estaba envenenada.Narran los dos protagonistas.
BRIDGET.
Morte era como una cajita llena de sorpresas y tan solo no lograba entenderlo, por más que tratase. Hay momentos en los que logra que mi yo entero le tema, como si un mismísimo demonio estuviese delante mío, pero lo cierto era que Morte no era ningún demonio si no una persona rota, que trataba de unirse en piecitas a través de una estúpida venganza que lo único que estaba era logrado que se destruyera mucho más y eso solo acabaría con todo en él. Dejando simplemente cenizas de las que no lograría renacer nunca más.
Aun no lograba comprender con exactitud todo por lo que había pasado y como mi familia había estado involucrada en todo esto era muy confuso.
Un espécimen.
En toda mi vida había desconocido de eso y mi padre siempre lo había sabido y ahora entendía muchas cosas. Necesitaba saber más, ir al fondo de todo esto, pero había dicho que no haría más preguntas, que por su puesto era algo imposible. Necesitaba hacerlas, pero ¿Y cómo? Ahora Morte había vuelto hacer ese ser tenebroso del inicio, y ahora sabiendo todo lo que era ciertamente debía admitir que me daba mucho miedo. Temía que me pudiera hacer mucho daño, así que era mejor mantenerme a raya y conformarme con la poca información que me había regalado.
Tal vez podría unir las piezas para sacar ciertas conclusiones.
Me levanté del sillón para meterme a la habitación, pero me detuve cuando Morte entro. Todo mi cuerpo entero se congelo.
Me observó con una mirada frívola que a cualquiera asustaría y más en medio de la noche.
—¿Qué haces despierta?
—Yo...
Enarco una ceja ¿divertido?
—¿Tu? —trague saliva algo nerviosa.
—Yo no tengo sueño.
Era sorprendente como podía cambiar de humor tan rápidamente. No me había olvidado del suceso de esta tarde, y mentiría si dijera que no he estado pensando en ello.
Era muy inusual.
—Hablando claro ¿qué es lo que específicamente no te deja dormir Bridget?
—Yo... —mis palabras se las trago la incertidumbre del miedo dentro de mí.
—¿Miedo? —río divertido de la situación.
Justo lo que deseaba que tuviera ¿no?
—¿Cómo sé que si te llego a preguntar algo no querrás cortarme la lengua después?
—Tal vez el hecho que te estoy dando la oportunidad de preguntar algo.
Lo observé tediosa intentando descifrar la pisca de maldad tras sus palabras, aunque, que va todo en él decía maldad con una rotunda advertencia de «voy a hacerte sufrir tanto que desearas nunca haber nacido».
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El Plan Perfecto
Ciencia FicciónBridget Jonhson es una chica tímida, soñadora, frágil como el pétalo de una flor, aunque hermosa y única en medio de un jardín, con un gran futuro por delante por ser miembro de la prestigiosa familia Jonhson, pero todo se ve interrumpido cuando es...